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lunes, 2 de junio de 2025
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Contrapunto: Abortos

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Alexandra Bozzo

Alexandra Bozzo, colectivo Pro Vida y Familia de Salto

Aborto: “En 2012 se legalizó la muerte del hijo por la propia madre de manera voluntaria”

En el marco de la realización este fin de semana de un nuevo retiro católico de sanación para madres y familias con síndrome post aborto, EL PUEBLO dialogó con Alexandra Bozzo, integrante del grupo Pro Vida de Salto.

– Comencemos por contar sobre el retiro espiritual que están llevando adelante este fin de semana.

– Hoy (viernes) ingresaríamos al retiro hasta el domingo que termina con una misa. Ya casi se llenó el cupo, son dos retiros al año, hay gente que se anotó, son todas mujeres, pero en realidad el retiro también es para hombres, todos quienes están directamente involucrados con el aborto, sea madre o padre aunque también pueden venir abuelos, abuelas, tíos, amigos de las que han abortado, y también aquellos que están involucrados indirectamente, que por ahí incentivaron a abortar o se callaron la boca porque prefirieron no dar su opinión. Llegan casos de matrimonios, los dos vienen a sanar por la culpa que viene después de abortar que les cambia totalmente su calidad de vida y los vínculos en la familia, hay mucha culpa, por eso viene mucha gente a sanar esas heridas. Es una bendición enorme que se retiran reconciliados, algo que luego repercute incluso en los hijos y en la familia. Se piensa solo en la madre y el padre, pero el aborto involucra y afecta a muchos más que al padre y a la madre, porque también han venido hermanos que tienen ese duelo del hermano que no llegaron a tener y que les queda esa marca.

La mayoría de las personas que vienen son de Montevideo, debe ser porque el aborto da mucha culpa y vergüenza. Increíblemente la gente de Salto es la que menos viene al retiro, siempre hacemos mucho hincapié en la confidencialidad, acá nuestro objetivo no es juzgar a nadie, mucho menos a esa madre que viene con culpa y con muchísimo dolor, que tiene una herida abierta desde hace muchos años y que llegan hasta acá para darse la oportunidad de sanar.

– En nuestro país el aborto legal existe hace muchos años, nuestro Código Penal prevé entre otros el aborto terapéutico cuando está en riesgo la vida de la madre o por el embarazo producido luego de una violación, ¿qué diferencias ven ustedes a raíz de la aprobación en 2012 de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo?

– Desde que sale la ley en 2012 el motivo para el aborto es mucho más amplio y ya no será solo un aborto por recomendación médica sino que hoy, y lo sabemos por datos oficiales del Ministerio de Salud Pública, en un 99% de las madres que van a abortar van por cualquier motivo menos por violación o por riesgo de vida de la madre. Pasa que cuando está esta ley se interpreta que es legal y políticamente correcto, entonces no está mal que yo aborte. Se ha naturalizado muchísimo, y sabemos que eso ha pasado no solo en Uruguay sino en todos los países donde se ha legalizado el aborto. O sea, se está legalizando la muerte del hijo por la propia madre de manera voluntaria. Es tremendo todo esto, porque una vez que está la ley se incrementa muchísimo la cantidad de abortos.

Hoy abortan porque les afecta la carrera, porque hoy el objetivo es viajar y este niño por ahí afecta los planes que tienen. O sea, por cualquier motivo. Antes cuando no estaba la ley lo pensaban muchísimo porque es un hijo que viene, porque sabemos que está mal, pero hoy pareciera que no está mal, la ley nos ampara y vamos para adelante.

– Las clínicas abortivas clandestinas han existido siempre, y uno de los argumentos para esta ley de 2012 era para que ya no murieran madres por mala praxis.

– Los abortos clandestinos siguen haciéndose, como digo, por la imagen y por miedo a ser juzgada. Hemos captado a madres que por internet buscan pastillas para abortar fuera de los centros de salud, o porque también se le ha pasado el plazo. El aborto en Uruguay legalmente es hasta la semana doce, están desesperadas y les viene bien cualquier método para abortar. O sea que lo clandestino sigue. Y lamentablemente, lo tenemos que decir, pero tenemos datos que nos respaldan donde se ha mentido, como pasa en la mayoría de los países donde se ha legalizado el aborto, sobre las cifras de abortos clandestinos para que salga la ley. Se ha dicho que habían 150 mil abortos clandestinos en Uruguay para que salga la ley, y hoy que el aborto es gratuito y legal estamos teniendo 9 mil abortos anuales. Así que las cifras que habían dado eran mentiras. Todo muy triste, porque ya tenemos más de 100 mil vidas inocentes que no pudieron nacer.

– Ante esta situación, cuando se producen embarazos no deseados, ¿qué alternativas ofrece el grupo Pro Vida?

