Una persona que hace tiempo no venía por el centro, en realidad por la ciudad (ya que reside en una localidad del interior del departamento), se asombraba por lo rápido que avanza la construcción del edificio en Artigas y 18 de Julio, a pocos metros de nuestra casa periodística. Es verdad, después de mucho tiempo de detenimiento, también de incertidumbre, las obras se encaminaron y, como nos decía este lector, avanzan ahora a muy buen ritmo.
Ya no es novedad que los horarios de entrada y salida de escuelas, colegios, liceos…suelen ser bastante caóticos en cuanto al movimiento del tránsito. Vehículos que paran en doble fila, puertas de autos que se abren sin prestar atención si alguien viene detrás, etc.
Pero ayer nos hacía notar una señora la cantidad de motos que llegan y se van de los centros de enseñanza con dos, tres y hasta cuatro niños a bordo. “Yo entiendo que puede ser la única conducción que hay en la casa, pero qué peligro, ¿quién se hace responsable si pasa algo grave?”, comentaba esta persona.

Hace unos días, una vez más, se comunicaban con nosotros vecinos de Saladero para hablarnos de una esquina “muy peligrosa”, por lo que entienden sería urgente colocar semáforos o al menos una mejor señalización. Es la esquina de Pascual Harriague y Catalina Harriague de Castaños, nos indican.