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2021 – 2022 EL PUEBLO presenta La entrevista escrita más larga del mundo. Parte 26 con Salomón Reyes

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Salomón y su historia laboral: “Me he formado en la vida para ser libre”

Salomón Reyes empezó a desempeñarse laboralmente desde que era un niño. Su madre era el único sustento en su hogar, mujer por demás laboriosa y se empeñaba porque sus hijos cultivaran el hábito del trabajo.
Por ello Reyes recordó sus primeros trabajos convencionales, la mayoría de ellos fallidos debido a su inexperiencia y corta edad, trabajos que nada tuvieron relacionados con lo artístico, pero que de alguna manera esas experiencias lo llevaron a abrirse un camino diferente en la vida y luchar por concretar sus proyectos. “Fueron trabajos un tanto extraños y que no tuvieron un final feliz” lo expresa en forma divertida.

  • ¿Cómo fueron sus primeras experiencias laborales?
    -”Yo venía de una familia muy humilde donde mi mamá se hacía cargo de nosotros… tenía que trabajar muchísimo para más o menos mantenernos y darnos este las pocas cosas que teníamos.
    Entonces mi mamá desde que éramos muy pequeños nos estuvo presionando para que trabajáramos , cuando todavía éramos pre adolescentes. Entonces ella misma nos iba consiguiendo algunos trabajitos para que ganáramos nuestro propio dinero.
    Uno de los trabajos que, me consiguió fue ayudar a un vecino que se dedicaba a vender peluches .
    Él solía ir de feria en feria. Debo comentarles que en México las ferias son diferentes, con eventos parecidos a los festivales denominados ferias regionales o expos regionales… son como grandes fiestas de los departamentos lo de los estados en donde va mucha gente.
    Allí la gente va a convivir, a beber, a comer y a comprar cosas.
    Lo cierto es que mi vecino tenía un puesto de peluches y se dedicaba a recorrrer todas las ferias. En ese entonces yo era muy pequeño y debía cuidar el puesto… imagínense… en un lugar donde iba a haber muchos visitantes.
    Recuerdo que íbamos a una ciudad llamada Tabasco… cuando me enteré yo estaba muy entusiasmado porque iba a conocer otra ciudad y pensé que nos quedaríamos en un hotel.
    Lo que resultó fue muy diferente a lo que pensé. Tenía que estar todo el tiempo en el puesto… no podía ni bañarme; tenía que esperar la comida e inclusive dormir alllí porque no podía separarme de ninguna manera de puesto. Fue un verdadero desastre.
    Regresé a mi casa llorando y le conté a mi mamá lo que me había pasado
    Creo que fue la primera vez que sentí la explotación en viva piel, en carne propia.
    Luego mi mamá me consiguió una tarea en la carnicería que quedaba a la vuelta de mi casa, para ayudar al carnicero Jesús, que era bastante enamorado… a todas las mujeres que pasaban le echaban los canes y andaba siempre enredado.
    Mi trabajo consistía en limpiar por la tarde la carnicería y así me ganaba unos pesos.
    Pero un día me dejó solo y vino una clienta a pedir bistecs… y si bien yo no tenía idea, accedí a atenderla y e intenté cortar los bifes.
    Los cortes me salieron espantosos y aún así la mujer se llevó la carne… seguramente luego se habría quejado a Jesús.
    Un miércoles, por alguna razón – pienso que sería por alguna de sus andanzas Jesús me dijo que no fuera esa tarde a trabajar y ese mismo día asaltaron la carnicería y le hicieron una herida, así que me salvé de milagro”.
    Más adelante en unas vacaciones, Salomón trabajó en una tienda pero a los quince días dejó de ir porque su trabajo era agotador, tenía que estar parado desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. En México es muy común que los jóvenes estudiantes trabajen en la época de vacaciones para hacerse de un dinerillo para la época de las fiestas.
  • ¿Y cómo siguió su historia con los trabajos?
    -”El próximo trabajo se dio cuando yo ya era mayor y tenía uso y conciencia de mis facultades mentales… fue en una época en la que ya estaba estudiando actuación y se dio un boom en la ciudad de México.
    En todos los bares contrataban gente de arte para para hacer de mozos o artistas.
    Ésto se volvió como una movida fue una etapa muy linda y yo aproveché porque estaban abriendo un bar que se llamaba La Casa del Inquisidor y pues fui a pedir trabajo y dividía mi tiempo entre el trabajo y el estudio.
    Fune una experiencia muy linda que me duró un año y medio
    Empecé atendiendo al público y llevando bebidas… era un bar de alto nivel donde frecuentaban personas de clase alta… los tragos eran muy caros, pero debo decir que había una onda muy linda.
    Posteriormente me ascendieron a bar tender, para luego ser el jefe de personal.
    Pero también termino un poco mal ese asunto pues vino un declive en ese tipo de bares… también despidieron compañeros de manera injusta.
    y pues se armó como una especie de revuelo…una especie de zozobra laboral. Protestamos para que no corrieran a esos compañeros y muchos de ellos eran los que me habían invitado a ese trabajo, entonces me sentía en deuda con esas personas.
    Luego me vine a Uruguay y trabajé en Paysandú en un un proyecto artístico cultural; tuve un sueldo y condiciones más o menos buenas, si bien el trabajo un poco estresante el trabajo… me dolía el cuello a todo el tiempo.
    Fueron muy pocas las veces que trabajé como empleado y no sé si yo estoy hecho para ese tipo de trabajo a esta altura de mi vida … siempre he sido un poco libre no y es lo que me ha me ha ido formando en la vida. Ser libre.. definir mis horarios, lo que hago en qué momento lo hago, en qué decido invoucrarme y en qué no. Obviamente esa situación le pega a los ingresos económios, porque no se da la posibilidad de contar con ingresos fijos.
    Pero estoy acostumbrado a esos vaivenes en mi cida económica y no me parecen extraños. Siempre mantengo la filosofía de que el dinero va y viene…en algún momento te falta en otro viene en otro te falta en otro te viene y así entonces la cuestión es irse habituando a tener ritmos más altos e ingresos mejores”.

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