Con Cristina Mansilla Decesari, una salteña que trabaja por la paz y la cultura en París
Cristina Mansilla es salteña por opción, sus padres la vieron nacer en España cuando el exilio político los llevó por esos lares en épocas donde vivir en Uruguay, era hacerlo bajo el autoritarismo. Es diplomática porque creció viendo esa herramienta para la solución de conflictos. Su profesión la llevó a representar a nuestro país primero en México y ahora en París, como agregada cultural en la Unesco. Tiene más de 2 mil libros, es hija, esposa y madre, Licenciada en Relaciones Internacionales y Procuradora. Y como buena soñadora, aspira a vivir en un mundo más justo. Con ella nuestra sección semanal, Al Dorso.
1- ¿Cómo es su nombre, qué edad tiene y donde nació?
Me llamo Cristina Mansilla Decesari, tengo 41 años de edad. Nací el 25 de setiembre de 1978 en Vigo, Galicia, en España. Y nací en Europa porque mis padres, Ramón Mansilla y Estela Decesari, tuvieron que irse al exilio en el año 1976 por razones políticas. Pero me crié en Salto hasta mis 18 años de edad, cuando me fui a estudiar a Montevideo.
2- ¿Dónde estudió y qué carreras hizo?
Estudié en la Universidad de la República. Primero en Montevideo, donde me recibí de Licenciada en Relaciones Internacionales y luego en Salto donde seguí estudiando abogacía y me recibí de Procuradora.
3- ¿Por qué eligió las carreras de Relaciones Internacionales y Derecho?
Elegí el Derecho y la diplomacia cuando tenía ocho años. El derecho por aquello de tener herramientas para defender lo que creo Justo, los derechos y las libertades, en fin las personas. La diplomacia: Imagino porque me crié hasta mis siete años de edad en Ginebra, Suiza. Una ciudad centro de la diplomacia y donde los uruguayos y las uruguayas tenían una gran actividad de denuncia ante los órganos de Naciones Unidas por las violaciones a los derechos humanos que sucedían en Uruguay y aquello me influenció en la creencia de que es un espacio, la diplomacia, para construir la paz.
4- ¿Cuáles eran sus aspiraciones, sus metas?
Bueno poder estudiar estas profesiones, trabajar en ellas. No me recibí de abogada, me resta una materia pero indudablemente fue un proceso muy formativo. Contribuir a la construcción de una sociedad más justa y equitativa por supuesto es la meta más elevada Que el camino que una recorra sea volcado al otro, a los otros, con ética y compromiso.
5- ¿De todos los desafíos que se planteó en la vida, cuáles ha podido cumplir?
Tengo el enorme privilegio de haber tenido un punto de partida en la vida, gracias a mi madre, que me ha permitido cumplir una inmensa cantidad de desafíos pensado en mi niñez y adolescencia. Lo bueno es que una pueda ser capaz de ponerse nuevos desafíos y no cesar nunca en esa vía.
Es una enamorada de la lectura y de los buenos libros, ¿cree que leer y aprender nos hace mejores personas?
Sí, tengo una adicción a los libros. Cuando dejé de contar, tenía dos mil. Parecen mucho quizás pero no lo son. Creo en eso que decía el escritor Roberto Bolaños: “mi patria es mi hijo y mi biblioteca”. Leer es abrir ventanas infinitas al mundo. Es dotarse de visiones que te permitan no acumular conocimiento enciclopédico, sino dotarse de herramientas para ser en el mundo, para desarrollar la empatía, para reforzar un marco ético y tener ejemplos que inspiren.
6- ¿Cuándo entró a la cancillería y que aspiraciones tenía cuando lo hizo?
Entré en el 2007, por concurso público de oposición y mérito. Mi aspiración entonces es la misma que hoy: ser una funcionaria al servicio de la República con dedicación, profesionalismo, capacitación y responsabilidad.
7- ¿Qué recuerdos y enseñanzas le quedaron de su estadía en México?
México es un país maravilloso que quedó para siempre en mi corazón y en el de mi familia Su cultura es una cosa que queda en la retina. Nunca pierde una la capacidad de asombrarse. Tuve el honor de desempeñar las tareas de agregada cultural y fue realmente muy formativo.
8- ¿Cómo es vivir en París (Francia) desarrollando la función que cumple ahora de Agregada Cultural de Uruguay ante Unesco?
Desde el punto de vista profesional afronto un desafío realmente estimulante como es poder estar en la Delegación Permanente del Uruguay ante Unesco con colegas excelentes. Nunca había trabajado en el mundo multilateral y todo es aprendizaje. París y con esto no digo nada nuevo, es una ciudad hermosa. No solo por sus grandes tesoros, sino porque tiene una escala humana muy disfrutable. El turista que viene con un tiempo determinado y ve una parte hermosa de París, pero hay sorpresas por todas sus calles.
9- ¿Qué cosas le han quedado pendientes?
Por ahora él debe es escribir el libro que me ronda la cabeza hace mucho.
Hoy por: Hugo Lemos Valerde