
Ileana Poloni es psicóloga y accidentóloga, integra el área de Psicología y Medicina del Tránsito de UNASEV (Unidad Nacional de Seguridad Vial). Con ella dialogó EL PUEBLO tratando de conocer qué pasa en la vida de los protagonistas de un accidente de tránsito, que en un número importante le termina cambiando la vida.
– Desde su valoración profesional, ¿cómo analiza la siniestralidad de tránsito en lo que ha sido este año?
– Lo primero, para nosotros cada vida, cada sobreviviente que queda con lesiones, cada persona que vive un siniestro de tránsito duele. Esa es nuestra lucha en UNASEV, tratar de bajar la siniestralidad. En este año si hacemos un comparativo, tenemos en total 21.597 siniestros de tránsito, lo que eso es muchísimo, dentro de los cuales, fallecidos en siniestros de tránsito tuvimos 424 en 2024. Este año no sabemos cuántos van a fallecer, pero se van sumando. Es un dato gravísimo para nosotros, porque cuando uno pasa raya en el estudio que hacemos en los siniestros de tránsito, evaluamos y valoramos que la gran mayoría de estos se podrían haber evitado.
– A veces nos quedamos en la estadística con esos datos iniciales y no hacemos una continuación de la información del día después del siniestro de tránsito con respecto a la víctima. La pregunta es desde el acompañamiento de quien es víctima de un accidente o de repente también de la persona que produce el accidente, que también puede tener algún tipo de secuela psicológica.
– Claro, sí, por supuesto. Está el victimario, que es quien produce el siniestro de tránsito y está la víctima, que es quien lo vive. Por un lado, cuando sucede el siniestro de tránsito, tenemos ese instante en el que se paraliza todo, los proyectos que teníamos, hacia dónde te dirigías, todo se paraliza, todo queda en stop. Siempre digo que cuando llegamos al siniestro de tránsito a trabajar, se siente un silencio, como que no hay palabras. Un profundo dolor, porque está esto de que queremos ir para atrás dos segundos y ya no podemos ir para atrás. Está la consecuencia ahí en el momento. Entonces, una vez que sucede eso, está el momento en que se llama a la familia, que se le informa que el ser querido tuvo un siniestro de tránsito que le cobró la vida. O si no a las otras familias que se llaman y se les dice que la persona está hospitalizada, que tiene que dirigirse para ahí. Son momentos de mucho dolor y de mucha angustia. Ya estoy hablando no tanto de un día después, sino que es un momento después, una semana después, una vida después. Porque después hay que convivir con todas las secuelas, las consecuencias. Hay que convivir con, en caso de que sea victimario, con las incorrectas decisiones que se tomaron que costaron la vida de una persona. Hay que convivir con la pérdida del ser querido. Entonces, no es solamente el día después, es una vida después.
Y en caso que la persona quede con secuelas permanentes, estamos hablando que hay 27000 lesionados, de los cuales unos 2700 más o menos, quedan con lesiones permanentes, o sea, para toda la vida. Quedan con amputaciones, con trastornos del comportamiento, con trastornos en la personalidad, con angustias. Hay costos emocionales, costos laborales. Hay muchas personas que no pueden volver a trabajar por la discapacidad con la que quedaron. Hay otras personas que tienen secuelas silenciosas, que va más bien por el rumbo de lo emocional, las angustias, las tristezas de no poder dormir, trastornos en el sueño, trastornos en la alimentación. O sea, toda la vida de la persona queda cambiada, trastornada negativamente.
Eso hace que aparezca lo que es el rol de la familia y de los amigos, el rol de esa red que a la hora del siniestro de tránsito juega un papel importantísimo. Son aquellos que nos van a estar ayudando y nos van a estar tirando información para darnos una mano de cómo salir adelante. Y de última, acompañándonos. Por eso ese día después se transforma en una vida después.
