En más de una oportunidad, los vecinos del estadio Ernesto Dickinson se han quejado por la piritecnia de altos decibeles que se utiliza cada vez que hay un espectáculo deportivo. Ahora, nos plantean que en los últimos partidos que se han jugado allí, han visto con preocupación otro riesgo y tiene que ver con los incendios.
Sucede que alrededor del estadio -nos contaba una vecina-, suele haber durante varios días montones de ramas (producto de podas) acumuladas, «y el miedo que tenemos es que eso agarre fuego cuando tiran para afuera bengalas y cosas así…», decía.
Un día andan y otro no, o dos sí y dos no…más o menos así es el funcionamiento de los semáforos en la esquina de Gobernador de Viana y Artigas. Bastante peligroso se vuelve el tránsito.
Es cierto que el calor está sofocante y mucha gente apela al uso de aire acondicionado en muchas horas del día. También es cierto que hay que tener cuidado: están surgiendo muchos problemas de garganta (entre otros) que se deberían a los cambios bruscos entre un ambiente climatizado y el exterior.
Claro, es lo mismo que pasa en el invierno cuando se pasa de golpe de estar cerca de una estufa al frío de afuera. «Son cosas mucho más perjudiciales para la salud de lo que la gente se imagina», nos decía hace poco una persona cercana al área de la Salud.
