En un agujero en el suelo, vivía un hobbit”… con esta sola frase, garabateada en un escrito de uno de sus alumnos mientras lo corregía, J.R.R. (John Reul Ronald) Tolkien comenzó a escribir una de las aventuras más grandes de la historia de la fantasía del mundo occidental. De esa manera comenzaba a tomar cuerpo la Tierra Media, donde estaba inserta La Comarca donde vivían los hobbits.
Sin embargo, Tolkien nunca escribió pensando en hacer un best seller, sino pensando en sus hijos, a quien dedicó la mayor parte de su labor literaria, como cuando escribía las Cartas de Papa Noel, o alguno de sus tantos cuentos. Lo cierto es que lo que pretendió ser una breve historia para entretener y hacer dormir a sus hijos, terminó abriendo las puertas a una trilogía que nunca pretendió serlo, pues en verdad se trató del origen de lo que fue “El Señor de los Anillos”, una historia única que por su extensión debió ser publicada en tres tomos distintos, de ahí la equivocación que algunos incurren cuando refieren a la trilogía del Anillo.
Algo similar termina pasando ahora con la primera historia, la que dio origen a las tres películas que ya vimos de Peter Jackson, pues de tantas horas de filmación, dicha única historia terminó por transformarse en una nueva trilogía.
Nadie puede pensar que el factor dinero o facturación haya incidido en tal decisión, sino por el contrario, ya el director neozelandés demostró tener un profundo respeto y admiración por el trabajo de Tolkien cuando filmó “El Señor de los Anillos”, historia mucho más madura y seria que su precedente que dentro de poco tiempo podrá comenzar a ser vista por quienes admiramos el trabajo del gran profesor de Oxford.
Pero a ver. Todo tiene un comienzo. Tolkien era un gran docente universitario de filología, y desde muy temprana edad estudió el origen de algunas lenguas muertas, de ahí su particular estudio por el Beowulf o una historia de caballeros (Sir Gawain y el Caballero Verde) y toda la mitología que rodeaba a dichos personajes de leyenda literaria. De pronto se encontró creando su propio idioma, el élfico, tras el cual, para darle cierta veracidad, comenzó a pensar en crear una mitología que le diera sentido al lenguaje creado. Ahí comenzó a escribir una especie de génesis bíblico como el Popol Vuh o lo que Tolkien terminó por llamar “El Silmarrillón”, donde se mezclan dioses y semidioses con seres de la Atlántida, elfos, magos, hombres, enanos, dragones y el mal, con Saurón, lo más parecido a cierto ángel caído que conocemos del catolicismo, del que Tolkien era practicante, algo heredado de su madre.
Pero un día escribió una historia tangencial a esa gran mitología que estaba creando, llevó por título “El Hobbit”. Terminó siendo un boom de venta a fines de la década del 30. La editorial quizo que Tolkien escribiera una continuación de las aventuras de ese simpático personaje, Bilbo Bolsón y su buen amigo el mago Gandalf y a ello se abocó, ya con toda intención de incorporar definitivamente a la Tierra Media y toda la mitología creada para dar sustento al lenguaje que él había inventado.
Tardó poco más de veinte años en que la continuación de más de mil páginas se transformara en su obra cumbre, “El Señor de los Anillos”, siendo aún más exitosa que su predecesora. Marcó una era en la masa intelectual universitaria del mundo occidental. Se masificó cuando el libro fue pasado a una versión más económica y popular en los Estados Unidos, transformando a Tolkien en uno de los autores de fantasía más importante del mundo.
Hoy nos aprestamos a que la historia contada por Tolkien retorne al cine con “El Hobbit”, estando las historias de la Tierra Media una vez más a cargo de Peter Jackson, quien como bien es sabido, estuvo preparando el guión junto a Guillermo del Toro, Fran Walsh y Philippa Boyens, el que no se basa exclusivamente en el libro de El Hobbit, sino que también incluye más material procedente de la pluma de Tolkien.
Apéndices, novelas inacabadas y toneladas de notas que Jackson usa para completar los espacios en blanco existentes en las dos grandes obras del creador de la Tierra Media: El Señor de los Anillos y El Hobbit. En la Trilogía del Anillo ya lo hizo, integrando algunos pasajes de los epílogos, pero parece que ahora Jackson quiere ir más allá y podría usar todo ese material para ampliar la historia concebida inicialmente.
A quienes conocimos la Tierra Media leyendo sus historias, hoy nos sentimos particularmente ansiosos esperando esta nueva serie de películas con la tranquilidad de saber que se encuentra en buenas manos y que se respetará el espíritu impreso por la genial pluma de Tolkien. así que conoceremos finalmente cómo Bilbo se hace del Anillo, engañando a Gollum y la batalla final con el último de los dragones de la Tierra Media, el malvado Smaug, pasando previamente por todo tipo de aventuras.
