No se trata de lo que pienso, sino delo que hago. La coherencia es lo que importa. Cada vez que alguien sostiene que lo que se hizo siempre, justifica cualquier acción o cualquier medida que se adopte, nos provoca la misma reacción. Porque “ayer, hoy y siempre estará mal…”
¿Qué es lo que queremos cambiar?
Si siempre hubo “clientelismo” político, es porque siempre se lo ha hecho mal. Si lo único que espero es llegar al poder, para usufructuar un puesto “intocable”, entonces no nos quejemos. Quien piensa de esta manera, debería saber que es posible y que no lo es.
Si todos los uruguayos pensáramos de esta forma, deberíamos saber que más de dos millones está en la misma y ¡pobre función pública!
Quien aspira a un cargo público, generalmente tiene una idea que poco o nada aporta. Quien aspira a uno de estos cargos, tiene idea de que cobrará, haciendo lo mínimo posible y “el Estado” (que somos todos los uruguayos), le pagará por ello.
La función pública esta desprestigiada. Es poco transparente y además debiera entenderse que siempre estará en el ojo de la tormenta.
No somos de los que entienden que todos los funcionarios públicos son iguales, holgazanes, perezosos e indolentes con quienes pes pagamos el sueldo, porque sabemos que hay muy buenos funcionarios, aunque haya que buscarlos con lupa. Somos si de los que nos quejamos de la falta de transparencia, sobre todo de los controles para que los contribuyentes no nos quejemos.
Vamos por muy mal camino y hay quien o quienes lo saben y lo aprovechan. En suma los reclamos de un país donde se pueda vivir, donde al acceso a la tierra o la vivienda sea posible, donde llegar a fin de mes no sea una odisea, cambiaria muchas cosas, entre éstas las idas a la Argentina, que siempre hubo…
Nos sigue llamando la atención, cómo los políticos se embretan en tratar de probar o demostrar cómo se está obrando diferente y como los resultados son ahora mejores. En tanto la delincuencia avanza, los muertos son cada vez más y hay generaciones enteras perdidas, buscando alguna basura que les permita comer…
No nos equivoquemos llegará el momento en que serán tantos que no habrá lugar, ni forma, ni espacio donde podamos sentirnos a salvo porque en algún momento habrán de reaccionar.
Todavía tenemos tiempo…no lo desaprovechamos en bonitos discursos.
A.R.D.