Diario El Pueblo, ha logrado caracterizarse, porque “su voz, sea tu voz”.
Con sus tantos años recepcionando y compartiendo noticias, hoy se ha consolidado como un medio de comunicación masivo.
Dejando ver sencillamente su tarea realizada de corazón, con esfuerzo y responsabilidad de todo el equipo que lo compone.
Intentando siempre reinar con la veracidad.
Abre sus puertas por primera vez, el 15 de Noviembre de 1959, asumiendo como primeros Directores, grandes figuras de nuestro medio en comunicación.
En junio de 1992, se produce un impase en la etapa laboral, para volver a desarrollarla el día 15 de enero de 1993, cuando sale su primera impresión nuevamente.
Allí, quien se anima al gran desafío es el señor Walter Martínez Cerrutti, padre de Adriana Martínez.
Así llega la etapa de una gran responsabilidad puesta al hombro, para un grupo de gente, que ingresaba al diario por primera vez, como es el caso de Adriana.
Quien en nuestra última edición de “Que los medios nunca callen”, será la encargada de seguir narrándonos la historia de Diario EL PUEBLO de Salto, desde su apertura:
“Su primera edición del 15 de enero de 1959 es un proyecto de un grupo de personas, que con vinculación a la CURIA de Salto, funda Diario EL PUEBLO.
Sus primeros Directores fueron Adolfo Silva Delgado y el Escribano Enrique Cesio, quien lo hace por más de veinticinco años.
En junio de 1992 cierra el diario por seis meses sus puertas y allí comienzan las negociaciones para que papá, Walter Martínez Cerrutti, con la fuerte idea de no cerrar sus puertas definitivamente, se haga cargo del mismo.
Llevó tiempo para concretase la negociación y el 15 de enero de 1993, sale a la calle nuevamente, con el nombre de Diario EL PUEBLO de Salto.
Con una diagramación nueva, obteniendo una aceptación enorme.
No solo porque tuviera ya el diario una trayectoria, sino porque era una fuente laboral que no se cerraba.
Se sintió el acompañamiento de la gente, como lo sentimos hasta hoy, ya que el gran patrimonio que conseguimos, es la credibilidad y el apoyo de la gente.
Tanto en la lectura, como en la parte publicitaria.
Siempre digo que es un diario hecho en Salto y al departamento nos debemos.
Incluso contamos con muy buenas sugerencias de lectores, que nos solicitan información nacional, pero consideramos que ya está presente en los demás medios.
Nosotros acompañamos nuestro acontecer y la gente nos acompaña en nuestra historia.
Por lo general, los medios presentes en su totalidad, tienen sus objetivos bien claros, que es el de informar, entretener y formar opinión. Pero nosotros le agregamos un cuarto objetivo, que es ser la voz del pueblo.
Por ello nuestro slogan es: «El diario de los salteños»: “Nuestra voz, tu voz”.
Nosotros como comunicadores, y en mi caso concretamente, somos privilegiados en contar con un espacio para escribir, que no todos lo pueden tener.
Intentando en él, transmitir lo que le parece que mucha gente necesita o piensa.
¿Cómo queda conformado el grupo de trabajo al asumir su papá la Dirección?
Desde muy joven me gustó el profesorado de historia, pero como había que hacer libre la carrera, terminé estudiando Magisterio y recibiéndome. Muy agradecida a la carrera, ya que todas las mujeres tendríamos que tenerla como aprendizaje de vida. Además luego en el diario, me ayudó muchísimo.
Luego me casé, trabajé en un jardín de infantes y nacieron mis hijos, Belén y Matías.
Es en ese momento, cuando papá realiza la negociación con el diario, creí que había llegado el momento de decidir. Dejando la docencia, para volcarme de lleno a apoyar a papá.
¿Cómo es su comienzo en el diario?
El día en que abre sus puertas, en su segunda etapa.
La oportunidad se dio cuando papá me sugiere que viniera para realizar algunas tareas de rutina antes, como atender el teléfono, aprendiendo mientras él no estaba, pero sin tener nada asignado, ni muy en claro lo que iba a ser mi tarea.
Algo que sí me lo inculcó y lo recuerdo siempre es de hacer lo que hiciera, fuera con un perfil muy bajo y avanzando de a poco.
