Solo la fuerza y convicción que da la fe permite creer en los milagros y mantiene viva la esperanza de un mundo mejor.
Cuantas veces hemos escuchado decir que “la fe mueve montañas”, como un poder sobrenatural o de un ser superior que todo lo puede y que va más allá de nuestras capacidades de comprensión por medio del raciocinio.
Hablar de la fe nos lleva a tratar un tema sensible, particular, espiritual, que de alguna manera también se liga a las creencias religiosas y a Dios. Para los escépticos, tal vez sea algo irrelevante e incluso sin sentido pero para muchas personas la fe es algo muy importante en sus vidas y se transforma en esa esperanza, esa creencia que está íntimamente relacionado con la espiritualidad.
La gente que ha tenido experiencias de fe, siempre habla de un Dios vivo, que se puede sentir emocionalmente y en general se potencia frente a situaciones límites o momentos muy difíciles en la vida, cuando las personas se aferran a algo con toda su fuerza, con toda su fe. La fe no se cuestiona, no se puede explicar, no se puede comprender por la razón, es simplemente eso, la grandeza de la fe, creer con todas las fuerzas sin titubear.
En el presente informe, diferentes personas brindaron a EL PUEBLO sus testimonios de fe a través de situaciones que bien se pueden considerar milagros y que significaron un cambio trascendental en sus vidas, buscando a partir de allí contagiar a los demás en esa misma fe, como una misión que viven con regocijo y agradecimiento.
Licenciado en Psicología Vicente Pimentel hace un análisis de la fe a partir de la Psicología Existencial
El Licenciado en Psicología Vicente Pimentel hace un interesante análisis de cómo opera el sentir de la fe en los seres humanos. Es un tema muy amplio y existen varias corrientes psicológicas tales como la Logoterapia de Víctor Frankl que habla de la importancia de la existencia humana. Frankl en su libro El Hombre en busca de sentido que habla de su experiencia vivida en los campos de concentración, allí logró sobrevivir a la muerte ya que estuvo a punto de entrar a la cámara de gas.
En los años 70 arma el pilar de su corriente. Luego hay otras corrientes planteadas por la Psicología Existencial.
“Si bien mi vida de fe ha sido con muchos altibajos, puesto que nací en el seno de una familia Católica y recibí una formación en esa fe, desde el punto de vista psicológico puedo decir que la naturaleza humana no puede negar el componente espiritual que tiene el ser. El hombre no es solamente carne y hueso y tampoco su misión es simplemente cumplir con sus menesteres biológicos… sino que desde la filosofía antigua no podemos negar nuestra naturaleza espiritual. A nivel filosófico es un componente fundamental la explicación de la naturaleza humana. El hombres desde la filosofía griega, la explicación que le da el hombre al sentido de la vida es la inteligencia, la voluntad y la libertad. Sócrates y Platón hablan de la capacidad humana de poder discernir entre lo bueno y lo malo”.
¿CÓMO SE DEFINE EL CONCEPTO DE FE?
Si se entiende a la fe en un sentido más amplio, desde el lado cristiano es la certeza de lo que no se ve y la esperanza depositada en ello.
En la práctica clínica es cuando más debemos recurrir a estos conceptos y constructos psicológicos – sobre todo existenciales – cuando se tratan graves depresiones y existen casos de intento de suicidio.
Allí es donde en la práctica se abordan estrategias que plantea la Psicología Existencial (buscar objetivos y metas para poder sobrevivir).
Frankl habla de este fenómeno en su libro.
UNA GENERACIÓN HUÉRFANA DE FE
– A nivel de consultorio ¿Se dan casos donde el paciente está totalmente huérfano de fe?
-”Lamentablemente en el consultorio vemos jóvenes pacientes con grave depresión que los ha llevado al intento de suicidio. Pablo Coelho habla de la generación de los milenier, la banane verde por fuera y podrida por dentro.
Muchos no tienen fe, no tienen valores y existe un profundo desarraigo. Se advierten serios conflictos familiares que inciden en el factor emocional.
Por lo tanto, unido a la falta de fe, se construye un vacío.
Uno de los cuestionarios que se les hace a las personas que han intentado quitarse la vida apunta a saber si tienen fe, si tienen familia y apoyo social. Si todo ello no lo tiene, esa persona está en grave riesgo de vida y es necesario internarla automáticamente para realizarle un tratamiento”.
Si hablamos de la fe como una capacidad de tener esperanza, ésto está íntima relacionado con la espiritualidad y en el sentido de la vida más allá de la muerte. Se mantiene una esperanza de una vida mejor después de ésta. Ello le da al ser humano un margen para poder ser más resiliente.
“La gente que ha tenido experiencias de fe, siempre habla de un Dios vivo, que se puede sentir emocionalmente.
Yo he podido experimentar a nivel personal esa fuerza espiritual que me ha mantenido en pie en varias ocasiones y ello no se puede explicar científicamente” – declaró Pimentel.
