Y al final se vino nomás la tormenta. Una lectora nos decía ayer a mediodía: “no le pueden errar tanto todos los pronósticos, algo va a venir”. Fue a media tarde que empezó a soplar con fuerza el viento y a caer la lluvia. Hubo actividades que se suspendieron (como algunas obras de teatro que estaban previstas para la tarde), así como comercios que decidieron cerrar sus puertas algunas horas.
Decíamos hace unos días, que cuando llueve, el tema del mal estado de la caminería rural se hace sentir mucho en la población. Una lectora estaba muy enojada la semana pasada. Sucede que rompió su camioneta en uno de sus caminos, llamó a la empresa de seguros de la que es cliente y le informaron que “la grúa no entra hasta allí”, precisamente por el mal estado del camino.
La única opción que le daban era que consiguiera quien sacara la camioneta hasta la ruta y ahí sí acudiría el auxilio. Demás está decir la molestia de esta señora, y por supuesto que “de esa aseguradora ya me borré”, nos decía.
Peñarol de Montevideo jugaba ayer el partido que lo convertiría en campeón uruguayo. Un dirigente del Peñarol de Salto, nos contaba que un grupo de niños allegados al club había viajado especialmente a Montevideo. “Una felicidad total tienen estos gurises, algunos van a ir allá por primera vez”, comentaba. Felicidad completa.