El martes 1° de este mes, es decir el martes pasado, fue sepultada en el Cementero Central de nuestra ciudad, una niña recién nacida. La joven madre, para asistir al sepelio de su hija, debió pedir prestada una silla de ruedas. Y resulta que, en un descuido, entre las 14:40 y las 15:05 horas, la silla fue hurtada de la puerta del cementerio. ¡Increíble!
Era una silla de caños azules con respaldar negro…Buena información por si a alguien se la ofrecen para la venta. Además, en uno de los caños tenía grabado el nombre de una mujer.
Todavía no se solucionó el problema del alumbrado público en la avenida Luis Batlle Berres, tema del que nos ocupábamos en anteriores ediciones. Sí se solucionó, por ejemplo, el funcionamiento de los semáforos en Gobernador de Viana y Artigas, y otras esquinas.
Tampoco se solucionó aún, según lo que nos decían anoche estudiantes de Magisterio, el alumbrado en la cuadra del Instituto de Formación Docente, es decir en Uruguay entre Juan Carlos Gómez y Colón. «Esto es una boca de lobo», nos decían.
Algunos periodistas fuimos invitados por el grupo teatral Le Varieté, para presenciar el jueves en la noche, un ensayo general (el último antes del estreno que será hoy) de la obra «La servidumbre». Agradecemos la invitación y agregamos que estuvo muy bueno el espectáculo. Fue en el Centro Cultural Academias Previale. Felicitaciones.
