Por Leonardo Silva Pinasco
– “Todos los estudios de nuestro país dicen que el mayor porcentaje de personas pobres son mujeres”
– “En la política, los hombres pertenecen a un círculo que a las mujeres les es muy difícil entrar”
Cecilia Eguiluz tiene una trayectoria política de 30 años, que dejó atrás por una decisión personal. Hoy la encuentra ejerciendo la abogacía con un especial enfoque dirigido a los Derechos Humanos, en particular los de la mujer. Ante la propuesta de EL PUEBLO de conversar sobre estos temas, aceptó inmediatamente. La charla fue larga, y sin embargo quedaron temas pendientes que servirán de excusa para un próximo encuentro para retomar esta conversación.
– ¿Cómo se ve hoy el gran tema de la igualdad entre el hombre y la mujer?
– Sobre este tema, tenemos definiciones sobre el principio de igualdad en nuestra Constitución, que es rector para nosotros, es un derecho fundamental consagrado en la misma Constitución. Ahí partimos con aquello que ya todos sabemos, de que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, algo que costó muchísimo tiempo establecer de esa manera, porque antes no todos los ciudadanos eran iguales ante la ley. Por lo tanto, tenemos en nuestro republicanismo y en nuestro Derecho Constitucional una base que a muchísimos países les costó construir y que nosotros tenemos hoy como algo natural, porque para nosotros hoy es algo natural hablar de igualdad. Y es natural porque nos consideramos iguales porque nacemos con eso, que es un principio iusnaturalista y que lo enganchamos en lo que es el capítulo de Derechos y Obligaciones con el artículo 7, el 8, el 72 y el 332 de nuestra Constitución que nos dan además una entrada a todo lo más moderno que hay en el Derecho Internacional sobre el tema de la igualdad.
Pero, ¿qué pasa? Cuando empezamos a separar las aguas, nos damos cuenta que existe aún una desigualdad importante entre los géneros, y esto es lo que se ha discutido durante muchísimo tiempo, que se visualiza en muchas cuestiones, una de ellas es en la remuneración económica en los puestos de trabajo. Uruguay hasta ahora no tiene una legislación concreta. Hace poco se presentó otro proyecto de ley, lo estuve siguiendo, porque en el período anterior me acuerdo que con Pedro Bordaberry impulsamos unos proyectos que tenían que ver con esto, que hace que no exista esa famosa brecha salarial entre los hombres y las mujeres. También existe en nuestro país una desigualdad en el trato entre varones y mujeres. Existe en la política, que es uno de los lugares que conozco, una desigualdad donde los hombres generalmente pertenecen como a un círculo donde a las mujeres les es muy difícil entrar, y que incluso cuando entran, siempre hay alguien que está viendo cómo la va a sacar. Por más que una no se haya sentido discriminada, es claro que eso existe. A veces me dicen que existe más en un partido que en otro, y la verdad que de lo poco que he visto en los 30 años que estuve, lo vi en todos los partidos, y ha sido una lucha pareja de todas las mujeres que llevó a unirnos mucho pretendiendo tener un espacio político, tanto es así que en nuestro país se logró lo que es la Ley de Cuotas, y se impulsa todavía la Ley de Paridad. También existen desigualdades en un tema que trató INMUJERES ahora y que es la consigna para este año, que es el trabajo no remunerado…
– ¿En qué consiste?
– El trabajo no remunerado es un concepto que debe ser conocido y visibilizado porque hay una cantidad de mujeres, que todos conocemos, que han estado toda la vida o la mayor parte de ella, cumpliendo funciones dentro de la casa y no han podido salir a trabajar. Pero, además, otro tanto de mujeres que quizás salían a trabajar y tenían un trabajo remunerado fuera de la casa por poco tiempo, porque la mayor cantidad de su tiempo lo dedicaban al trabajo del hogar.
– En ese caso, ni se habla de una posible futura jubilación.
– Y ni hablar de jubilarse, que es como la segunda cara de esto. Entonces, en este tema hay varias cuestiones interesantes. La primera es que hay estudios que dicen que el 64% del tiempo de las mujeres en promedio, por supuesto que no todas somos iguales, es dedicado al trabajo no remunerado, y solo el otro 36% es parte del trabajo remunerado. Además, hay estudios que dicen que ese trabajo no remunerado no solo ha cambiado la economía de la familia, porque ha hecho que la economía de la familia funcione mejor, sino que además ha cambiado el PBI del país y del mundo, porque de verdad que es un trabajo el que hacen todas las mujeres que no porque no salgan a trabajar o no porque no se les pague, no están realizando la tarea.
Es un concepto que no debería ser moderno, pero lamentablemente lo es. Hay que hablarlo, analizarlo y que hay que mejorar, por esto que me preguntaba al principio, por la igualdad. Vamos a tener igualdad cuando la remuneración equivalga de la misma manera para un lado y para el otro. Entonces, ¿es lo mismo salir a trabajar o no salir a trabajar? Bueno, pero tiene que considerarse el trabajo no remunerado como trabajo.
– ¿Ahí quién debería pagar? ¿El Estado?
– Es un tema de políticas sociales y estatales que tiene que ver con considerar a ese tipo de cuestiones como inversiones sociales. Hay países que están siguiendo esa línea. O sea, no es un gasto. Y acá vamos a lo otro que me preguntaba sobre la jubilación, y recuerdo que en su momento, cuando con el proyecto de jubilación del ama de casa de la Dra. Montaner, muchas impulsamos y salimos a juntar firmas, hoy diría que está todavía más aggiornado con esto del trabajo no remunerado, porque es por ahí el concepto. No es solo porque fuera ama de casa sino por su trabajo no remunerado.
