La Plazoleta de los Recuerdos, constituye un espacio icónico, emblemático de nuestra ciudad, destacándose por permanecer en la memoria colectiva de los salteños.
Varias generaciones pudieron disfrutar de su encanto portuario, con su fuente, lago y rosedal, siendo testigos y protagonistas de innumerables acontecimientos culturales, deportivos, políticos, recreativos, reflejando el espíritu participativo de los habitantes de la ciudad.
Lamentablemente, ya no podemos apreciar dicho lago con sus piedras que recordaban a los saltos de agua del Salto Grande; ni la Cabeza de Toro, formada por la erosión provocada por el agua; ni el rosedal desbordante; ni la fuente en su esplendor con su magnífica estatua.
Un espacio bellísimo, devenido a menos. Un punto de encuentro que supo ser epicentro de la vida social de una zona importantísima, que ha dado lugar al descuido y -hasta podría decirse con pesar- abandono imperdonable.
Una vez más, debemos hacernos eco de las voces de quienes anhelan retomar un camino de valorización del acervo cultural y social de nuestra tierra, el cual, ha sido en los últimos tiempos, dejado de lado.
Críticas constructivas y lógicas, hechas llegar a la Redacción por parte de ciudadanos que supieron ser parte de un Salto resplandeciente.