Cuando Descartes plantea la espiritualidad cuando habla de focalizarnos en Dios como el eje central, otros pensadores radicalizan este concepto que hacen que la sociedad, vaya manipulando el concepto.
“La fe no está en discusión. La experiencia de la vida nos va transformando. Si pierdo la esperanza y pierdo la fe, pierdo el ser.” – expresó el Doctor Leandro Williman – colega de Vicente Pimentel.
Testimonios;la fe los ayuda a salir adelante ante posibles dificultades
Las personas entrevistadas para este informe expresaron tener fe, y en general todos han atravesado diferentes situaciones que reivindican esa fe y hacen que ésta esté presente en su día a día, ayudando ya sea a sobrellevar situaciones, a salir adelante ante alguna dificultad, o simplemente acompañándolos.
“SI NO TUVIERA FE, NO VIVÍA”
“Si no tuviera fe, no vivía”, expresó Nery. “Vivimos en una Iglesia y mi hermana falleció entregada a Dios, de tan católica que era. La cuidé hasta lo último, ella no quería comer ‘porque era de Dios y la Virgen’, y la Virgen la llevó, se fue tranquila”.
“Si existirá la fe, que a mis 87 años, perdí a la única hija que tenía en un accidente, perdí a mi nieto y a mi hermana, y aquí estoy, firme, trabajando y contenta, si creeré en Dios, para él no hay nada imposible”, aseguró.
Fe en dios y en sí misma
María Ferreira contó que siempre creyó en Dios, si bien en algunas oportunidades dejaba de creer cuando le pedía algo y no le cumplía.
Pero fundamentalmente tiene mucha fe en si misma, “si uno no tiene la fuerza necesaria o no cree en lo que uno quiere, no puede”.
Ha pasado por varias situaciones que le han despertado aún más la fe, por ejemplo un problema de salud, período en el cual hubo hechos específicos, como señales que tienen que reivindican su fe.
Por ejemplo hace algunos años caminando por la capital, una anciana le regaló a su hija una estampita de una virgen, la que guardó.
Pasaron casi tres años y estando recuperándose de un quebranto de salud, apareció en el centro donde estaba internada una monja que le regaló la misma estampita y le dijo que ese día era el día de esa virgen y que esa virgen estaba con ella.
Ese es solo un ejemplo, pero hubo muchas señales que la hacen creer más.
Si bien es de tener imágenes de Jesucristo, o del Padre Pío entre otros, entiende que no se necesita una imagen para creer en algo, o para hablar con Dios, aunque hace unos días después de usar un rosario obsequio de su hija, no ha recibido malas noticias.
“La Iglesia Evangélica me cambió la vida”
Tiene fe en Dios, dijo que siempre fue católica, pero hace unos años conoció la Iglesia Evangélica, lo que “me cambió la vida totalmente”.
Desde entonces, dijo que todo lo que hace, lo hace con fe, “y me sale mejor”.
Gladys afirmó que la Iglesia Evangélica le ha solucionado muchos problemas.
“El día de la Virgen ocurrió el milagro” para Ferreira y con su familia construyó un altar a la Virgen de Lourdes
Cuando tenía 18 años, Mauro Ferreira comenzó a frecuentar un grupo de jóvenes en la capilla de barrio Progreso y desde ahí empezó a sentir la fe de una forma especial, sin embargo, un momento muy difícil en su vida, en enero del año pasado, lo transformó por completo.
Hoy, con 62 años, analizó su vida a través de la fe y recordó el duro momento en que le diagnosticaron Cáncer y su palabras fueron -“Dios, encargate vos, porque yo tengo otras cosas para hacer-, tengo que ver crecer a mis nietos y muchas cosas más”, comentó.
“Dios me cuidó tanto que a pesar de todo lo que tenía, nunca sentí ningún dolor. Mi situación era bastante complicada, cuando me abrieron (operaron) se encontraron con que estaba todo tomado (por la enfermedad) y le dijeron a mi señora que ya no había nada para hacer.
A mi nunca me dijeron eso, así que ese momento tan difícil lo vivió toda mi familia y sobre todo Mercedes, mi señora. Ella, como que no podía creer eso y sentía que si yo estaba enfermo Dios me iba a curar, estaba convencida de eso.
Ella siempre estuvo tranquila a pesar de la noticia y ahí pusimos toda nuestra confianza en Dios.
Hubo mucha gente que rezó por mí y por eso digo que si tuviera que agradecer a todos los que hicieron algo por mí no me daría todo el tiempo del mundo para hacerlo.
Me contaron que en la capilla del San José Obrero hicieron una novena por mi salud, a las cinco de la tarde, ni bien se enteraron de lo que me pasaba y creo que Dios se tapó los oídos y dijo -bueno, si lo quieren con ustedes, se los dejo, no me molesten más- y bueno, gracias a Dios, acá estoy”, comentó Ferreira.