En un agujero en el suelo, vivía un hobbit”… con esta sola frase, garabateada en un escrito de uno de sus alumnos mientras lo corregía, J.R.R. (John Reul Ronald) Tolkien comenzó a escribir una de las aventuras más grandes de la historia de la fantasía del mundo occidental. De esa manera comenzaba a tomar cuerpo la Tierra Media, donde estaba inserta La Comarca donde vivían los hobbits.
Sin embargo, Tolkien nunca escribió pensando en hacer un best seller, sino pensando en sus hijos, a quien dedicó la mayor parte de
su labor literaria, como cuando escribía las Cartas de Papa Noel, o alguno de sus tantos cuentos. Lo cierto es que lo que pretendió ser una breve historia para entretener y hacer dormir a sus hijos, terminó abriendo las puertas a una trilogía que nunca pretendió serlo, pues en verdad se trató del origen de lo que fue “El Señor de los Anillos”, una historia única que por su extensión debió ser publicada en tres tomos distintos, de ahí la equivocación que algunos incurren cuando refieren a la trilogía del Anillo.
Algo similar termina pasando ahora con la primera historia, la que dio origen a las tres películas que ya vimos de Peter Jackson, pues de tantas horas de filmación, dicha única historia terminó por transformarse en una nueva trilogía.
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Nadie puede pensar que el factor dinero o facturación haya incidido en tal decisión, sino por el contrario, ya el director neozelandés demostró tener un profundo respeto y admiración por el trabajo de Tolkien cuando filmó “El Señor de los Anillos”, historia mucho más madura y seria que su precedente que dentro de poco tiempo podrá comenzar a ser vista por quienes admiramos el trabajo del gran profesor de Oxford.
Pero a ver. Todo tiene un comienzo. Tolkien era un gran docente universitario de filología, y desde muy temprana edad estudió el origen de algunas lenguas muertas, de ahí su particular estudio por el Beowulf o una historia de caballeros (Sir Gawain y el Caballero Verde) y toda la mitología que rodeaba a dichos personajes de leyenda literaria. De pronto se encontró creando su propio idioma, el élfico, tras el cual, para darle cierta veracidad, comenzó a pensar en crear una mitología que le diera sentido al lenguaje creado. Ahí comenzó a escribir una especie de génesis bíblico como el Popol Vuh o lo que Tolkien terminó por llamar “El Silmarrillón”, donde se mezclan dioses y semidioses con seres de la Atlántida, elfos, magos, hombres, enanos, dragones y el mal, con Saurón, lo más parecido a cierto ángel caído que conocemos del catolicismo, del que Tolkien era practicante, algo heredado de su madre.
Pero un día escribió una historia tangencial a esa gran mitología que estaba creando, llevó por título “El Hobbit”. Terminó siendo un boom de venta a fines de la década del 30. La editorial quizo que Tolkien escribiera una continuación de las aventuras de ese simpático personaje, Bilbo Bolsón y su buen amigo el mago Gandalf y a ello se abocó, ya con toda intención de incorporar definitivamente a la Tierra Media y toda la mitología creada para dar sustento al lenguaje que él había inventado.
Tardó poco más de veinte años en que la continuación de más de mil páginas se transformara en su obra cumbre, “El Señor de los Anillos”, siendo aún más exitosa que su predecesora. Marcó una era en la masa intelectual universitaria del mundo occidental. Se masificó cuando el libro fue pasado a una versión más económica y popular en los Estados Unidos, transformando a Tolkien en uno de los autores de fantasía más importante del mundo.
Hoy nos aprestamos a que la historia contada por Tolkien retorne al cine con “El Hobbit”, estando las historias de la Tierra Media una vez más a cargo de Peter Jackson, quien como bien es sabido, estuvo preparando el guión junto a Guillermo del Toro, Fran Walsh y Philippa Boyens, el que no se basa exclusivamente en el libro de El Hobbit, sino que también incluye más material procedente de la pluma de Tolkien.
Apéndices, novelas inacabadas y toneladas de notas que Jackson usa para completar los espacios en blanco existentes en las dos grandes obras del creador de la Tierra Media: El Señor de los Anillos y El Hobbit. En la Trilogía del Anillo ya lo hizo, integrando algunos pasajes de los epílogos, pero parece que ahora Jackson quiere ir más allá y podría usar todo ese material para ampliar la historia concebida inicialmente.
A quienes conocimos la Tierra Media leyendo sus historias, hoy nos sentimos particularmente ansiosos esperando esta nueva serie de películas con la tranquilidad de saber que se encuentra en buenas manos y que se respetará el espíritu impreso por la genial pluma de Tolkien. así que conoceremos finalmente cómo Bilbo se hace del Anillo, engañando a Gollum y la batalla final con el último de los dragones de la Tierra Media, el malvado Smaug, pasando previamente por todo tipo de aventuras.
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