Que la situación de Brasil es tremendamente preocupante a nadie debería de sorprender. Si alguien piensa que el intento de golpe de Estado ha sido superado, porque muchos vándalos han sido detenidos, se equivoca diametralmente.
Pensamos que este resultado estaba dentro de lo previsto y si a alguien satisface el hecho de que los fuerzas militares no hubieran respondido al reclamo de los miles de manifestantes que se concentraron frente a los cuarteles reclamando un golpe de Estado, no nos contamos entre ellos,
Para decirlo claro y en forma contundente, el hecho demuestra que el poder radica en la fuerza de los militares. En otras palabras quien manda en toda América son los militares y mucho nos tememos que los “valores” predicados actualmente desde otras tiendas los haya contaminado también a ellos.
Por lo poco que conocemos de Brasil hemos visto siempre una mentalidad militarista. Vale decir que el concepto que prevalece en Brasil es que sólo los militares son capaces de imponer lo que predica su bandera “orden es progreso”, es decir sólo los militares son capaces de ordenar el país, sea cual sea el precio que impongan al pueblo…
En alguna medida esta mentalidad es la que prevalece también en otros países. Se replica, se multiplica y se extiende,
como en Brasil, muchas personas creen en que el poder radica en las armas y no en la razón y en la justicia social.
Que los militares brasileños no se hayan levantado en esta oportunidad es saludable, es beneficioso, pero aún así no nos da ninguna tranquilidad.
Tenemos cerquita de allí el ejemplo de otros países donde en algunas casos se han impuesto las botas usurpando el poder del pueblo. En otros aún se enfrentan al pueblo para imponer su poder, pero en todos los casos lo que más nos preocupa son los “valores” que a poco de ser declamados, muestran y delatan sus verdaderas intenciones.
La ambición de dinero es lo más notorio, varios jefes “narcos” que manejan mucho dinero, en más de una ocasión han logrado “convencer” a algunos jerarcas militares ambiciosos a quienes sólo les interesa el dinero.
Esto es lo que no queremos ver, ni ahora ni nunca, porque somos defensores de la democracia, cueste lo que cueste y de allí que consideremos que la tarea a realizar es la convicción de que el poder y el orden, como la honestidad y la justicia social deben descansar siempre en el pueblo,
A.R.D.