Héctor Trinidad, presidente de Gladiador
El hecho es que Benjamín Albin de la Sub 18 de Gladiador, se fue a Juventud de las Piedras. Otro doble hecho es que dos jugadores que fueron campeones del Interior, Izaguirre y Rocha, igualmente con objetivo de la capital, en este caso Peñarol.
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Son hechos reales, objetivos, que se no se adhieren a ninguna especulación. Nombres y apellidos de jugadores, pero también destinos.
Sucede que unas semanas atrás, el presidente de Gladiador se interrogó en voz alta: «¿cuánto hace que un jugador de Gladiador no se suma a un equipo de Montevideo?…bueno….queremos que la situación vaya cambiando y desde nosotros, buscar hacer algo. En eso estamos».
Héctor Trinidad, como presidente, es el propio entusiasmo de la situación.
De los que tiene en claro que el tiempo no espera y que en esto del fútbol, las decisiones deben plantearse. O asumirse.
Ya para un jugador de 20 años, es establecer distancia con respecto a la ilusión. No más allá de los 18 años. Por eso, si en determinadas ocasiones golpean la puerta, esa puerta se abre o se cierra.
«Nosotros en Gladiador tenemos un pensamiento y lo queremos aplicar. Hay que abrir la cabeza y dejar de pedir plata en el momento. Somos de la idea que el jugador vaya, que se muestre y si responde nos sentamos a hablar con representantes del club. Si no sabemos si el jugador puede dar o no, rendir o no, ¿por qué de entrada vamos a exigir un dinero? No lo haremos».
EL SUEÑO DE LLEGAR
Al fin de cuentas, la óptica, el enfoque, bien que varía de un club a otro. Hay quienes evitan todo ese manejo previo, ante la ausencia de una señal: la del dinero mismo.
Es obvio que tampoco faltan en el submundo del fútbol, los mercaderes de ocasión. Rapiñeros de pases. No son todos.
Si de Gladiador se trata, el presidente apunta a la esencia: el jugador de fútbol.
«Porque aquí la cosa es clara. Si nosotros trancamos de entrada, puede plantearse la frustración de ese juvenil y se queda sin el sueño de poder llegar. Es una cuestión de sueños también, ¿o no? Si ese jugador va y queda, se hace un contrato para seguridad nuestra, en la que se deje en claro el porcentaje de futuras ventas o lo que fuese. Eso se ve. Pero no cortar las piernas de arranque. En Gladiador nos importa que el jugador juvenil pueda trascender y que se tenga la posibilidad, que se la juegue. Por eso mencionaba que en determinados casos hay que abrir la cabeza y no cerrarse. Nosotros no vamos a cerrarnos».
Un total de tres jugadores de la cantera de Gladiador, con rumbo al sur. Causas de presentes y horizontes que llaman. Sustento de esa ilusión que en Gladiador se prioriza.
Para ellos, los diques de contención al margen. Más vale que fluya la chance.
El dinero en un segundo plano Hablan de «abrir la cabeza». Y el hecho lo remarca.
«¿Por qué de entrada, vamos a exigir?: no lo haremos».
Y no lo hacen.
ELEAZAR JOSÉ SILVA-