Aprendí que para dar un paso lo doy firme. Evidentemente que algunas veces me equivoco, pero es como una filosofía de vida.
Además siempre pienso que aunque hay un presente y estamos trabajando para un futuro, hay una historia de este diario, con una cantidad de gente que hizo este camino. Entonces hay que respetarla.
A los tres meses, renuncian por problemas personales entre ellos, las dos personas que estaban a cargo y queda Alberto Rodríguez que ya era secretario, de Secretario de Redacción, Julio en la administración y yo como Directora. (Sonríe).
Y así fui aprendiendo en la parte administrativa, con el apoyo de la gente que ya estaba, en un mundo donde prácticamente había muy pocas mujeres.
Luego fui aprendiendo la parte de redacción, que fue cuando el diario me atrapó. Y no por ser la hija de…
Está el respeto, la confianza frente al grupo de trabajo, que hay que aprender, que se va construyendo.
¿Cuáles fueron los objetivos que se planteó con el grupo de trabajo?
Nosotros seguimos un poco la línea de la primera etapa.
Siempre nos hablaban de la verdad y la calidad, nosotros seguimos en esa línea.
Sobre todo que fuera un diario abierto a la sociedad, fue unos de los objetivos principales, puesto que mi padre era una persona muy generosa y querida.
Un diario de puertas abiertas a la comunidad, escuchando a todos por igual. Llegando a toda la ciudad, a los barrios, a Belén, Constitución y Bella Unión, ya que mantenemos un vínculo muy fuerte por haber vivido muchos años allí, decidiendo agregar una página de Bella Unión.
Hace veinticinco años, que con nuestro corresponsal Miguel Quintana instalado allí, todos los días incorporamos sus noticias.
¿Qué es lo que asume, además de la responsabilidad y la reputación del diario?
Las tareas son muchísimas. La más importante, creo, la supervisación de todo lo que se realice, buscando la noticia que tal vez, no sea tan “trillada”.
Comenzamos con notas comerciales, o cobertura en acontecimientos sociales que no se lo veía en forma habitual.
Hoy trabajamos muchas mujeres en ese sector, además del deporte y muchas de ellas, en la tarea del doblado por la madrugada. En la corrección, periodismo y en lo administrativo.
¿Cómo conquista el diario la certificación de IVC y qué significado tiene?
El IVC es un Instituto de Verificación de Circulación.
El mismo tiene una larga historia, editando todos los diarios de la Argentina y también en Uruguay a La Diaria. Y es Antonio Oliva hijo, quien me lo sugiere, donde pasan muchos años para decidirnos a hacerlo.
Es como una radiografía que había que hacerle al diario. Mirando su tiraje y todo lo que ello incluía.
Pero decidimos hacerlo, para darle una transparencia a esa circulación, a esa venta.
Es una declaración jurada, de que si por ejemplo un domingo logramos vender ocho mil diarios, sea real.
Teniendo dos auditorías por año. Eso significó estar entre los cuatro diarios certificados del país y el único del interior del país.
Porque luego de nosotros y además de La Diaria, lo certificó a El País y el Observador.
Fue un paso enorme que logramos dar.
¿El Director de hoy debe ser un ser innovador?
Sí. Yo siempre tengo ganas de hacer cosas.
Tengo 51 años, mis hijos ya están grandes y uno tiene un potencial, además de tiempo para pensar y hacer cosas.
Lo que me encanta es aprender. Considero que uno tiene que tener la suficiente humildad de aceptar que todos los días aprendemos algo.
El diario es una escuela de vida.
Un día llega una persona que se le incendió la casa, quedando sin nada y uno se siente movilizado, queriendo hacer algo por ella.
Al otro día llega una invitación para la presentación de una marca, en un lugar espléndido, donde todo es alegría.
Entonces, vivimos las dos caras de las circunstancias transitando los dos caminos.
Lo mismo pasa cuando una mamá que ha perdido a su hijo, viene a solicitarnos ayuda, para realizar una nota de agradecimiento, nos parte el alma. Al momento aparece otra, para publicar que ha nacido su nieto y es todo una alegría.
Hay un vínculo constante y muy lindo con la gente. Es un compartir todo.
¿Qué la caracteriza?
Me gusta muchísimo trabajar y me encanta lo que hago.
Ya me levanto con ganas de venir a trabajar.