EL DÍA DE LA VIRGEN OCURRIÓ EL MILAGRO
“Yo empecé con este problema el 30 de enero del año pasado y el 8 de marzo, el día de la virgen, me desperté y le dije a Mercedes -hoy me siento totalmente diferente- y creo que ese día Dios hizo el milagro. Al mes fui a la doctora, me hicieron una tomografía y encontraron que el Cáncer había retrocedido solo al estómago”, relató el entrevistado.
“Creo que a la gente le es bastante difícil creer en los milagros porque estamos acostumbrado a creer en lo que vemos y tocamos. Creemos que hay una silla porque la vemos, pero no podemos creer en eso que es espiritual. Yo creo que tenemos que acercarnos a Dios porque él nos da esa tranquilidad y nos hace vivir en armonía con los demás y con el mundo mismo”, comentó Ferreira.
LA VIRGEN DE LOURDES “SE QUISO QUEDAR” EN SU CASA Y LE HICIERON UN ALTAR
Ferreira tiene en su casa un altar con la Virgen de Lourdes, porque afirma que ella quiso quedarse allí. Explicó lo sucedido diciendo, “en la capilla hacen una peregrinación todos los años por el día de la Virgen y nosotros siempre colaboramos. La hermana me había pedido que hiciera la base para trasladar a la Virgen de Lourdes, que es la virgen de los enfermos y se usa en la peregrinación. Cuando terminó todo, la dejaron en casa por unos días y cuando vinieron a buscarla no sé porque motivo la virgen no entró en la camioneta de la hermana. Así pasó tres veces. Entonces, mi señora le dijo -hermana, esta Virgen se quiere quedar acá- y así pasó, la Virgen quedó en casa y le hicimos un altar”.
“CREAN EN DIOS”
Finalmente, Ferreira quiso dejar un mensaje a quienes no encuentran la fe y dijo “crean en Dios, aférrense a Dios. La gente tiene que entender que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, nuestro día tiene 24 horas pero el día de Dios de repente tiene 100 años. Nosotros le pedimos las cosas a Dios y las queremos para mañana pero solo él sabe cuando las merecemos, entonces, hay que pedirle a Dios y mostrarle que lo merecemos”, concluyó.
La fe es como un contrato de confianza con Dios
Testimonios de personas entrevistadas en la zona de Plaza Artigas, dan su testimonio
Jeny Benítez, comentó que tiene fe en Dios. Su abuela es pastora de la Iglesia Evangélica por lo que desde chica le han inculcado la fe. Recuerda que desde pequeña antes de comer cantaban una canción agradeciendo la comida, o antes de abrir la puerta cuando iban a salir también agradecían por tener un nuevo día y le pedían a Dios que bendijera ese día.
Si bien no es de ir a la Iglesia, cree en Dios y ha tenido pruebas de ello como por ejemplo una enfermedad grave que le diagnosticaron a su abuela quien mediante la fe y la oración pudo superarla.
Considera que Dios no intercede ante un pedido si la persona que lo necesita no tiene fe.
La fe para ella es como un contrato de confianza, por ejemplo; tu le das tu confianza a Dios porque crees que él te va a curar, y él te cumple.
TENGO MUCHOS HECHOS EN MI VIDA REALIZADOS POR DIOS
Ana, manifestó que fue bautizada en la Iglesia Católica pero después pasó a la Iglesia Evangélica. Expresó que puntualmente hubo hechos que confirmaron su fe, por ejemplo, tuvo un hijo que nació prematuro, de 6 meses de embarazo, al cual no le daban esperanzas de vida, y hoy tiene 17 años. Indicó que el médico le decía que no podía tener más hijos, y pudo tener otros hijos. “Tengo muchos hechos en mi vida realizados por Dios; tengo cinco cesáreas y las atravesé de la mano de Dios”.
DIOS LO HA AYUDADO
Nelson tiene fe en Dios, le gusta la Iglesia y la palabra de Dios. Considera que hay hechos que muestran la importancia de la fe. En su caso en momentos que ha estado mal, le ha pedido a Dios que lo ayudara y así fue.
TESTIGO DE JEHOVÁ
Otras de las entrevistadas fue una joven de 26 años que es Testigo de Jehová. Fueron sus padres que le inculcaron la fe. Para ella una de las pruebas de que Dios existe es la naturaleza; que él la creó y hay hechos que marcan su llegada. La joven indicó que en su caso invoca a Dios no solo para pedirle, sino también para agradecerle.
“Sentía que tenía que hacer algo y no quedarme solo en el deseo”, dijo Melo y así buscó “convidar al amigo” en la fe
Despertó su fe en Dios a través de un milagro por un grave problema de salud
Yo siempre fui creyente, pero a raíz de mis problemas de salud y cuando te dicen -lo suyo corre de tras de un milagro- es cuando más te aferrás a Dios”, comenzó diciendo a EL PUEBLO, Rodolfo Melo, el referente principal del programa televisivo “Te convido amigo” (que se emite los lunes por canal 4 de Cablevisión Uruguay) y que vivenció un milagro que lo llevó a querer difundir la fe en Dios de una manera especial.
