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sábado, abril 12, 2025
Columnas De Opinión

Apuntes en borrador XV

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AVANZANDO.

Siempre que caminamos hacia adelante, avanzamos. Lo mismo ocurre con la evolución humana que avanza con el correr de los años. A veces ocurren hechos que derivan en una aceleración de nuestros tiempos y provoca un “salto cualitativo” en nuestras vidas. Tengo claro que la pandemia fue ese factor que provocó cambios.

No tengo claro si esos cambios iban a ocurrir igual con los años y que la pandemia solo los aceleró o simplemente nunca hubiésemos llegado a ese punto en nuestra vida y en realidad la pandemia solo cambió lo que veníamos haciendo.

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Pero lo cierto es que hubo cambios en nuestros comportamientos. Uno de ellos, muy tangible, es que fuimos dejando atrás el ómnibus para desplazarnos largas distancias y se ha decidido optar por algo más seguro desde el punto de vista viral, el auto.


ECLOSIÓN.

Los enormes camiones que transportan madera y producción hortícola que eran casi dueños de las rutas ahora deben compartirla con una gran cantidad de vehículos de todas las marcas y tamaños que viajan de una ciudad a otra.

Son los autos los que ahora han invadido las rutas que eclosionan en algunos tramos cercanos al sur del país, lo que ha enlentecido la marcha al formarse largas caravanas.


NEO.

Lo cierto es que los viajes en auto se hacen más cortos y llevaderos porque se aprovechan para charlar de todo y de todos, mientras el mate va y viene. Algo difícil de imaginar encima de un ómnibus donde el silencio manda, salvo cuando algún niño llora debido a tener algún problema estomacal provocado por esa madre que al no poderlo dormir y para tranquilizarlo le hace comer galletitas rebajadas con agua, lo que termina provocándole un mazacote en la panza que, en la mayoría de los casos termina derivando en vómitos, lo que en un ómnibus cerrado herméticamente para mantener la calefacción interna puede devenir en vapores que pueden llevar a descomponer o descompensar a algún otro pasajero, o incluso algo peor, como hemos llegado a ver.

Seguramente alguien que haya viajado mucho en una línea de ómnibus indirecta (tambero, le dicen) comprenderá perfectamente de lo que escribo. Esto otorga un valor agregado a viajar en menor escala en un auto que, dividiendo luego los gastos entre los viajantes, termina significando más barato que la compra del boleto del ómnibus.

Esta rara evolución provocada para viajar entre conocidos (nuestra propia burbuja en tiempos de pandemia), parece que llegó para quedarse. Quienes igualmente seguimos usando las líneas de ómnibus, extrañamos cierta comodidad que la pandemia también se llevó, al haber ahora menos líneas directas y prolongando innecesariamente el viaje, por lo que estas mismas empresas de ómnibus interdepartamentales colaboran con nuestra evolución, en este caso, como “Homo Viajerus”. Iremos observando algunos otros cambios que marcan nuestra evolución, seguramente también acelerado por la pandemia, y vaya a saber uno en qué otro tipo de Homo nos estaremos convirtiendo.

Hasta la semana que viene…

Por: Leonardo Silva

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