Por otro lado, también tenemos lo que son las secuelas de lo que implica en cada persona, en cómo lo va a vivir cada día y cómo enfrenta ese día. Porque de una vida totalmente autónoma pasa a tener una vida 100% dependiente. Y esa dependencia es lo que lo lleva a replantearse esa vida, porque muchas veces esa discapacidad, esa situación va a quedar para toda la vida así. Es donde se empieza a averiguar distintas compensaciones que pueden llegar a haber para que esa secuela se viva diferente. A causa de esto es que hicimos, desde UNASEV, la segunda edición de la guía. Es una guía de orientación y recursos que es para personas afectadas que tuvieron siniestros de tránsito.
Esta guía surge de una persona que un día vino a UNASEV y notamos que había mucha desinformación, y de la importancia de tener la información y las prestaciones centralizadas en una guía. A causa de eso es que hicimos esta guía para poder, al día que la persona tiene el siniestro de tránsito, que se le pueda orientar y que se le pueda informar de los recursos disponibles que hay en el Estado como prestaciones a la cual la persona tiene derecho.
Por ejemplo, tenemos el modo 1, que es una prestación del Ministerio de Salud Pública, que es por muerte inesperada, o sea, pueden ser suicidios, homicidios, y en este caso, siniestros de tránsito. Cuando es por muerte inesperada, el prestador tiene la obligación de otorgarle un psicólogo a esa persona para que pueda, de alguna forma, empezar a elaborar y empezar a intentar ver cómo se sigue y cómo se lleva adelante la pérdida de ese ser querido. Y como ese ejemplo, es toda la guía, hay muchas prestaciones y oportunidades que se tienen una vez que tiene el siniestro de tránsito, con el objetivo de que ya que está el siniestro de tránsito, que las secuelas puedan ser atendidas de determinada forma, para que se viva distinto. Lo mismo cuando hay el fallecimiento de un ser querido.
Intendencia tiene focalizado los puntos donde se produce mayor cantidad de siniestros de tránsito

Así lo manifestó a EL PUEBLO Alberto Subí, Director de Movilidad Urbana, encargado particularmente del área de Tránsito.
– ¿Tienen un mapa de cuáles son los puntos más calientes en dónde se produce mayor cantidad de siniestros de tránsito?
– En principio, Salto está colapsado, hay 89.000 motos, 49.000 autos y 3.500 camiones y zorras, en una situación geográfica que no ha crecido, que está todo desbordado. Hay más vehículos en movimiento y en la vuelta que gente caminando en el departamento. Eso genera una situación de bastante conflicto y de siniestros bastante importante, en donde la mayoría están concentrados en lo que es la zona urbana de la ciudad, en lo que es el microcentro. Tenemos un informe bastante completo donde hemos hecho una visualización de lo que son las principales arterias. Hemos sacado 16 arterias principales y la hemos vinculado a sus transversales. Entonces nos encontramos que, en el periodo de enero de 2025 a hoy, en términos de 10 meses, por ejemplo, calle Agraciada, en la zona urbana, tuvo 42 siniestros. Avenida Barbieri, 41. Blandengues, 43. Gobernador de Viana, 28. Ahí nos vamos un poco a hacer la ruta. Lo que es Amorín, 40. Avenida Batlle, 26. Oribe, 42. Patule, 34. Avenida Paraguay, 28.
Volviendo a la zona céntrica de la ciudad, lo que es calle Brasil y sus transversales, hemos tenido 46 siniestros. 19 de Abril 44. Rivera, 47. Artigas, 55. Y si vamos a Orestes Lanza que está un poco más lejos, 38 y 8 de octubre, 45. ¿Qué significa esto? Que las principales arterias y sus transversales, volviendo a Agraciada en un principio, por ejemplo, tuvo 42, pero todos se han mantenido en un promedio igual, en un promedio de 40. Entonces, tenemos una fotografía de que en Agraciada y Amorín hubo dos accidentes, en Avenida Blandengues dos, en lo que es Soca dos, siempre en Agraciada, en Agraciada y Santa Rosa tres, en Gutiérrez Ruiz y Agraciada cuatro.