Hace unos 12 años, Melo tuvo problemas en el corazón y debió ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. Sus problemas de salud en ese momento fueron bastante graves y fue derivado a Montevideo, allí “me aferré a la fe, recé, recé mucho y pedí a Dios por mis hijos, que eran adolescentes todavía y quería seguir adelante por ellos. Le pedí que me dejara verlos crecer”, comentó Melo. Cuando despertó de la operación fue cuando se dio ese “clic” en su vida y “empecé a agradecer a Dios”, agregó.
Situaciones límites, llevan a muchas personas a acercarse más a Dios. En algunos casos, a pesar de ser creyentes, hay quienes no practican la fe con tanta devoción y cuando reciben un milagro, su vida cambia por completo. En entonces, que su amor y dedicación a ese ser superior que todo lo puede, se vuelve más que una obligación un acto de gratitud que se hace con alegría y convicción.
LOS ACTOS DE AGRADECIMIENTO
Cuando Melo se repone en salud y ya de regreso en Salto, se decide por “hacer algo” en beneficio del Hospital que fue la institución médica que le acogió en un primer momento antes de derivarlo a Montevideo. Así, el 2 de octubre, junto a su familia y algunos amigos, organizó un festival en Parque Solari, con artistas locales, donde todo lo recaudado fue a beneficio del Hospital salteño “en retribución y agradecimiento a todo lo que me habían dado ahí”, comentó el entrevistado.
“Ahí fue cuando dije, Señor, quiero hacer algo para agradecer y retribuir de alguna manera todo lo que hiciste por mí. Sentía que tenía que hacer algo y no quedarme solo en el deseo porque nadie cambia bruscamente de un día para el otro sino en las pequeñas cosas y pequeñas actitudes día a día. No buscaba hacer una cosa gigante o extraordianria para que me admiren por eso, todo lo contrario, quería hacer pequeñas cosas donde pudiera manifestar ese agradecimiento al ser supremo que me dio la oportunidad de vivir nuevamente. Yo me aferré a la fe y a todas esas pequeñas cosas y así fue que dije – bueno Señor, yo estoy acá y voy a seguir trabajando por tu fe hasta que me des vida”, comentó Melo.
“TE CONVIDO AMIGO”
De esta forma, llegó el programa televisivo “Te convido amigo”, un programa religioso que Melo lo realiza con la colaboración de toda su familia, su señora Beatríz Píriz y sus dos hijos, Natalia y Gastón y que la vive como una misión. “Empecé a decirme a mi mismo, yo tengo que hacer algo, tengo que convidar al amigo, a las familias a buscar ese momento de meditación y encontrarse con uno mismo. Porque a veces estamos aferrados a las cosas materiales pero lo único que importa ese ser supremo que lo puede todo y es esa fe en que Dios no te abandone”, señaló. “A mi me han pasado cosas extraordinarias en estos siete años que llevamos esta iniciativa del programa televisivo. Gracias a Dios, se ha metido en el corazón de la gente por su contenido, por su valor espiritual, por rescatar las pequeñas cosas, testimonios de fe, la capacidad de superación. Buscamos rescatar esas cosas que pasan en la comunidad y tienen que ser valoradas por el sacrificio, por la lucha , por el bien que hacen a los demás. A veces uno encuentra personas que les falta algo positivo en la vida y cuando uno llega con ese mensaje de fe y de esperanza y siente que ayuda y que a alguien le hace bien, es muy gratificante. Es un poco esa misión, la que uno siente que tiene en la vida”, comentó Melo.
TENER FE, ESPERANZA Y REALIZAR ACCIONES POSITIVAS
Nosotros creemos que la gente tiene que cambiar para bien y buscamos reflejar esa buena convivencia, con cosas sencillas, que surgen de la gente común que tiene fe y esperanza y realiza acciones positivas, especiales que no tienen precio, porque si se logra ayudar al otro y llevarle esa fe en Dios, uno se siente bien espiritualmente y así se va superando, aunque no se tenga dinero ni cosas materiales. A veces uno ve que en algunos lugares tratan mal a la gente y uno no entiende porque pasa eso, porque si hay gente hoy que esta arriba de nosotros y que siente que nos puede tratar así, gente que puede gobernar o juzgar, no se pueden olvidar que siempre hay alguien superior a todos, por más que sea una persona que tiene mucho talento, no se debe olvidar del otro y no porque hoy esté arriba puede pisotear a los demás”, agregó.
“Te Convido Amigo”, se emite todos los lunes a las 20 horas por canal 4 de Cablevisión Uruguay y es realizado por Rodolfo Melo y toda su familia.