– Que hayan otras alternativas, como la adopción. Lamentablemente estas madres que captamos te dicen que no tienen otra alternativa que abortar. Por eso decimos que tiene que haber más apoyo por parte del Estado, como el económico, que también haya más difusión, porque hay ciertos programas como Uruguay Crece Contigo, por ejemplo, pero hay poca difusión, entonces lo primero en lo que piensa esa madre es en abortar. Tiene que difundirse el valor de la maternidad, sabemos que hay muchas madres que no pueden tener hijos, o sea, que se difunda lo que es el milagro de la vida, de poder concebir que es regalar vida. Nada justifica el aborto, por eso hay que apoyar a esa madre, porque a veces no es solo un tema económico sino emocional. Esas personas terminan teniendo pesadillas, ataques de pánico, intentos de suicidio, por eso es necesario difundir alternativas al aborto.

Algo que es muy importante sobre el consentimiento informado que las madres tienen que firmar, ahí no se habla de secuelas emocionales, de lo único que se habla es de las secuelas físicas, como una hemorragia, ni siquiera habla de la muerte y hay hemorragias que han llevado a la muerte. Tenemos abortos legales en Uruguay en donde se ha llegado a la muerte de la madre, y de las secuelas emocionales que son iguales o peores que las físicas, de eso no se habla en el consentimiento informado. 

– La última palabra es suya.

–  Aquellas personas que están en duda si abortar o no, que lo piensen muchísimo porque la solución nunca va a ser el aborto, que es terminar con lo más grande que tenemos que es un hijo, y que eso no es gratis porque en algún momento las secuelas llegarán. Ante esto, que busque otras alternativas. Nuestro grupo está también para esas madres que en ese momento necesitan apoyo emocional, por eso se las apoya durante todo el embarazo porque muchas veces suelen ser madres que están solas o presionadas por la pareja para abortar. Acá encuentran a un equipo de apoyo, y en caso que igualmente decida abortar, también estaremos para ayudar. Somos instrumentos, acá el que hace todo el trabajo en la sanación de ese dolor profundo es Dios, algo que ningún psicólogo puede hacer. 


Colectivo Las Lilas, Red de Acompañamiento Feminista en Aborto

EL PUEBLO buscó infructuosamente la palabra de referentes salteñas en los colectivos feministas que respaldan el derecho de la mujer a realizar la interrupción voluntaria de su embarazo. A medida que avanzábamos en tratar de buscar el testimonio de alguien, nos iban proporcionando contactos de quienes podrían hacer mejor referencia a nuestra propuesta por un tema de especificidad en la materia, pero al final, nadie atendía el teléfono. Esperemos que ninguna persona que se encuentre en la disyuntiva de qué camino seguir cuando cuestiona su embarazo, tenga el mismo trato del que recibimos tratando de ser solo un vínculo informativo.

De todas maneras, logramos encontrar a través de las redes sociales (Instagram y Facebook) un colectivo feminista que opera en nuestro departamento conocido con el nombre de Las Lilas, y que ha dado notas a medios capitalinos como La Diaria y Caras y Caretas, de donde extraemos la información que a continuación compartimos con nuestros lectores.

LAS LILAS

La Red de acompañamiento feminista en aborto Las Lilas es una articulación de colectivos de Uruguay que brinda información, siguiendo la normativa vigente en nuestro país para la interrupción voluntaria del embarazo, para apoyar y acompañar a mujeres y personas con la capacidad de gestar que deciden abortar.Las Lilas están presentes en Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha, Treinta y Tres, Tacuarembó, Rivera, Paysandú, Salto y Colonia.

Según los colectivos feministas, el aborto es un derecho sexual y reproductivo que en muchos puntos del planeta estuvo y está prohibido y penalizado. Esto, además de vulnerar a las mujeres que se enfrentan a embarazos no deseados, poner en riesgo sus vidas y negarles el derecho a decidir sobre sus cuerpos, hace que, en general, muchas tengan que enfrentarse al proceso solas, en ocasiones sin la información necesaria y atravesando otras situaciones de vulneración de derechos. A esto se suma el estigma, que también oficia de barrera y que persiste incluso en países donde la práctica está legalizada. En este escenario, grupos de mujeres y colectivos feministas empezaron a tejer redes para asesorar y acompañar a las que buscan abortar.

Estas redes de acompañantes, que en las últimas décadas proliferaron en América Latina, tienen especial importancia en países donde la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) continúa siendo ilegal; como forma de resistencia, pero sobre todo para evitar que las mujeres tengan que recurrir a métodos inseguros en los que pueden dejar la vida. Sin embargo, también pueden ser cruciales en otros lugares en los que el aborto es legal, como Uruguay, donde la letra de la ley y la información sobre el procedimiento no llegan a todas por igual.