Sin encasillarme en algo, dejando de lado lo demás, a mí me gusta hacer todo.
Es probable que con el correr del día me va ganando el mal humor. Por una cuestión lógica, de ir resolviendo paso a paso cada situación que se dé.
También me caracterizo por tratar de ser muy coherente de lo que digo, con lo que hago. En todos los aspectos de la vida.
¿Qué opinión le merece la prensa y la política?
Yo creo que la prensa es el medio que tiene el ciudadano común para expresarse, del ciudadano de a pie.
Cada vez que hay un medio que cierra o un programa que desparece, por más que estemos o no de acuerdo con la conducción de ese espacio, es una voz que se calla.
Cuando veo alguna rivalidad, que siempre habrá entre algunos medios, me parece que no suma Si tenemos una prensa buena o mala, eso lo va a decidir el lector, televidente o radioescucha.
Y debemos tener la suficiente humildad para escuchar las críticas que se nos hacen.
Eso es muy difícil y duele mucho. Entendemos que no a todos le tiene que gustar el medio, pero cuando son lectores u oyentes, de hace muchos años, uno tiene que escuchar lo que esa persona quiere aportar.
Y si está politizado o no, creo que la gente es inteligente, no le podemos quitar mérito al lector y subestimarlo.
Siento que vivimos constantemente en una campaña política. Porque se termina de elegir un gobernante y ya comienza la próxima.
Entonces a veces me pregunto ¿Alguien miente y alguien tiene la razón?
¿Pero quién miente y quién tiene la razón?
No se puede politizar todo, porque es un ida y venida, que no lo deja al gobierno dedicarse a gobernar, que es lo que tiene que hacer.
Con la oposición se encuentra en una constante crítica, que incluso se vuelve agresiva. Es tanto a nivel nacional como departamental.
Y los gobiernos están muy preocupados en contestar en vez de escuchar.
Muchas veces se pierde el tiempo en el enfoque de lo que se necesita. Y nada conforma a nadie.
Por eso, Diario EL PUEBLO, está con sus puertas abiertas, para todo el que desee expresar su opinión en forma correcta, respetuosa y dando la cara. Porque el responsable de lo que se publica es el diario, pero no tiene porqué hacerse eco de lo que opine esa persona.
Y en cuanto a presiones, siempre alguien va a existir de que llame y pretenda algo, pero va a depender de uno.
¿Se considera un Director creativo?
En una charla a la que concurrí, el expositor dijo en un momento: “los medios del interior deben ser creativos”.
Recordando que no recibimos publicidad oficial, que no tenemos acceso o muy pocas veces a un Ministro, pensaba: si seremos creativos, que tenemos una cantidad importante de funcionarios, y el diario se mantiene con un precio razonable a la venta.
¡Si seremos creativos!
¡Somos unos verdaderos artesanos para hacer este diario!
Porque además, contamos con una tecnología que nos permite hacer el diario, pero no de la última.
Para realizar el diario del domingo, comenzamos el día jueves de esa semana. Y todo tiene que estar sincronizado.
¿Con qué disfruta?
Me gusta mucho estar en mi casa, con mi familia. Me encantaría poder viajar mucho, es como una asignatura pendiente.
Pero sobre todo, la vida me enseñó que disfruto con las pequeñas cosas.
Está el caso de cuando mis hijos eran pequeños, con un gol en un partido de fútbol de Matías. Cuando se iban de campamento, cuando pueden hacer un viaje y hoy me siento muy contenta disfrutando del logro de mi hija Belén recibiéndose de Contadora Pública.
Disfruto de estar comiendo un asado y que no me suene el teléfono. (Sonríe).
Mucho de mis amigas. Amigas de la vida, del Colegio Inmaculada, de mis vecinas, ir al teatro me encanta.
Disfruto de mi lugar de trabajo con la gente del diario, donde uno pasa mucho tiempo y son parte de mi vida., en los días de invierno luego de terminar la jornada nos tomamos un tecito caliente con Gloria, Lucía y Gladys.
No tengo grandes sueños, sí grandes proyectos.
Me gusta mucho leer, escribir para los viernes y los domingos, me siento muy agradecida que la gente me llame para decirme que le gustó algo que haya escrito.