“Lo conocí en un momento de mi vida en la que estaba con una necesidad imperiosa de que surgiera un milagro para que una de mis nietas se salvara de una seria enfermedad”
Stella Magnin – La fe en San Expedito
Stella Magnin conoció a San Expedito de una manera poco convencional; caminando por el shopping, un hombre le entregó una estampita y ahí conoció al Santo; tiempo después, un serio problema familiar la impulsó a aferrarse, y tras recibir lo que para ella fue un milagro, cumplió la promesa de transmitir su existencia y donó una imagen que hoy, se encuentra en la Capilla de Nuestra Señora del Luján en barrio Ceibal.
¿Cómo llega a su vida San Expedito?
San Expedito aparece en mi vida, a través de un señor, que mientras caminaba yo por el shopping, y sin conocerlo, me entregó una estampita del Santo, cuya oración estaba en portugués. Yo ya había escuchado sobre él y los milagros que hacía, y las declaraciones de personas devotas de él. Fue en un momento de mi vida en la que estaba con una necesidad imperiosa de que surgiera un milagro para que una de mis nietas se salvara de una seria enfermedad. Mi nieta estuvo dos meses y medio internada en el CTI del Sanatorio Panamericano, es melliza con otra nena, las que nacieron prematuras. Pilar, pasó el problema respiratorio que tenía, y Valentina, hizo hidrocefalia. Desde ahí empezó nuestro penar y el de toda la familia.
Un día estaba mejor, otro día iba para atrás; un día que sí, otro que no. A los dos meses fue operada en el sanatorio, le colocaron la primera válvula, pero, eso fue un 22 o un 23 de marzo de 2006, la niña seguía grave, y nos comunican que nos otorgaban la ambulancia con un médico para que la pudiéramos trasladarla al Americano en Montevideo. Y así sucedió. Nos trasladamos, y allí nos esperaba el Dr. Wilson, Cirujano – Pediatra Grado 5, a quien consultamos si la iba a operar, y nos contestó, textuales palabras: “no, primero tengo que tratar la infección que trae en el líquido raquídeo; hasta que no salgamos de esa infección, no podemos hacer nada”. Imagínese lo que fue para nosotros entrar a un CTI de niños; y a mi nieta que toda enchufada a aparatos, luchaba por su vida. En ese momento todos me decían: “Valentina es valiente”.
¿Cuándo comienza su fe en él y por qué prometió divulgarla?
En vista a todo eso que le conté, nos quedaba orara. Y, fue cuando me encontré aquí en Salto con el señor que me entregó la estampita de San Expedito, y me brindó la oportunidad de conocerlo. En Montevideo, yo vivía muy cerca de la Iglesia del Cordón, donde fui a comprar todo lo que tuviera relación con él, y comencé a leer sobre su vida. Ahí conocí su historia, y supe que se trataba de un soldado romano, del año 300 y poco D.C., que comenzó a enterarse del cristianismo, y se enamoró de él, convirtiéndose y profesándolo a escondidas del Imperio. Fue una época de persecución del cristianismo, y se considera que Expedito habría conocido el cristianismo, justamente, persiguiéndolo; y bueno, él mismo fue víctima de sus ex compañeros de armas, y fue martirizado en Armenia un 19 de abril.
Luego que mi nieta comenzó a evolucionar, decidí que vendería algo valor que quisiera mucho, para mandar a hacer una imagen y traerla a Salto. Antes, me habían comentado que atrás de la cárcel de mujeres en Montevideo, estaba la Capilla de Nuestra Señora del Luján; allí me recibió una monja, la hermana Carmela, y le expliqué por qué quería conocer la imagen de San Expedito. Volví y fui a Paysandú y le pedí al hijo del ceramista Colombo, Ignacio, que me hiciera la imagen. Entre idas y vueltas, y tras ser autorizada por Monseñor Galimberti, y la guía del Padre Gustavo Langone, trajimos al Santo y lo colocamos en la Capilla del Luján, en barrio Ceibal.
Hoy, mi nieta dentro de sus posibilidades, está con vida y no ha tenido más problemas.
“Mi familia fue restaurada en la Universal”
Testimonios de fe en la Iglesia Universal
Juan llegó a la Iglesia Universal pensando que ya no había ninguna manera de salvar a su familia en la que se suscitaban diversos conflictos.
“Crecí conviviendo con la violencia verbal dentro e mi casa… mis problemas comenzaron luego de que mi padre falleció” – nos cuenta. Tenía permanentemente problemas con su padrastro y decidió irse de su casa antes de cumplir los 19 años-
Con el tiempo se volvió violento y solía golpear a su mujer. Le era muy difícil controlarse, rompía cosas en su hogar y tenía vicios.
Desafortunadamente un día sufrió un accidente en moto y se sintió abandonado por muchas personas a las que creía que formaban parte de sus afectos.
