Una señora que tiene almacén hace muchos años en un populoso barrio, preguntaba ayer con insistencia a los clientes que llegaban, cuándo se pagan los aguinaldos en el sector público. Su pregunta se explica, dijo, «porque tengo varias cuentas para cobrar y estoy necesitando esa plata cuanto antes».
En verdad que el aguinaldo que dentro de pocos días reciban los trabajadores de este país, en muchísimos casos ya está comprometido en cubrir deudas, como la del almacén del barrio u otras más grandes.
Sirvió la ocasión para preguntarle a la señora qué pensaba sobre las tradicionales «libretas de almacén», donde se anota todo lo que el cliente lleva sin pagar, con el compromiso de pagar después. «La libreta es algo muy viejo y que no creo que se termine nunca, y sé que a mucha gente es lo que la salva (risas), pero a uno a veces se le hace un poco pesado no recibir plata por tantos días, y hay también un tema de confianza, de saber a quién y cuánto se le fía, la confianza que cada vez se va perdiendo más, una pena», decía.
Uno de los comentarios más comunes por estas horas refiere al árbol de Navidad armado por la Intendencia. Así como otros años se lo ha criticado, este año son bastante coincidentes los comentarios que lo elogian por su belleza.