Llueve sobre Salto al momento de escribir esta columna. Llovió prácticamente todo el día. Como siempre, están los agradecidos porque el calor alivió y los afligidos porque muchas cosas no pudieron concretarse. En esto último, hay que mencionar desde feriantes que no pudieron trabajar, hasta espectáculos en Parque Harriague que debieron reprogramarse.
Hablando de poder trabajar, ayer nos decía una persona (que suele recorrer festivales en distintas ciudades con productos gastronómicos), que son cientos de salteños los que están esperando ansiosos que llegue enero y empiecen a moverse actividades asociadas al carnaval. Incluso hay quienes están haciendo sus ahorros para invertir en mercadería en esas fechas, nos explicaba.
Vecinos de una amplia zona del Cerro, plantean que “se debe mejorar pronto la iluminación y el estado de algunos lugares que ya parecen montes”, según nos transmitían textualmente. Para tener una idea mejor, digamos que hablan aproximadamente de la zona comprendida entre Chiazzaro, Herrera y Obes, Paraguay y el Parque Indígena.
No es un tema nuevo el que vamos a mencionar ahora, pero de vez en cuando parece que se acentúa. Esta semana que pasó, recibimos al menos tres o cuatro llamadas que nos avisaban de animales literalmente “tirados a la calle”. Y no uno ni dos…estamos hablando de cajas -o bolsas- con varios gatitos o perros recién nacidos. Lamentable.