Su padre le había dejado una herencia pero no sabía como iniciar los trámites porque estaba peleado con el resto de sus hermanos.
A partir de contratar un abogado para tales efectos tomó contacto con la Iglesia Universal porque el abogado y su esposa pertenecían a dicha comunidad religiosa.
Fue allí que se dio cuenta de todas las cosas que estaban mal en su vida, así fue que poco a poco fue fortaleciéndose en la fe y logró equilibrarse en su diario vivir.
“USÉ MI FE Y FUI SANADA”
A determinada edad, las enfermedades respiratorias acarrean consigo males mayores que pueden poner en peligro la vida de quienes la sufren. Laura cuenta que padecía neumonía desde hacía seis meses y problemas cardíacos, pero asegura que a través de su fe, fue sanada.
“Gracias a Dios participé de la reunión de los Casos Imposibles y de esa forma usé mi fe. Ahora estoy curada, no tengo más molestias y me siento realmente bien”.
Beatriz estuvo sin caminar durante quince días y en consecuencia le hicieron una resonancia magnética. Fue así que le descubrieron una hernia de disco en la zona cervical.
Si bien ya venía participando en la Iglesia Universal, nunca había venido a la reunión de los Casos Imposibles.
Luego de pasar por el camino de la sal, pude moverme sin problemas.
Humberto antes de llegar a la Iglesia Universal para hacer el tratamiento y cura de los vicios, fumaba y consumía alcohol.
El vicio le trajo muchos problemas, llegando al riesgo de perder a su familia.
“Pasaba todo el tiempo en salidas, consumiendo alcohol con mis amigos, haciendo una vida de soltero. Cuando llegue para hacer el tratamiento, a través de la fe pude perseverar y obedecer a todo lo que me enseñaban.
Hoy ya hace ocho años que estoy libre de los vicios y con mi familia restaurada”.
Desde que Elena Olivari se propuso buscar a Dios de todo corazón, cambió su interior y los cambios se hicieron notorios en otras áreas de su vida.
“Antes era infeliz… tenía problemas familiares. Estaba depresiva y nerviosa.
Mi esposo se iba con sus amigos y tenía el vicio del alcohol y el cigarrillo.
Llegó el momento en que nos abandonó a mí y a mis hijos… llegué a pensar en quitarme la vida. Nuestros hijos estaban enfermos… había mucha miseria y también teníamos problemas espirituales. Llegué a la Iglesia Universal y fui venciendo los problemas.
Al tiempo mi esposo regresó a casa y mis hijos sanaron. Todo iba cambiando pero necesitaba algo más.
Estaba buscando un cambio completo en mi vida y solo la fe me haría feliz por completo.
Entonces me concentré en mi vida espiritual… busqué a Dios hasta que lo recibí.
Fue maravilloso. Ahora siento que soy una nueva mujer.
Mi mirada refleja paz y alegría. Dios cambió todo y me dio el privilegio de tener su Espíritu”.
“La fe, nos hace ver las cosas de manera diferente”
Adriana Martínez – Jesús como referente
Adriana Martínez, Directora de Diario EL PUEBLO, nos contó su experiencia con la fe y su convicción de que la misma no se aprende sino que se descubre con las vivencias individuales y se siente en el interior de distintas formas.
¿Qué es la fe para usted, si es que se la puede definir?
La fe es creer, básicamente. En mi caso, es creer en Dios, en Jesús, en la Virgen; es el pensar, no entiendo pero creo; es saber que hay un camino que tenemos que recorrer, el que tal vez no es el que nosotros queremos, pero, bueno, es hacia el que esa misma fe nos lleva.
Es algo que no tiene explicación, es algo que se siente y también se descubre. Personalmente soy bautizada, fui a un colegio católico, tomé la comunión, me confirmé, en una época fui catequista, me casé por Iglesia, mis hijos son bautizados y también fueron educados en un colegio católico; pero, toda eso lo hice, obviamente, teniendo fe, aunque, en realidad, la fe que entiendo hoy, la descubrí mucho tiempo después. Lo anterior fueron mojones en mi vida, que permitieron ir formando un camino. La vida a veces no es lo que uno pensaba o quería, y con la fe, todo puede hacerse mucho más fácil.
La vivencia, la experiencia de cada uno, y no, por ahí, tanto el enseñarse, es lo que permite que descubramos la fe. Incluso, tengo una fecha marcada de cuando comenzó lo que para mí hoy, es o siento como fe.
¿Cuándo sucedió?
