OPINIÓN

Alentar a los jóvenes

Mientras fui alumno liceal, tuve un compañero que asistía permanentemente a una iglesia. No viene al caso qué iglesia era, ni de qué religión siquiera.

Lo que quiero decir es que ese compañero, siempre me decía que seguía yendo a clases porque “la gente de la iglesia” lo animaba a hacerlo. Casi (o sin “casi”) como diciendo que si no fuera por ellos, no estudiaría.

Era muy pobre este compañero y a la vez, sumamente estudioso e inteligente. Hoy, es un destacado docente.

Pero adonde apunto hoy con estas palabras, es a revalorizar la importancia de la fe. Y no necesariamente en una religión: también se puede tener fe en la familia, en las ideas, en uno mismo como portador de determinada fuerza, o en las fuerzas (superiores o no) en que cada uno crea.

Y hoy, que vemos muchos jóvenes involucrados en la actividad política, lo peor que podemos hacer es decirles que “todos los políticos son malos”, que “la política es sucia” y todo ese tipo de cosas que solemos oír. Al contrario, tenemos que valorar su compromiso con algo en lo que creen. Sea política, religión o lo que sea.

Lo peor es desmotivarlos, porque así solo estaremos fomentando su indiferencia y ahí sí que estaremos perdidos. No importa con qué partido político, no importa con qué religión… Si vemos jóvenes entusiasmados, alentémoslos más aún.

Quizás no todos sean algún día altos jerarcas políticos, pero tal vez, aunque sea (¡como si fuera poco!) muchos encuentren allí y solo allí (como aquel compañero mío en su religión), un estímulo para seguir andando.