Pero hay otro tema que viene con esto y que desde los derechos humanos nos interesa mucho, que tiene que ver con lo que es la dignidad humana. Muchas veces nos pasa de ver a mujeres, aunque puede también pasar en hombres, que han trabajado toda una vida, porque es un trabajo el que desarrollan con su familia y también en sociedad, porque esas mismas mujeres también forman parte de alguna comisión, hacen algún trabajo para el baby fútbol, para las comisiones vecinales, para las escuelas, porque normalmente es así. Bueno, todo ese aporte no remunerado después no les da a ellas una retribución, algo que tiene que ver con la dignidad humana y que todas las sociedades tendríamos que tener en cuenta, que es observar a la persona como individuo. Yo soy conceptualmente liberal, por tanto, entiendo que la persona como individuo tiene que ser siempre ponderada con esa individualidad que tiene. Entonces, tenemos que buscar la forma de meternos en este concepto del trabajo no remunerado como una política de Estado y como una inversión social que luego tiene que tener su retorno y que genera dignidad al trabajo que hacen tantas mujeres.
– ¿Cómo incide el tema de la pobreza, en particular en las mujeres?
– Este es uno de los temas que más preocupa, que tiene que ver con la consagración de la pobreza como una cuestión normal. Es increíble que estamos en el siglo XXI, donde se supone que hay tantos adelantos, y sin embargo hay cada vez más pobres en el mundo, no solo en nuestro país. Hace poco estuve leyendo a un autor, Karl Popper, que es un autor liberal, que hablaba todo esto del Humanismo vinculado a los temas del liberalismo, donde el individuo por sí solo tiene que hacer todo lo que sea capaz, pero qué pasa, hay una base, y la base es esta que dice nuestra Constitución sobre la igualdad de oportunidades. Entonces, cuando la base falla, y que en este caso es la igualdad de oportunidades, es imposible que de bases diferentes, los individuos puedan desarrollarse en toda su plenitud. Ahí es que falla el sistema, como lo conocemos hoy en día, pero no por una cuestión ideológica, falla en todos los sistemas, porque los pobres existen en todos los sistemas e ideologías que hoy gobiernan.
Por eso existe el famoso tema de la desigualdad positiva, que significa que en la base, que es desigual, al que está abajo se lo sube para que arranque con la misma base. En ese sentido nuestro país tiene el tema como muy avanzado, porque tiene una educación gratuita, incluso a nivel terciario, porque tiene un sistema de Salud Pública que abarca a todo el mundo. Pero la verdad es que nuestro país ha ido en un gran retroceso porque cada vez tiene más pobres, y la pobreza, que por más que me digan que es porque son vulnerables socialmente, sí, pero son pobres, y hay que definir las cosas como son, y la pobreza es una definición que es internacional. Los pobres que hay en nuestro país, que tiene 3 millones de habitantes, por lo que este tema tendría que estar mucho más controlado de lo que está, van a equivaler a generaciones y generaciones de niños que se vienen desarrollando sin esa igualdad de oportunidades, que es de los temas más graves que desde mi punto de vista tiene este país. No existe la igualdad de oportunidades de arranque para miles de niños de nuestro país, agregado a que existe una desigualdad territorial, porque tampoco es lo mismo el arranque y la base que pueda tener familias que viven cerca de la zona metropolitana que las familias que viven al norte, y cuando uno ve cualquier estudio, sobre todo los de la OPP que son los más nuevos en cuanto a la pobreza, uno ve que los niveles de pobreza y pobreza infantil, son mucho mayores que llegan hasta el 40 o 45% en los departamentos del norte y no en los departamentos del sur. Por lo tanto, todo esto hace que se vaya sumando desigualdades en las mismas personas.
El sector pobre, muchos de ellos constituido por mujeres, y en nuestro país este tema carece de estudios, que tiene que ver con las mujeres jefas de hogar en hogares que además son pobres, y donde las posibilidades que tienen los niños se ven reducidas, y donde muchas veces, el asistencialismo juega un rol contrario a la posibilidad de desarrollo, porque su objetivo sería que cada individuo pueda desarrollarse, entonces el asistencialismo bloquea la capacidad de desarrollo, lo adormece. Si bien el asistencialismo es en algún momento necesario, cuando la condición es realmente extrema, en realidad es contraproducente para el futuro, porque justamente bloquea esa parte en el individuo de esa necesidad de lo que dice nuestra Constitución, que cada uno se destaque por sus capacidades y oportunidades.
Todo esto está muy atado, son temas que deben ser hablados, ¿y por qué en el mes de la Mujer? Porque como todos los estudios de nuestro país dicen, el mayor porcentaje de personas pobres, en Uruguay son mujeres. Y ese no es un dato menor.
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PERFIL DE CECILIA EGUILUZ LAXAGUE
Casada, tiene dos hijas. Es del signo de Virgo. De chiquita quería ser abogada. Es hincha de Ferro Carril y de Nacional.
¿Una asignatura pendiente? Estudiar idiomas. ¿Una comida? Ravioles a la caruso. ¿Un libro? “Cómo mueren las democracias” de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt. ¿Una película? Me gustan las películas históricas. ¿Un hobby? Andar en bicicleta. ¿Qué música escucha? Brasilera. ¿Qué le gusta de la gente? La alegría. ¿Qué no le gusta de la gente? Que me mientan.