El intendente de Montevideo, Mario Bergara, resolvió cesar este viernes a Daniel Garín como presidente de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM), en medio de una creciente crisis institucional y laboral dentro del organismo. La resolución, firmada por Bergara y la secretaria general Viviana Repetto, establece que “en virtud del nuevo cambio de autoridades se considera oportuno dejar sin efecto la precitada designación”, en alusión al nombramiento que había realizado la exintendenta Carolina Cosse el 27 de noviembre de 2020.
Aunque en apariencia la decisión responde al recambio de autoridades tras el cambio de gobierno en la Intendencia de Montevideo, lo cierto es que el conflicto interno en la UAM se venía agravando desde hacía meses, con episodios de tensión entre Garín y el resto de los integrantes de la Mesa Ejecutiva, especialmente con los directores sociales.

Según informó El País, el detonante final fue una denuncia formal por acoso laboral presentada por el gerente general del organismo, Santiago Uría, quien señaló un hecho ocurrido en marzo como punto de inflexión. En aquella ocasión, Garín le gritó y lo expulsó de una reunión de la mesa ejecutiva, lo que generó una situación laboral insostenible. La denuncia fue respaldada por algunos directores, lo que activó el protocolo de actuación ante situaciones de acoso laboral y obligó a que Garín tomara licencia mientras se desarrollaba la investigación correspondiente.
La investigación fue derivada al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que ahora deberá determinar si hubo o no acoso por parte del expresidente del organismo. Mientras tanto, la Intendencia optó por cortar por lo sano y dar por concluida su designación, una medida que también contribuye a descomprimir el tenso ambiente de trabajo que se había instalado en la UAM.
Un clima enrarecido desde hace tiempo
Las tensiones dentro de la UAM no son nuevas. Desde hace meses se había evidenciado un mal relacionamiento entre el presidente y los demás integrantes de la Mesa Ejecutiva, particularmente con los representantes sociales, quienes denunciaban falta de diálogo y un estilo de conducción autoritario por parte de Garín.
Más allá de la infraestructura moderna y los ambiciosos objetivos de la UAM –como garantizar la soberanía alimentaria y ofrecer un espacio adecuado para el comercio mayorista de frutas y verduras–, el organismo ha sido protagonista en los últimos años de numerosas controversias administrativas y financieras. El propio semanario Qué Pasa, de El País, ya había advertido sobre los problemas de gobernanza y las dificultades económicas que enfrentaba la UAM desde su inauguración hace cuatro años.
En ese contexto, la figura de Garín se había vuelto cada vez más polémica y su continuidad al frente del organismo era insostenible. La decisión de cesarlo no solo responde al recambio político en la administración departamental, sino que también parece ser una forma de cerrar un ciclo marcado por enfrentamientos, denuncias internas y una imagen institucional que se había visto seriamente deteriorada.
Una nueva etapa bajo observación
Con esta remoción, la Intendencia de Montevideo se enfrenta ahora al desafío de recomponer el clima institucional dentro de la UAM y de retomar el foco en los objetivos estratégicos para los cuales fue creada. El futuro del organismo dependerá no solo de quién asuma la presidencia, sino también de la capacidad para reconstruir los vínculos internos, transparentar la gestión y enfrentar los desafíos financieros acumulados.
A la espera del resultado de la investigación por acoso laboral, el caso Garín deja al descubierto las vulnerabilidades institucionales de uno de los proyectos más emblemáticos impulsados por la comuna capitalina en los últimos años. Lo que comenzó como una promesa de transformación del sistema agroalimentario uruguayo, hoy atraviesa una etapa de incertidumbre que exigirá liderazgo, diálogo y una firme voluntad de cambio.