“Acompañar abortos es una práctica que viene con ser feminista”, resumió LiliánAbracinskas, directora de Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), que contó que acompaña abortos desde 1985. “Sabés que, cuando estás en esta situación, muchas veces lo que te salva es la red de solidaridad entre mujeres”, agregó.

La activista contó que MYSU empezó a recibir “muchas consultas” sobre el tema durante la pandemia de covid-19, porque las mujeres “no tenían la respuesta en los servicios”. Ahí fue que surgió la idea de explorar la posibilidad de armar una red de acompañantes en Uruguay. 

Como muchas otras iniciativas feministas, la red nació de una necesidad. “Lo que se detecta es que, si bien existe la ley, el sistema de salud en realidad no cubre la necesidad del acompañamiento y muchas veces ni siquiera la información de cuáles son los pasos a seguir y cuáles son los derechos de las mujeres en la decisión de interrumpir un embarazo”, explicó Stefanía Acosta, integrante de Las Lilas. Una vez que se identificó eso, “organizaciones y mujeres nos empezamos a organizar y a pensar cómo podemos contribuir y cómo podemos acompañarnos”.

La articulación nació con el objetivo de “informar, sacar el miedo, que nadie corra riesgos, dar elementos a las mujeres para que puedan volver al servicio y exigir lo que las guías, las normas y la ley establecen”, detalló Abracinskas. “Lo que queremos, en definitiva, es acompañar y que las personas que quieren hacerse un aborto puedan hacerlo tranquilas, acompañadas y con toda la información necesaria”, redondeó Gardis Hernández, también integrante de Las Lilas.

La información es crucial porque, “cuando una la tiene, puede exigir que el sistema de salud responda como corresponde”, dijo Acosta, pero cuando falta, “es muy complejo, porque si yo no sé, no tengo cómo reclamar, entonces se desencadenan violencias”.

“Fundamentalmente, es una tarea de solidaridad, ese es el eslogan: que no estás sola”, reflexionó la directora de MYSU. “No estás sola y no es un drama”, agregó. “Abortar por medicamentos puede doler más o menos, depende del grado de dolor de cada quien, pero no es riesgoso, y lo que tiene que saber todo el mundo es que el servicio de salud debe responder siempre”.

Las integrantes de Las Lilas contaron que las mujeres que llegan a la red, en general, lo hacen por el “boca a boca”, aunque muchas veces conocen la iniciativa a través de las redes sociales. Según explicaron, el acompañamiento suele hacerse de forma telefónica o virtual, aunque a veces puede ser presencial, dependiendo del caso.

Una vez en comunicación con la persona, se inicia un “protocolo de acción” que busca “indagar en la situación específica para poder tener un panorama más claro”, puntualizó Acosta. Así, se le pregunta en qué semana de embarazo se encuentra, cuál es el servicio al que acudió, si tiene personas de su entorno que puedan acompañarla y, sobre todo, “qué necesita y qué busca” de la red. “Tratamos de ver todo el contexto en donde va a suceder ese aborto, porque no es lo mismo una mujer sola que una que puede contar con otra persona; el acompañamiento es diferente”, detalló Hernández.

La activista dijo que se intenta “sobre todo disipar dudas, porque siempre vienen con muchas preguntas”. “Se trata de brindarle la información concreta y real acerca de qué es lo que puede hacer dentro de las 12 semanas de embarazo y lo que estipula la ley, qué es lo que le va a suceder cuando tome la medicación, qué tiene que hacer en virtud de cómo le va con el aborto en sí, qué puede pasarle después; cuestiones que debería brindarlas el centro asistencial, pero muchas veces este no da la información que una necesita como para quedarse tranquila y saber que va a estar todo bien”, afirmó la integrante de la red. Su compañera agregó que muchas veces el rol es menos dar información y más “sostener y estar ahí para esa persona”.

Si bien no hay un registro detallado de las mujeres que han acudido a la red en estos casi tres años, Abracinskas señaló que “mayoritariamente” han sido mujeres “jóvenes, que están fuera de plazos, migrantes o desinformadas”. También han recibido consultas de “padres de adolescentes del interior del país que no saben a dónde ni cómo recurrir”.

La directora de MYSU dijo además que la mayoría de las que buscan el acompañamiento tienen cobertura de salud pública, “aunque también hemos tenido situaciones de la mala atención en el sistema privado, y a ellas las revolvemos con toda la información para denunciar; es decir, tratamos de que sientan que este es un derecho vulnerado y que el sistema tiene que responderles”.

Por su parte, Hernández aclaró que la red “sostiene, informa y asesora” a todas las mujeres que recurren a ellas, incluso a las que no cumplen con los requisitos legales, pero en esos casos no brinda el acompañamiento.

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