Me encanta aprender, realizar cursos cortos como los realizados en Centro Vasco con Susana Tafernaberry ,en Instituto Mundo Nuevo con Margarita y también me gusta participar de talleres en Literatura, hice algunos con Beatriz Corbella.
Todas cosas que me alimenten el alma.
También es una lucha conmigo misma, no endurecerme, ya que la vida y el estar en contacto con tanta gente, hace que uno se vaya poniendo una caparazón.
Concurro muy seguido a la Capillita de Adoración Perpetua en Barrio Mi Tío. Es un lugar para meditar y cuando uno tiene sus momentos de flaqueza, es lo que me hace sentir en paz.
Voy a muchas charlas en Casa San José.
¿Se siente una mujer realizada?
Si, totalmente.
Me siento muy acompañada, muy querida, y muy respetada por mis colegas.
Pero tengo mucha fe. Y cuando existe alguna dificultad, siempre le pido a la Virgen María que me proteja, me guíe y me ilumine.
Y lo que va a pasar, pase.
¿Qué le diría a su papá hoy si pudiera, al verla dirigir su diario?
Antes que nada, me encantaría que estuviera acá.
Pudiera escuchar el ruido de la puerta, verlo entrar y tomar un café con él.
Poder decirle que fue un abuelo excepcional.
Cuando fui pequeña, no pude disfrutarlo como papá porque trabajaba mucho, pero como abuelo fue espectacular y llevó a Matías al fútbol, a Belén a cumpleaños de 15, a la modista, a probarse ropa en lo de Rosario Manassi, con una paciencia infinita. Él al igual que Matías, era de Nacional y se fueron juntos a Montevideo a una fiesta con Nacional -Boca.
Cuando falleció, sentí que no teníamos ninguna factura para pasarnos. Porque desde que me casé, todas las navidades y los principios de año, los pasé con mis padres, hasta que mamá falleció, después con él.
Fuimos juntos a Cataratas en junio y en octubre del mismo año, falleció. Fue como una despedida.
Y siento una enorme satisfacción, alegría, de saber que le han puesto su nombre al Estadio de Bella Unión: Walter Martínez Cerrutti.
Saber que pasa a la historia y que mis nietos puedan decir: “ese era el padre de mi abuela”.
Pero creo que lo más importante es que no haya quedado nada pendiente entre nosotros, ya que disfrutamos todo.
De las fiestas, vacaciones, de los logros, de los tropezones y fracasos.
Pero tengo muy presente entre todo lo que hemos disfrutado junto a papá, la época en que él era empresario y teníamos una casa en la playa.
La disfrutamos con el tiempo la vendimos y allí pasamos mucho tiempo sin poder irnos de vacaciones.
Un día, alquilamos una casita en Parque del Plata, siendo tres veces más pequeña, que la que teníamos anteriormente y nos fuimos todos, cuatro días.
Yo allí aprendí que lo que uno tiene es circunstancial, porque esos cuatro días en esa casa que era minúscula, fueron unos días muy felices que yo no los puedo borrar de mi mente.
Aprendí que no te la puedes creer, porque nada es definitivo.
¿Qué se siente como mujer, al estar sentada en el sillón de la dirección de un medio tan importante a nivel nacional?
Pasa que yo lo hago naturalmente.
Siempre digo, cuando surge un problema, que yo no estoy en el quinto piso. Mi escritorio está en la pasada de todo el personal. Ni siquiera tengo una oficina.
Todo el que lo desee tiene acceso.
Así que estoy acá… Y la gente del diario puede llamarme a la hora que sea.
Pero mi mayor satisfacción es ver a la gente con el diario debajo del brazo, o sentado en una playera en su casa, leyendo los económicos y su esposa el diario.
A un niño en un kiosco, comprando un diario para llevárselo a su mamá, ¡eso a mí me deja feliz!
Lo miro y pienso: “¡A ese diario lo hicimos nosotros!”
Por eso pienso que cuando nos equivocamos, nos equivocamos todos. Y cuando sale un error involuntario, realmente siento un gran dolor, me tira el día abajo.
Pero también pienso, que si yo lo tomara como si nada pasara, ya no tengo que estar en este lugar.
No puedo ser indiferente y no lo soy.
Envío un saludo especial junto a un agradecimiento, a todos aquellos colegas que han compartido este espacio y que nos han permitido mostrar sus realidades, como hoy lo he hecho yo”.