Edición Año XVIII N° 914, lunes 19 de mayo de 2025
CUMPLIERON. La primera reflexión que nos surge luego de la última etapa de este largo proceso electoral, cabe reconocer la participación ciudadana que dentro de los márgenes estadísticos previstos, concurrió a votar en torno del 88,91%.
Es decir que 93.156 salteños concurrieron a sus respectivos circuitos a emitir ese voto que el alma pronuncia, ya que al ser secreto y teniendo todas las garantías para que así se mantenga, uno cuando ingresa al cuarto secreto está solo con su conciencia y vota en consecuencia. Luego, una cantidad de ciudadanos tan previsible como respetable que se mantiene constante en cada elección, decidió su voto en blanco (2,21%) o anularlo (1,66%).
Votar en blanco o anular su voto es una decisión respetable, porque de esa manera se intenta enviar un mensaje crítico al sistema o a la clase política. Al mantenerse constante en tan bajos guarismos más que una voz que se alza, es apenas un suspiro que no despierta ningún tipo de alarma al sistema, sobre todo en tiempos en que se lanzan furibundos ataques contra la dirigencia política y contra el sistema de partidos. Incluso aquellos que realizan este tipo de denuncias infundadas, tanto en nuestro país como en países de la región, deciden ingresar al sistema del que reniegan para obtener los mismos beneficios que suelen criticar cuando son para otros.
Por eso, orgullo por la participación ciudadana, que pese a alguna campaña solapada de descreídos que pudo verse en algunos medios, decir que sin embargo, el 94,91% de los votantes respaldó alguna de las 139 listas departamentales que se presentaron, y por tanto, que siguen creyendo en el sistema republicano y de partidos políticos como base esencial de nuestra gran Democracia, tan alabada fuera de fronteras.
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AL PISO. Lo que sigue ahora, acallados los ruidos de una campaña electoral que fue corta pero intensa, se trata de bajar la pelota al piso, y acompañar a la distancia de una, esperamos y no dudamos que así sea, correcta transición entre dos gobiernos que seguramente estarán a la altura de las circunstancias históricas que les ha tocado desempeñar.
Una vez conocido el lugar y rol que le tocará llevar adelante en los próximos cinco años a cada partido político, y esperando la confirmación y proclamación final por parte de la Corte Electoral a los nuevos representantes del pueblo elegidos en elecciones con todas las garantías que pueda dar nuestra Democracia, esperamos que cada cual cumpla con su función poniendo ante todo en su mira, el sagrado trabajo por sus conciudadanos, vecinos de esta tierra, más que en las clásicas mezquindades políticas que flaco favor le hacen a esta gran herramienta de la democracia semi representativa.
Están bien los debates de ideas, y bregamos que hacia ese lugar vayan los pensamientos de todos quienes en el próximo mes de julio estarán asumiendo las más sagradas responsabilidades de gobierno, sea desde el oficialismo, quien deberá asumir el compromiso de escuchar y respetar a la minoría, como a la oposición, que sabrá usar de las herramientas que le brinda la Constitución para controlar como es debido al Ejecutivo con la sabiduría que todos esperamos. Que así sea.
Hasta la semana que viene y tilo pa’la barra…