“En mi vida he hecho cosas por la pasión de hacer lo que a uno le gusta, no por dinero”
Se considera un abuelo feliz y un privilegiado por la familia que tiene, que le ha hecho el aguante en todo lo que ha emprendido, una banda de heavy metal, la murga, mientras piensa en el cine que ya llegará. Nada de lo que ha hecho ha sido por dinero sino por la pasión en hacer lo que realmente le gusta. Conocí a Álvaro “Soda” Castañe en 1990, cuando invitado por Fernando Viera, lo acompañaba cada noche en Del Lago FM haciendo su programa “Ondas de Radio”, y Soda iba hasta el balcón de la radio para charlar de música y su particular gusto por Vanilla Ice y su canción “Ice, ice baby”. Nos reencontramos ocho años más más tarde trabajando en Canal 5, incluso haciendo programas de cine juntos, como “Séptimo Arte” y “Con tacto”, siempre trabajando y creando productos para televisión. Hoy tengo el gusto de charlar con él en este Al Dorso, donde nos cuenta algunas cosas más.
1. ¿Cómo fueron esos primeros años de tu vida?

– Nací un 3 de diciembre de 1975, así que calculale la edad (risas), en barrio Palomar. Mi familia se constituía con mi hermano, papá, mamá y la abuela, que era la mamá de mi mamá. Por la cercanía fui a la Escuela 5 y después pasaría al Liceo Piloto.
2. Se te conoce por tu espíritu rockero y el carnavalero, ¿qué llegó primero a tu vida?
– El rock. Desde chico te acercás a lo que te atrae o a lo que te gusta, y a todos nos gusta la radio. Nuestro internet en aquellos tiempos era la tele y la radio, entonces todos los días se escuchaba Radio Salto en casa, desde la mañana hasta la tardecita. Ahí se escuchaba folklore y todos los temas de habla hispana que se pasaba en ese momento. Y llegó un momento que uno se sintió atraído a las FM, como cuando salió la Del Lago con sus pruebas, que se suma a la época de las discotecas, porque cuando uno tiene un hermano mayor, terminando los 70, había como una euforia de tener discoteca, era una moda que se estaba imponiendo en todos lados, incluso en Salto con lo que era Impacto, todos querían ser disc jockey. En esa época mi hermano y su barra hacían luces con latas de aceite para las discotecas. Entonces comienza a llegar a Salto los discos con nombres como “Llena tu cabeza de rock”, allá por el año 83 a 85. Y entreverado en esos discos americanos venía un Judas Priest, un Kiss, y desde ahí empezás a escuchar. También en la tele, me acuerdo que había un programa de Alfonso Carbone que daban en el canal del Sodre, donde también pasaban Barón Rojo, que fue un boom. Ni qué hablar la televisión argentina que pasaba recitales y mucha música con bandas argentinas de heavy metal y rock, que nos invadió, fue el momento en que me interesó la música.
3. Y el gusto por la murga, ¿de dónde viene?
– Pasa que al ir creciendo, yo iba yendo a lugares donde había tablados móviles, que fue la primera vez que vi a una murga, la Punto y Coma. En ese momento me atrapó, primero porque me hacía reír, eso era lo fundamental. Los personajes y el estilo de letras que también me atrajo, fue el momento que empecé a valorar la murga con especial interés. Ya al gustarte el folklore, que lo escuché durante toda mi niñez en la radio, es como que va de la mano.
4. Una cosa es que te guste y otra que toques en una banda.
– Y al ir creciendo vas escuchando bandas y empezás también a descubrirlas en Uruguay como a Alvacast, que era una banda de Montevideo, que como el Cuarteto de Nos, gente de acá que iba a estudiar a allá te mandaba un cassette con su música. Lo mismo de Concordia, alguien que pasaba para allá luego te prestaba un cassette o algo y te llegaba Rata Blanca, Hermética, y para nosotros era algo nuevo. Alguien que andaba siempre con todo ese material era Martín González, arquero de la selección, de Cerro y de Universitario, campeón salteño. Él era (y es) muy fanático y ya desde joven empezaba a traer todo ese material, que se lo prestó a uno y ese se lo prestaba a veinte, y lo copiábamos. Llega un momento que decís que estaría bueno hacer una banda. Vas probando, porque no fue solo Cimarrón, antes estuvo Genética y otros grupos que probás. Como que te juntás con amigos como para hacer un ruido para ver qué sale, y la banda se va formando.
