EL PUEBLO conversó con el Arquitecto Walter D’Amado, quien estuvo cerca de la obra de la Represa Hidroeléctrica de Salto Grande desde el primer momento, siendo testigo de aquel 1° de abril de 1974, hace hoy 48 años, cuando la Comisión Técnica Mixta entregó los terrenos a las empresas que se encargarían de la obra binacional que ese mismo día daba inicio, constituyéndose en la obra más importante que se había construido en nuestro país hasta que llegó la Planta de UPM, pero en este caso particular, junto a otro país, siendo en ese tiempo la tercera obra más importante de América del Sur y única binacional.

A 48 AÑOS
“Este 1° de abril –comenzó diciendo D’Amado- se cumple un año más de la entrega de los terrenos al consorcio de las compañías que formaban Salto Grande, Impregilo S. p. A., Palenga S., Sollazo Hnos., y Impresit Sideco S.A. CI. I. y F.A., que fueron las que ganaron la licitación, que fue lo que permitió el inicio de las obras ese mismo día. Tempranito de mañana estuve en la entrega de los terrenos del lado uruguayo y entramos para mostrar los límites de los terrenos, aunque ellos con la práctica que venían lo tenían claro”.
Las obras “comenzaron del lado uruguayo debido a la altura del obrador. El lado argentino era más fácil porque era solamente una estancia. De este lado recordará que se tuvo que vivir todo un proceso de expropiación”.
D’Amado agradeció la presencia de EL PUEBLO en su casa porque entiende que “una obra muy apreciada y querida por el pueblo de Salto no se le estaba dando mucha bolilla a su historia. Es una obra que movió el pueblo de Salto en un éxodo al revés, porque fueron hasta la plaza en Montevideo, que yo sin conocer a Salto en esos años los vi a los salteños frente a la casa de gobierno reclamando. Alguien tiene que recordar todo eso”.

APOYADA POR TODOS
“Recuerdo que en ese momento Salto estaba muy decaído, dependía prácticamente en un todo de la ganadería, que en su momento tuvo mucho auge. Por eso esta visión de construir la represa fue apoyada por todos, desde el que fue Diputado por el Partido Socialista Andrade Ambrosoni y de ahí en más todos, sin banderas políticas, porque se trataba de Salto. Pero hoy pareciera que a nadie le importa esa parte de nuestra rica historia, posiblemente por culpa de ese manto de lo que fue el régimen cívico-militar, algunos no se dan cuenta que el germen de la obra no fue de ellos, quizás fueron quienes lo concretaron, pero el origen está en el pueblo de Salto”.
“En el momento que comienzan las obras, Salto estaba en la lona en materia de trabajo, las inscripciones para trabajar en Salto Grande se hacían en una oficinita en la galería del Hotel Los Cedros, todos peones de mano, había muy poca gente especializada. Por eso vino mucha gente especializada de afuera, la prueba está que tomó vigor la famosa línea de ómnibus Tico, que iba de Bella Unión a Colonia, porque venía a la obra gente de Colonia, de Mercedes, de Fray Bentos, de Paysandú”.
DANDO NACIMIENTO A
BARRIOS
“Respecto a mi trabajo en la obra, en primera instancia era hacer toda la coordinación de ver dónde iba a vivir toda la gente que iba a trabajar, ya se sabía que iban a ser cinco mil personas las que iban a trabajar en Salto Grande”. “Por eso, con anterioridad, me presento en Montevideo a un llamado para arquitecto, donde fui elegido, para la parte de habitación, para lo que teníamos que estudiar, primero la ciudad de Salto, todos los predios, el posible plan regulador que había, las necesidades que había de habitación, los terrenos. Eso fue por diciembre del 71, cuando me vengo definitivamente a Salto”, ese fue el inicio de la construcción del Barrio San Martín. D’Amado nos invitó entonces a conocer su escritorio donde nos mostró fotos de la época, entre las que se encontraba una foto aérea de la ciudad de Salto donde se aprecia la zona verde donde se termina eligiendo sobre el Barrio Cien Manzanas para construir las viviendas que terminarán formando parte del nuevo Barrio San Martín. Pero como se trataba de una obra binacional, “el otro barrio es el que se le exige a la empresa para sus obreros porque necesitaban dónde vivir, ahí surge el Dos Naciones. Yo estuve en todo lo que fue la coordinación para hacer el Barrio San Martín”. A la hora de hacer balance de lo vivido, D’Amado siente “mucho orgullo y agradecimiento porque durante la obra y después, los conocimientos que adquirí fueron muy importantes, porque yo empecé con las viviendas, pero después toda la planificación de la obra sobre donde iba la Aduana, de esto y aquello lo hicimos un grupo de trabajo, donde el Arq. García Campos y yo fuimos quienes hicimos toda esa planificación. El 1° de abril fue el comienzo, y después me fueron cambiando de puestos hasta que me jubilé a los 65 años”.