Fue hace diez años; cuando me diagnosticaron un cáncer de mama. El día antes de la operación fui a misa, hablé con un sacerdote, recibí la unción de los enfermos, que antes era la extremaunción, y creo que eso fue una marca imborrable, porque, a partir de ahí, empecé a tener otra visión de la vida y esto, de no esperar lo que uno quiere, sino, de entender o de por lo menos aceptar, lo que se va presentando. Después que tuve una segunda operación, también complicada, ahí tuve algunas señales de que todo iba a estar bien. En esa operación, tenía algunos factores de riesgo que eran más puntualizados. Y, un día, estando en el diario, en la redacción, una medalla que tengo desde hace años, que me acompaña siempre, que es de la Virgen de la Medalla Milagrosa, se me cae sin más. Justamente estábamos hablando con unas compañeras, de que si Dios me ayudaba a pasar bien la operación, el pos operatorio que es muy doloroso, lo iba a superar, porque tenía fortaleza.
En ese momento, se me cayó al suelo, y me quedé sorprendida, pues no estaba roto ni el aro, ni la cadena. Eso me pasó en ese período, tres veces. Fui a joyería Beneditto a ver si podían decirme cómo podría haberse soltado, porque quizás yo no veía, y me dijeron que todo estaba bien, mirando hasta con una lupa, para que no quedaran dudas. Se lo pregunté al Padre José García, y me dijo: “esas cosas pueden pasar”. Ahí tuve la tranquilidad de que iba a estar protegida y que todo saldría bien, como al final salió.
Después, descubro, cuando se inauguró en Salto, la Capilla de la Adoración Perpetua, en el barrio Mí Tío, al lado de la Obra Don Calabria, que se encuentra abierta las 24 horas del día los 365 días del año. Eso fue otro punto de descubrir una nueva forma de la fe, o de una nueva manera de comunicarme con Jesús. Porque es una capilla donde hay mucho silencio, uno puede ir a la hora que quiere, estando solamente uno, y el santísimo, nadie más. Un día que me encontraba muy cansada, me sentía agotada, que no podía más, cuando a uno le parece que todo le sale mal, realmente estaba cansada de todo; no era amargura ni bajoneada, no, era cansancio. Entonces, en un momento, miré la luz que está allí, y me dije a mi misma, que no estaba en mí resolver tal o cual problema, y le dije a Jesús, que le entregaba mi dolor, mi cansancio y que lo dejaba en sus manos. En ese momento, sentí una paz, una liberación, porque ya el problema no era mío, se lo había entregado a él, y él sería el que trabajaría por mí. Desde ahí, no es que no me preocupe por las cosas, sino que lo hago y me ocupo de ellas, pidiendo que me enseñe y me marque el camino indicado a seguir.
A partir de ese momento, han pasado cosas que uno las cuenta y se puede pensar que estamos mal de la cabeza.
Por ejemplo, los otros días tenía que venir al diario a sacar una sombrilla porque llovía y tenía que alcanzársela a un vendedor, y no encontraba la llave.
Vine igual, a ver de qué forma solucionaba el asunto, y la puerta del lugar donde estaba esa sombrilla, que siempre está cerrada y cuya llave no encontré, ese día,estaba abierta. También, en el norte argentino, en una Semana Santa, vi en el vía crucis a , a media cuadra de distancia a Jesús en la cruz; convencida de que podría haber sido una interpretación, una puesta en escena,pregunté, me dijeron que no, que la cruz era esa, la que estaba ahí, de madera, sin ninguna imagen.
En ese momento, junto con mi amiga, sentimos olor a cardo, que es el que aparece cuando Jesús está presente. Muchos dirán que es producto de la imaginación. Eso es la fe, la que nos hace ver las cosas de manera diferente.
Los creyente, por lo general, son devotos de la Virgen o de algún santo, ¿usted tiene alguna preferencia?
En realidad, tanto los santos como la Virgen, son intercesores ante Jesús. Y, bueno, María como madre, creo que es escuchada por su hijo, Jesús; qué hijo no la escucharía.
Entonces, muchas veces uno acude a ella, porque sabe que es madre, que entiende, que ha sufrido, y por lo tanto es más fácil la llegada; pero, siempre, el referente, es Jesús.
Yo soy devota, por ejemplo, a San Cayetano, santo del pan y del trabajo. Le pido a él que interceda ante Jesús, para que nunca nos falte el pan y el trabajo.
También, de un santo que es tan, pero tan humilde, que ni siquiera lo conocemos como San Bosco, sino que como Don Bosco.
Él es el santo de los jóvenes, y su vida ha sido impresionante.
“Sentí una paz difícil de describir”
Ana Baladino – dejó su fe católica para congregarse en la Iglesia Adventista
Ana Baladino compartió como fue su encuentro con la fe: “Originalmente era Católica, fue bautizada, tomé la comunión y siendo pre adolescente concurría a Las Siervas de María”. Cuando estaba estudiando Magisterio, una amiga la invitó a ciertos estudios bíblicos y así ingresó a la Iglesia Adventista, con veinte años.
-¿Y cuál es su testimonio de fe?