5. Vos tocás el bajo, ¿cómo llegó eso a vos?
– Toqué medio de oído porque en su momento para conseguir un bajista en heavy metal era medio complicado. Conseguir a alguien que toque lo que le gusta es difícil, así como la responsabilidad de ir a ensayar, cumplir con el grupo. Lo mío fue más por amor a la música y me la jugué al principio tocando de oído.
6. Cuando subiste a tu primer escenario, ¿fue para hacer murga o para hacer rock?
– Para hacer rock, cuando se empezaban a hacer toques luego del que hicieron en el Ojo del Buey, fue en barrio Palomar, en Asencio y Charrúa, en esa esquina fue uno de los primeros toques que se hizo. Ahí arrancó todo, en la época en la que todos querían tener una banda para tocar.
7. ¿Qué diferencia hay entre la murga y una banda de rock?
– La diferencia obviamente es musical, pero donde se junta es en sus letras, porque son todas denuncias sociales, igual que el folklore. Por eso yo te decía que es algo que te da una identidad o te marca el camino hacia dónde ir, y me refiero a lo que dicen tus letras.
8. Después de tantos años en esto supongo que tendrás unas cuantas anécdotas, ¿qué te dejó más cosas para contar, la murga o el rock?
– Las dos. Si bien son públicos distintos, pero te dejan anécdotas, como por ejemplo, jamás se nos pasó por la cabeza que terminaríamos siendo teloneros de Almafuerte, una banda de heavy metal legendaria de Argentina, banda que nosotros escuchábamos. Lo mismo que ir a tocar a Montevideo, eso tampoco se nos pasó por la cabeza, porque siendo del interior, nunca se te pasa por la cabeza que podés llegar a Montevideo, donde tocamos con Herrumbre y Pecho e’ Fierro, bandas muy conocidas de allá. Lo más lindo de todo es que nunca pensás que las canciones que vos escribís le puedan llegar al público después de grabarlas, y eso es lo lindo que queda de una banda, sus canciones y que la gente se apropie de ellas. Más allá que en esto no ganás porque obviamente haciendo heavy metal en Uruguay no se gana plata, pero se gana de otra manera, que es la aceptación de la gente, y más cuando es de una canción. Hay una banda legendaria argentina, Aonikenk, que tiene más de treinta años pero que ya no está más, que eligió una canción de Cimarrón para hacerla en un disco de ellos. Eso para nosotros fue la frutillita de la torta.
9. El cine, ¿qué es en tu vida?
– Uh, el cine también. Es parte de lo que te decía, cuando uno era chico era televisión y la radio. Y en la tele mirabas todo, pero siempre me atrajo lo que es el cine de terror, no sé por qué, pero eso es un gusto muy personal. Las películas de Drácula que daban en canal 8. Éramos chicos y no nos dejaban verlo, pero igual lo mirábamos a escondidas (risas). Además, las películas tipo las de Dario Argento, que venía con bandas de heavy metal como Iron Maiden, entonces todo termina conjugado con todo. No sé si fue casualidad o no, pero te va llevando a algo.
10. Si hoy tuvieras que definirte, ¿quién es Álvaro “Soda” Castañé?
– Hoy por suerte puedo decir que soy un abuelo muy feliz, que tiene una familia hermosa que me ha hecho el aguante en todas mis cosas, desde mis viejos a mi señora, Adriana y mis críos, sea en el rock o en la murga, en la que me considero un autodidacta donde exploré mi parte artística de lo que me gusta, tratando de hacer algo digno. Me encanta el cine de terror y me encantaría poder hacer un corto de terror o ser parte de alguna de las películas de Fede Álvarez, aun de iluminador o microfonista, no por dinero sino por la pasión de hacer algo que a uno le gusta.