Hemos sostenido en estas columnas que la educación formal tal como la conocemos no puede abarcar de por sí sola temas como el de la violencia de nuestros días.
Es que como tal ha trascendido el ámbito de la educación formal y si analizáramos un poco las causas de la violencia doméstica tendríamos que reconocer que en todos los ámbitos, el tránsito, el trabajo, la familia, el deporte y no sólo la escuela y el liceo, nos hemos acostumbrado a la violencia del grito de la discusión, del insulto o del golpe, cuando no de otros métodos aún más graves, como forma de “resolver” los problemas.
Nos explicamos en estos días se ha puesto “de moda” difundir las peleas entre estudiantes liceales. A veces hasta incentivados a pelear para que alguien los filme y luego lo publique en las redes sociales, medio preferido por los jóvenes.
Cuando se registran hechos como los que se han registrado en estos días, recién parecemos dispuestos a tomar “cartas en el asunto”. Es que la barritas de ex alumnos en derredor de los centros de estudios siempre han existido.
Lo que nos preguntamos es ¿qué estaremos aportando con la difusión de estos casos? Porque hacerles precisamente lo que buscan no es aportar nada, sino tratar de “vender” de alguna forma.
Es por eso que entendemos que deberíamos asesorar o informar al menos que hacer en estos casos. Eso es precisamente lo que no se hace.
Los chicos y a veces no tan “chicos” que van a buscar o proteger a sus novias también han existido siempre. Pero antes parecería que nos importaba más la seguridad y por lo tanto estos eran dispersados o perseguidos.
Pero no sólo se trata de esto. La violencia comienza en casa, cuando el niño y luego el joven nos ve “resolver” los problemas mediante el uso de la violencia, seguramente que intentará replicar esta fórmula.
No estamos diciendo que el hogar sea el único culpable, pero si que es uno de los culpables de estos hechos. Se trata de problemas multisectoriales, que seguramente tiene más de una causa, pero no tenemos dudas que comienzan en el hogar.
Hemos tenido información de familias que celebran o se “divierten” al conocer el “bullying” (hoy ciber acoso conocido en las redes) y esto es o puede ser definitivamente el comienzo de un “bullying”.
Debemos empezar por condenar o sancionar todo acoso, así sea mínimo dentro del hogar porque inevitablemente esto es lo que tenderán a reproducir luego nuestros jóvenes.
A.R.D.
La violencia empieza por casa
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