-”Testimonios de fe en mi vida hay muchos… mi primer hijo nació prematuro en peso y tiempo. Nació con dos kilos cien y bajó a menos de uno ochocientos. Pedí entonces a una amiga – ya que los miércoles se reúnen para estudiar La Biblia y orar – que oraran por mi hijo y que Dios decidiera. Esa fue la primera vez que sentí en mi persona una paz que es imposible de describir”. Fueron tiempos difíciles los que tuvo que atravesar Ana mientras su hijo estaba en la nursery en el área de prematuros luchando por vivir.
“Tenía que vestirme de pies a cabeza para ir a ver a mi hijo en la nursery, lo tenían en una cuna caliente, con una sonda. Yo estaba tranquila, con la certeza de que Dios iba a obrar, respondiendo como uno quería o no”.
Su hijo Enrique hoy tiene treinta años y al año de nacido debió seguir un tratamiento con la psicomotricista y felizmente pudo salir adelante. “La fe para mí es saber que Dios siempre está conmigo… hay una parte de La Biblia que dice que no somos más bendecidos porque nosotros no le pedimos a Dios que él nos ayude. Fui aprendiendo que en las pequeñas y grandes cosas tenemos que depender de Dios. Tenemos que aprender a comunicarnos con Dios”.
PASTOR RENATO JOAO VIEIRA COMPARTE SU EXPERIENCIA DE FE
El pastor adventista Renato Joao Vieira primeramente compartió el concepto bíblico de lo que es la fe. “Es la certeza de algo que se espera y no podemos ver. La certeza de que algo va acontecer que no vimos todavía. ¿Qué sucede? La fe muchas veces es interpretada no simplemente como un concepto sino como una experiencia religiosa. Se tiene fe de que existe un Dios al que nunca lo hemos visto. Desde niño me gustaban las cosas de Dios pero no tenía mucho conocimiento. A medida de que fui creciendo, comencé a cuestionar muchas cosas. Mi familia era católica y yo cuestionaba el hecho de que algunas personas adoraban imágenes y otras no. Algunos bautizaban a los niños cuando nacían y otros recién cuando eran grandes. Siempre preguntaba e iba recibiendo algunas explicaciones.
A los quince años comencé a trabajar en ventas de libros a domicilio y tuve la oportunidad de conocer y conversar con mucha gente. Intenté entonces buscar una fundamentación para mi fe porque no quería tener una fe teórica, algo simplemente sentimental pues era muy racional.
Empecé a estudiar La Biblia y encontré una fe con la base profética. Dios no nos pide creer en algo etéreo, sino que nos da bases y argumentos suficientes fuertes como para que podamos basar nuestra fe.
Muchos hechos del Viejo testamento después de más seiscientos años se cumplieron en el Nuevo Testamento. Comenzamos a ver que la palabra de Dios no es un libro cualquiera, es un libro que vale la pena creer, porque si aquello que fue escrito hace tanto tiempo atrás se cumplió y otras cosas se están cumpliendo, entonces puedo creer que mucha cosa que está escrita va a cumplirse también. Dios se revela de diversas maneras… Tomás necesitó tocar a Jesús para comprobar que había resucitado.
Cuando las profesías se cumplen, hay una base para creer. Dios se revela a través de la naturaleza.
El Universo gira de una forma muy armónica, lo que demuestra que tiene que haber algo”.
“La perspectiva de la fe le da un sentido a la vida”
Licenciada en Psicología Miriam Mello
En relación a la fe se plantea que es una dimensión de la personalidad que evoca la esfera de lo simbólico y la trascendencia de la materialidad objetiva.
Es un componente de la subjetividad que podemos analizar desde un enfoque de resiliencia.
Debido a que se ha estudiado que las personas que desarrollan su fe tienen mayor fortaleza para superar las adversidades que la vida presenta. La fe según expresa la Biblia es la capacidad de creer lo que no es visible a los ojos humanos. Sería entonces la capacidad de trascender el orden material de la vida y confiar en algo del orden de lo no evidente.
Se podría diferenciar la fe religiosa (basada en la creencia en determinadas doctrinas que son destacadas como de un orden superior por sus seguidores), de otras formas de expresión de la fe en ideales, en valores supremos como la libertad, justicia, equidad, respeto, solidaridad.
La perspectiva de la fe le da un sentido a la vida. La noción de historicidad, el saber de dónde venimos y hacia dónde vamos como individuos y como colectivo social favorece que se puedan edificar existencias proactivas y saludables, que defiendan la vida y las actitudes de transformación desde la comprensión, la paz y la bonhomía.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que se presentan riesgos, que son inherentes a la condición humana, en cuanto la fe vivida de manera radical o extrema. Se podría convertir en fanatismo, constituyéndose en algo diferente, que puede atentar contra los principios fundamentales que dice defender.
Para identificar cuando estamos frente a una postura radical o fanática, se debería tener en cuenta el respeto a la vida, a la identidad personal y la tolerancia a diferentes formas de expresión de la fe.