La publicación de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa en 1962 marca el aniversario de este movimiento literario.
El ‘boom’ fue un movimiento no solo literario y cultural, sino político». Así lo siente uno de sus máximos protagonistas, el escritor Mario Vargas Llosa, cuya primera novela La ciudad y los perros, publicada en 1962 marca la celebración de los 50 años de este fenómeno literario.
Vargas Llosa, a sus 76 años ha coronado su prolífica carrera de escritor con el Premio Nobel y es una de las figuras más solicitadas en todo el mundo.
Pero hace 50 años protagonizó junto a otros jóvenes latinoamericanos como Gabriel García Márquez o Carlos Fuentes, el llamado «boom» literario, que abrió al mundo la nueva novela latinoamericana. «Esta es una historia casi novelesca. Quién me iba a decir cincuenta años después…que iban a pasar tantas cosas», explicó Vargas Llosa en una entrevista a EFE.
Este resurgir de la novela latinoamericana puso en pie una generación de escritores de la llamada Edad de Oro, con Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Juan Carlos Onetti o Julio Cortázar, y que en los sesenta se convirtió en un fenómeno literario y editorial que invadió Europa.
»Nadie sabe cómo nació la palabra ‘boom’. El escritor periodista y chileno Luis Harrs se atribuye la autoría, pero no sé si es exacto, porque en el ensayo que publicó, Los nuestros, no aparece», indica Vargas Llosa.
Aunque Harrs «sí que fue el primero que vio que había una especie de movimiento de escritores que coincidían en algunas preocupaciones temáticas y en técnicas narrativas, pero nadie sabe exactamente cómo se creó esta palabra tan onomatopéyica», argumentó.
Pero lo que sí sabe el escritor peruano, único superviviente ya junto a García Márquez del «boom», es que fue un movimiento que reunió a escritores que no se conocían entre sí. «Cuando estaba en la universidad no tenía ni idea de lo que se publicaba en Ecuador, Colombia o Argentina, y eso cambió en los sesenta, primero en París y luego gracias a Barcelona y el editor Carlos Barral, que fue uno de los primeros en interesarse por la literatura latinoamericana», sostuvo.
«España y Europa descubrieron la literatura latinoamericana, pero los latinoamericanos descubrimos a los otros escritores vecinos, que hasta la fecha habíamos vivido completamente marginados».
Para el autor uno de los logros del «boom» fue «cambiar el estereotipo que se tenía de que «América Latina solo producía dictadores o guerrilleros» y que era un mundo bárbaro que estaba a espaldas de la cultura. «De pronto se descubrió que había una literatura novedosa, nada provinciana, con un horizonte internacional y que había experimentado con nuevas formas narrativas y nuevos lenguajes».
»Existía una preocupación por la condición humana. Veníamos de dictaduras y todos teníamos ideales políticos. Apoyábamos la Revolución cubana, luego el caso Padilla (el encarcelamiento del escritor cubano Heberto Padilla en 1971 por motivos políticos) nos quebró y se produjeron disidencias. Pero había una cierta comunidad de ideales políticos», afirmó.
»De modo que, en realidad, el ‘boom’ fue un movimiento que tuvo muchos aspectos, no solo literario, sino también cultural y político», reconoce el escritor.
Las carreras literarias de Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez han sido reconocidas con la máxima distinción, el premio Nobel, pero el escritor peruano cree que deberían haberlo tenido, además de Octavio Paz, que lo tuvo, por supuesto Borges, pero también Alejo Carpentier, Juan Rulfo, José Donoso y muchos escritores latinoamericanos que no fueron tan conocidos y aportaron mucho a la narrativa.
En el marco de este aniversario, desde mañana hasta el 10 de noviembre en Casa América de Madrid se realizará un congreso internacional sobre «El canon del ‘boom’», un acto al que asistirán los príncipes de Asturias, y en el que 46 escritores debatirán este fenómeno literario
La publicación de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa en 1962 marca el aniversario de este movimiento literario.
