Hoy vuelve el movimiento habitual a la ciudad, ya que no pocos son los estudiantes que retoman sus clases. Entre los liceos y las distintas dependencias de UTU ya suman varios cientos. A ellos se agregan muchos estudiantes de nivel terciario.
Y sin dudas el movimiento es otro, el ritmo cambia: en las calles, en las paradas de ómnibus, en las plazas, en los comercios. Justamente, alguien que tiene un quiosco muy cerca de dos centro educativos, nos decía ayer que “no veía la hora que volvieran las clases” porque con las vacaciones “julio es terrible”.
Realmente daba una muy mala imagen, pero también era muy desagradable el olor que despedía un contenedor de color naranja, o rojo, con todo su contenido desparramado. Fue ayer de tarde, en el cantero central de la Avenida Manuel Oribe, más o menos frente al barrio La Amarilla. Un vecino de allí nos avisó y pudimos comprobarlo.
Desde no muy lejos nos hablaba un lector por otro tema. Sucede que las cuatro o cinco cuadras de la Avenida Concordia, de Avda. Oribe hacia el sur, son de calle de tierra. Y vaya uno a saber por qué, es impresionante la velocidad con que transitan los vehículos, lo que hace que “siempre tengamos todas las casas tapadas de tierra”, como nos decía esta persona. ¿Alguna solución en lo inmediato, mientras no hay bitumen? ¿Señalizar el tránsito tal vez?
