A los 8 minutos del primer tiempo, Santiago Díaz aprovechó un espacio vacío, con Ferro desacomodado. Un pase al medio y la aparición de Fornaroli. ¿El arte de conectar esa pelota con la zurda, acomodando el pie justo para que el impacto generara el 1 a 0? Sin duda. Con Fornaroli, todo es posible. El fútbol se hace posible.
En la captura de la jugada, desde el lente de Vicente Massarino de EL PUEBLO, está la gambeta de Valentín frente a Elbio Blanco. La esencia de quien juega con pasión, siguiendo el dictado de su talento. Universitario sigue ganando, y la influencia de su capitán se vuelve imprescindible e intransferible. El sábado por la noche, frente a Ferro, Valentín apeló a la lógica: ser parte de las jugadas clave, evitando el desgaste del recorrido largo. Valentín pesa en las zonas decisivas, donde los que saben deciden. Y él, siempre decide.
A los 5 minutos de juego, la expulsión de Martín Lima. Luego vino el 1 a 0. A los 12 minutos, Santiago Díaz lanzó una comba que se cerró sobre Guzmán Aranda. Aunque intentó reaccionar, el acoso de Dos Santos complicó aún más la situación, y la pelota entró en la red. Era el 2 a 0. Poco después, llegó la expulsión de Diego González.
¿Existe una fórmula para enfrentarse a Universitario con dos jugadores menos? Ferro Carril fue la expresión de voluntades dispersas, haciendo lo que pudo. Tuvo una oportunidad más o menos clara al gol a los 38 minutos, con un tiro de Natanel Tabárez que Jorge Fleitas bloqueó limitando el ángulo. En el segundo tiempo, algo más intentaron, pero fue insuficiente. Con 9 jugadores contra 11, la misión fue cuesta arriba.
El intacto Universitario
Universitario llegó a 27 puntos, sacándole 7 a Ferro Carril, con 12 puntos (cuatro fechas) aún en juego. Ferro perdió la oportunidad de reducir la ventaja, mientras Universitario avanza como un volcán en erupción. El equipo rojo acumula 28 goles en 12 partidos.
En la recta final del encuentro, Universitario moderó su actitud, evitando exponerse innecesariamente. Desgastaron a Ferro, hasta que varios jugadores, como Nahuel Machado y Natanel Tabárez, terminaron agotados. Universitario fue el equipo perfecto para el momento, defendiendo con solidez y mostrando fluidez ofensiva. Incluso Jorge Gravi se animó con un cabezazo para sellar el 3 a 0.
Ferro Carril terminó herido. ¿Cómo se recupera un equipo así? Mientras tanto, Universitario evitó los fantasmas y reafirmó su convicción: ganar es vital para fortalecer la confianza. Desde el equipo de la «U», Valentín sigue siendo el diablo perfecto, imponiendo su fútbol como solo él sabe hacer. Un crack… como él.