El ‘boom’ fue un movimiento no solo literario y cultural, sino político». Así lo siente uno de sus máximos protagonistas, el escritor Mario Vargas Llosa, cuya primera novela La ciudad y los perros, publicada en 1962 marca la celebración de los 50 años de este fenómeno literario.
Vargas Llosa, a sus 76 años ha coronado su prolífica carrera de escritor con el Premio Nobel y es una de las figuras más solicitadas en todo el mundo.
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Pero hace 50 años protagonizó junto a otros jóvenes latinoamericanos como Gabriel García Márquez o Carlos Fuentes, el
llamado «boom» literario, que abrió al mundo la nueva novela latinoamericana. «Esta es una historia casi novelesca. Quién me iba a decir cincuenta años después…que iban a pasar tantas cosas», explicó Vargas Llosa en una entrevista a EFE.
Este resurgir de la novela latinoamericana puso en pie una generación de escritores de la llamada Edad de Oro, con Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Juan Carlos Onetti o Julio Cortázar, y que en los sesenta se convirtió en un fenómeno literario y editorial que invadió Europa.
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»Nadie sabe cómo nació la palabra ‘boom’. El escritor periodista y chileno Luis Harrs se atribuye la autoría, pero no sé si es exacto, porque en el ensayo que publicó, Los nuestros, no aparece», indica Vargas Llosa.
Aunque Harrs «sí que fue el primero que vio que había una especie de movimiento de escritores que coincidían en algunas preocupaciones temáticas y en técnicas narrativas, pero nadie sabe exactamente cómo se creó esta palabra tan onomatopéyica», argumentó.
Pero lo que sí sabe el escritor peruano, único superviviente ya junto a García Márquez del «boom», es que fue un movimiento que reunió a escritores que no se conocían entre sí. «Cuando estaba en la universidad no tenía ni idea de lo que se publicaba en Ecuador, Colombia o Argentina, y eso cambió en los sesenta, primero en París y luego gracias a Barcelona y el editor Carlos Barral, que fue uno de los primeros en interesarse por la literatura latinoamericana», sostuvo.
«España y Europa descubrieron la literatura latinoamericana, pero los latinoamericanos descubrimos a los otros escritores vecinos, que hasta la fecha habíamos vivido completamente marginados».
Para el autor uno de los logros del «boom» fue «cambiar el estereotipo que se tenía de que «América Latina solo producía dictadores o guerrilleros» y que era un mundo bárbaro que estaba a espaldas de la cultura. «De pronto se descubrió que había una literatura novedosa, nada provinciana, con un horizonte internacional y que había experimentado con nuevas formas narrativas y nuevos lenguajes».
»Existía una preocupación por la condición humana. Veníamos de dictaduras y todos teníamos ideales políticos. Apoyábamos la Revolución cubana, luego el caso Padilla (el encarcelamiento del escritor cubano Heberto Padilla en 1971 por motivos políticos) nos quebró y se produjeron disidencias. Pero había una cierta comunidad de ideales políticos», afirmó.
»De modo que, en realidad, el ‘boom’ fue un movimiento que tuvo muchos aspectos, no solo literario, sino también cultural y político», reconoce el escritor.
Las carreras literarias de Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez han sido reconocidas con la máxima distinción, el premio Nobel, pero el escritor peruano cree que deberían haberlo tenido, además de Octavio Paz, que lo tuvo, por supuesto Borges, pero también Alejo Carpentier, Juan Rulfo, José Donoso y muchos escritores latinoamericanos que no fueron tan conocidos y aportaron mucho a la narrativa.
En el marco de este aniversario, desde mañana hasta el 10 de noviembre en Casa América de Madrid se realizará un congreso internacional sobre «El canon del ‘boom’», un acto al que asistirán los príncipes de Asturias, y en el que 46 escritores debatirán este fenómeno literario