El tema del momento es el agua y sobre todo el agua dulce. Su utilización, su preservación y sobre todo dependencia que de ella tenemos. Sobre este tema recibimos recientemente un valioso aporte de un amigo que nos hizo llegar la entrevista realizada en M 24 al ex Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Agr. Ernesto Agazzi.
Hubo algunos aspectos del tema que nos llamaron poderosamente la atención y los compartimos en esta nota. Ignorábamos y no nos da ningún pudor admitirlo, porque estamos seguros que no somos los únicos.
Que para producir un kilo de carne vacuna (uno de los principales rubros de exportación del país), por ejemplo, se necesitan 30.000 litros de agua. Se explica debido a que el ganado pasa dos o tres años comiendo pasto antes de ser faenado .
Si bien es lo más representativo, debido a la importancia que tiene la exportación de carne vacuna para el país, en este orden debemos decir que según Agazzi, para producir un kilo de carne de pollo se requieren 3.000 litros de agua, en la agricultura, la producción de un kilo de soja insume 500 litros de agua, uno de maíz 900 y demás.
Agazzi no cuestiona la producción agrícola, entendiendo que gran parte del agua que requiere la devuelve a atmósfera ya sea como vapor u de otra forma.
Esto para un país que exporta fundamentalmente agua, es muy importante. Pero también nos resultó muy interesante saber ¿Por qué China importa hoy tanta cantidad de soja, un artículo que antes producía lo suficiente para abastecerse?
Es que según el ex ministro, cuando comenzó a tener problemas por la escasez de agua se dio cuenta que era mejor importarlo que producirlo.
Pero al mismo tiempo nos enteramos de otros aspectos, que no por conocidos dejan de tener tanta o más importancia. Expresó Agazzi que Uruguay apenas ha comenzado a incursionar en lo que se denomina la huella hídrica. Esto consiste en saber cuánta agua se precisó para producir lo que se exporta.
Pero esto que parece una buena intención, una aspiración loable de cuidar y proteger los recursos naturales, se utilizan también en el mercado importador para especular sobre el precio y la demanda de dicho producto.
Esta es la verdadera intención. En alguna medida lo que pareció ser una muy buena intención se transforma en un elemento nefasto para los países exportadores, que de esta manera son manipulados.
Resulta interesante saberlo. Seguiremos con el tema,
A.R.D.
