No se puede tapar el sol con un dedo. Tiene razón el Presidente de la República cuando hace esta referencia con respecto a la situación de Venezuela. Pero no se puede aplicar esta afirmación solo en algunos casos y en otros no.
El Presidente lo aplicó muy bien en referencia a la situación actual de la población venezolana, en buen número desperdigada por el mundo. Pero lo que no es admisible es que al mismo tiempo las autoridades (incluyendo al Presidente) hayan hecho oídos sordos en relación al agua salada y sus consecuencias que se está proporcionando en la zona capitalina.
No se puede ignorar que la reparación de los calefones ha aumentado un 400 por ciento y la mayoría de estas reparaciones se deben a las consecuencias del barro que contiene el agua que actualmente proporciona OSE.
Como parte del aumento de la demanda, los repuestos que se deterioran más frecuentemente también han aumentado de precio en forma ostensible. Creemos que este daño debe ser reconocido y por lo menos parcialmente reparado, por quien o quienes lo causan.
Otro capítulo, pero no menos importante son las consecuencias a nivel humano que causaría este consumo por largo tiempo y como siempre las principales consecuencias las sufriría la población de menos recurso que no siempre puede evitar el consumo del agua que proporciona OSE.
No ignoramos el tremendo costo que podría aparejar el problema, pero la hora de la Justicia ¿es justo que lo pague la población? O es el Estado quien cobra por suministrar el agua en condiciones aceptables?
El costo de un “termofón” o la reparación misma es demasiado oneroso para la población de menos recursos y por lo tanto si hay responsables del problema que causa el daño debe asumirse, por un tema de justicia social.
El “termofón” es uno de los electrodomésticos casi que imprescindibles para una familia, por lo tanto quien causa su deterioro debe asumirlo, es lo justo.
En vísperas de un año electoral este es uno de los temas más sensibles para la población y como tal debe asumirse siempre, no sabemos por qué ha sido ignorado incluso nos atrevemos a señalar que no siempre hay responsables tan claramente identificados como en este caso.
Es obvio que consideramos que no es atribuible a nadie en particular, pero el gobierno nacional tiene la oportunidad de manifestarse a la altura delos acontecimientos y asumir este costo como parte del problema.
A.R.D.
