Hace unos días Miguel Lecueder brindó un concierto de piano en el Teatro Larrañaga. Fue brillante. Pero qué pena que hubo gente que hasta debió levantarse e irse…Porque no soportó el frío. ¿Habrá alguna solución? Tenemos entendido que en la parte superior hay un enorme equipo de calefacción, pero no se podría utilizar porque dada su dimensión, si se enciende «tiemblan las paredes». Tampoco es sencillo retirarlo, aparentemente se necesitaría una grúa.
A la vez, gente que ha estado estos días en actividades en el Ateneo, nos ha transmitido la misma inquietud: insoportable el frío. Volvemos a preguntar: ¿habrá alguna solución a mano?
Marsul es un conocido enfermero de nuestra ciudad (ahora jubilado), oriundo de la zona rural. Muy molesto está por lo que considera «falta de empatía, nada de marketing y pocas ganas de trabajar». Aquí lo sucedido: El jueves a la hora 18 esperaba el ómnibus (Artigas-Salto) en el km 52 de la Ruta 31, «hacía un frío polar, con llovizna, y yo parado ahí, bien visible, pero el chofer pasó a no menos de 110 km por hora, y no paró. Pero aún hay uruguayos buena gente; el camión cargado de granos que venía atrás, viendo el mal proceder del chofer del ómnibus paró y me trajo… Yo me jubilé de enfermero y jamás dejé un paciente sin atender».
La idea de este hombre, que ya planteó el caso en la agencia de ómnibus correspondiente, es que se sepan estas cosas, para que no vuelvan a repetirse.
