«Ahhh…..si, si. Éramos pobres, no había mucho para repartir, pero la buscábamos. Laburar desde chico. Teníamos que sumar para la olla y yo de gurí, era uno más. Hasta que llegó el trabajo en la fideería, porque ahí empecé a hacer lo que también me gustaba. Con mis poquitas cosas, pero el negocio era ese. Todo muy modesto, pero le poníamos corazón, poníamos sobre la mesa los sueños que teníamos. Porque no se crean que uno no tenía sueños. Y Ferro, claro, fue siempre la segunda o la primera casa. Uno fue pasando por todas las funciones. ¡Si habrá pasado gente por el club y si hago memoria, estoy seguro que la mayoría no se me escapa!. Ahhhhh!….no los voy a recordar uno por uno, pero me acuerdo. Porque ellos dejaron en mi y yo dejé en ellos, sobre todo eso de querernos bien como hermanos.. Ahhhh….y sí. Por eso es que siempre he hablado de la familia de Ferro. Me duele los que se fueron….peros siempre están en cada pasito de mi vida. No los veo, pero siento que están. No dejan de estar».

-Tantas veces que AURELIO GARCÍA evocó los tiempos de ese ayer. A veces duros, a veces complejos, pero haciéndo lugar al candor de los sentimientos. Los crack a los que vió, o aquel directivo que le tendió la primera mano o al encuentro del amor que «Tachuela» descubrió para siempre. Unos años atrás, evitó la soledad, porque más que nunca aquel amor que nació en tiempos de adolescencia se quedó para siempre y la familia, no lo dejó sentirse sólo.
No se recostó en la añoranza. Transformó cada día, en nuevos soles. La mágica aventura de vivir de este «Tachuela» que ayer sábado llegó a los 99 años.
La escena familiar se planteará hoy. ¡Irán todos los que puedan ir!.
Porque «Tachuela» es el padre de 6 hijos, cuatro mujeres y dos varones..
Suma 20 nietos, 25 bisnietos y 7 tataranietos.
¿Aurelio García?…..y no. Simplemente no. Al fin de cuentas, es el viejo «Tachuela».
El de la vida y el de Ferro Carril.
El «Tachuela» de ese corazón gigante. De ese afecto que no se doblega.
De ese amanecer para prolongar el querer la vida. La vida siempre.
Desde aquel ayer con tantos que no olvida….»pero siento que están, porque no dejan de estar».
–ELEAZAR JOSÉ SILVA–
Del Ruben, de Ramón
y del «Chumbo» Arrestia
Cabría preguntarse si en Ferro Carril, alguien vio más de lo que vio «Tachuela» en materia de crack que pasaron por el club. De esos que enfundaron la camiseta de la franja, para ofrecerle el marco predilecto a la historia. «Tachuela», en tantos encuentros con EL PUEBLO, siempre suele plantear tres nombres, entre tantas. Se convence que «el Ruben» (por Grassi), fue «enorme, el más grande de todos» y como Ramón (por Rivas), «no hubo atajando otro mejor que él».
Pero tratándose de «Tachuela» no habrá injusticia con Omar Miguel Arrestia….»porque el «Chumbo» fue imborrable. Lo quise como jugador, y lo quise como ser humano. Por eso en el entierro de él, yo tenía esa necesidad de hablar y hablé. El «Chumbo» representó mucho para Ferro y también para mi»
«En medio de una pobreza descomunal»
«Dios quiera y lo acompañe, para que pueda cumplir 100. Año a año para él es una bendición. Es la fuerza que tiene para vivir. Es increíble. Pero es así. Yo digo a veces que en este mundo que vivimos, te dicen que comas esto sí y que no comas esto, tenés que cuidarte, etc….y cuando era chico, «Tachuela» según siempre cuenta, vivió en medio de una pobreza descomunal, cuando era bien gurí. Le faltó nutrientes, como dicen ahora, seguramente un montón. Y hoy llega a los 99 años y conoce a todo el mundo, te habla de tanta gente que pasó por la vida de él. Fue a velorio de amigos muy queridos y no le faltó palabras para ese momento de dolor, haciéndolo desde una lucidez que emociona.
Y se acuerda de todo, eso es lo increíble. «Tachuela» es de los seres humanos que uno ha tenido y tiene la suerte de conocer y sobre todo, apreciar con una admiración que no deja de estar presente».
RICHARD MARIO SILVA, fue jugador de Ferro Carril, Salto Uruguay, divisiones juveniles de Peñarol de Montevideo, la selección salteña, etc. Richard es un familiar de «Tachuela». Ese apunte a EL PUEBLO bien vale la pena rescatarlo. Sumarlo a este tiempo de «Tachuela». ¡El de los 99!
Fotografías por Vicente Massarino:

















