Jóvenes Emprendedores:
Vicente y Jimena llevan adelante dos emprendimientos empresariales en los barrios Salto Nuevo y Saladero. Ambos negocios están abiertos de lunes a lunes de 9 a 13.30 y de 15 a 24 horas, salvo viernes y sábados que cierran más tarde.
– ¿De qué trata el negocio que llevan adelante?
Vicente- Es de autoservicio y rotisería, tipo almacén, donde el cliente va y se sirve de todo lo que tenemos, es como un minimarket con pan, todo tipo de bebida, fiambrería, helados y dentro de la parte gastronómica que ofrecemos, además de rotisería, tenemos las tortas de «El Punto del Sabor», que es de la familia. Este emprendimiento que abrimos la semana pasada se llama «El Almacén» en Catalina Harriague de Castaño y Yacuy, en una cooperativa. Antes que nosotros llegáramos ya estaba funcionando ahí algo similar, nosotros compramos la llave y tuvimos que hacer luego algunos arreglos porque el edificio estaba algo deteriorado, y lo dejamos a nuevo.
– ¿Ustedes ya tenían una experiencia con la rotisería?
Vicente- Sí, yo tengo en Salto Nuevo, que también tenía rotisería y las tortas de «El Punto del Sabor», pero ahora ya es también un almacén. Este de Salto Nuevo se llama «Punto Sur», en avenida Solari 1500, esquina Itapebí, y fue donde comencé hace tres años en esta aventura empresarial.
Jimena- Yo dejé mi trabajo hace poco más de un mes para sumarme a «El Almacén». Trabajamos los dos aquí y mi madre, Luisa, que nos cubre en el de Salto Nuevo desde el año pasado, porque yo estaba allí de tarde.
– ¿Cómo es ser emprendedor en estos tiempos?
Vicente- Cansador. Yo estudié previamente el panorama hablando mucho con los proveedores que abastecían a este último almacén que terminamos comprando en Saladero, sabía bien lo que se compraba y lo que no. Entonces, tiré mis números, y según mis números, el negocio rendía. Igual, como todo en estos tiempos, es una inversión a recuperar a largo plazo, porque la llave de este comercio no salió nada barato.
Jimena- Y además, como te comentó Vicente, tuvimos gastos no previstos en el local, que estaba muy descuidado, hubo que reformar algunas cosas, eso aplazó la inauguración del comercio unas dos semanas para después recién surtirlo todo y poder abrir sus puertas.
– ¿Y cómo vieron los vecinos la reapertura de «El Almacén»?
Vicente- Bien, estaban todos como esperando y nos preguntaban cuándo abriríamos. Pero mejoramos aún más las expectativas que tenían con nosotros los vecinos cuando anexamos algo que no tenían antes, cuando pusimos la rotisería acá todos los días, que algunos ya la conocían del otro negocio, pero tenían que caminar un poco para llegar hasta ahí, y ahora ya lo tienen mucho más cerca.
– ¿Cómo se ven en el futuro?
Vicente- Bien, trabajando mucho. Ahora estamos como probando, pero viene muy bien la cosa. Y permitime agradecerle a Jimena, que se la jugó dejando su trabajo que hacía dos años que estaba ahí, para apoyarme en este emprendimiento. Lo que nos motiva a ambos es que esto es nuestro.