Hemos tenido la posibilidad de entender que hay un promedio de concentración de siniestralidad en el microcentro de la ciudad. Ahí es donde están los puntos rojos. En un promedio, como dije en un principio, de 40 accidentes de lo que van los 10 meses. Sobre eso vamos a trabajar, sobre eso tenemos que ver qué solución podemos encontrar, porque muchas veces no pasa solo por la colocación de un semáforo, sino también de alguna obra vial o alguna corrección de parte de obras. Pero de las mil intersecciones que tiene el departamento, si no me equivoco son 987, la mayoría de los siniestros se da en lo que es zona centro de la ciudad.
– Hace unos días el presidente de UNASEV hacía referencia a que de un año a otro básicamente la siniestralidad se ha mantenido, pero lo que ha descendido ha sido la intensidad de los accidentes, en el que ha bajado, por ejemplo, el número de personas fallecidas. Él lo adjudica al fenómeno de los radares en la ruta. En el caso de Salto, ¿cómo es ese fenómeno?
– Se mantiene la proporcionalidad. En Salto tenemos lo que se denomina un código 36, en donde el accidente es un simple roce que lo arreglan entre los seguros. Después tenemos un 37, en donde ya el accidente es un poco de más gravedad, en donde ya accede lo que es la Intendencia Municipal y Brigada de Tránsito. Y después el 38, que es el accidente con deceso, en donde asiste la Fiscalía también. Pero esa proporcionalidad ha mermado, el 38 ha mermado un poco, por lo que se ha dado a nivel nacional de mayor contralor. A ver, los radares ayudan muchísimo, porque en el ingreso a la ciudad hay radares también. Y la gente se ha mentalizado un poco más, y esa baja proporcionalidad que se da a nivel nacional, también se da a nivel departamental. En las rutas nacionales fallecen entre 430 y 450 personas, y en Salto estamos en 17, 16. Este año ya llevamos 15. Estamos deseando que la gráfica no se repita de 17. Pero no es solo por el tema de los radares, hay mucha campaña trabajando en ese aspecto, con la intención de llegarle a la gente y tratar de que la solución comience por casa, por lo que es la cabeza de la persona, y no tanto por la sanción pecuniaria, la multa. En Salto se está trabajando mucho con la parte de la educación vial.
– ¿Cuál es la causa fundamental de la siniestralidad de tránsito? ¿Es el tema de la espirometría positiva o de repente la distracción a la hora de manejar?
– Hay muchos factores, personalmente no creo que sea la espirometría positiva el mayor problema, hay factores nuevos, como es el uso del celular, distracción determinada, que son de época más moderna. Si bien la espirometría es importante, en el momento del accidente y el deceso, no es lo principal, porque aparte es lo que más se controla y lo que hoy se está demostrando que la gente se está cuidando, más allá de que surgen constantemente situaciones de espirometría, pero hay campañas importantes en donde la vemos reflejada, como el 24 agosto o en fiestas importantes, como en Navidad o Año Nuevo, es en donde hay todo un equipo trabajando del Ministerio Interior y de inspectores de tránsito en donde la gente tiende a cuidarse.
Mirá lo que te voy a contar. El 24 de agosto pasado, en 1.143 espirometrías tuvimos uno solo positivo. Eso fue el domingo 24. El sábado 23 y el viernes 22 hubo 590 espirometrías y hubo 12 positivas. Entonces, nos viene la idea de trabajar en una campaña con un título similar a decir que todos los sábados deberían ser 24 de agosto, porque aparentemente el 24 de agosto es donde la gente se cuida más. Esa campaña queremos sacarla adelante y vamos a trabajar sobre eso.
– La última palabra es suya.
– Que se tome conciencia en lo que se está haciendo, que Tránsito tiene un buen equipo en cuanto a la finalidad de llegarle a la gente a través del diálogo. Nuestro objetivo es que la gente logre entender que la solución empieza por ahí. Capaz que nadie nos va a aplaudir por eso, pero donde eso entre en la persona que va a manejar y esa persona lo vuelque a su hijo en la mesa, estoy seguro que se va a cambiar el sentido de la siniestralidad y que vamos a entrar a bajar de a poco. Pero debe nacer por casa.









