En la esquina noreste de Artigas y Gobernador de Viana (a la que la gente comúnmente llama “la ruta”), desde hace muchos días hay una especie de laguna de agua putrefacta, de color verdoso y mal olor. Es visible la pérdida, un chorro pequeño pero constante que arroja el agua hacia arriba, verticalmente.
Sobre todo el mal olor tiene molestos a los vecinos, comerciantes (hay alrededor varios comercios de diferente rubro, incluso de alimentos), y clientes. Se nos dice que el reclamo ya fue trasladado a OSE, pero la solución está demorando. ¿Será un problema difícil de solucionar?
Hace unos días, comentamos en esta columna que a Ruben, cuidador de vehículos frente al Cementerio Central le habían robado (en 2 minutos que fue al baño) el termo con el mate y bombilla. Bastó ese comentario para que más de una persona se comunicara con él para ofrecerle de regalo ese tipo de artículos.
Ruben se comunicó para agradecer el comentario de EL PUEBLO y agradecer por este medio el apoyo de la gente. Y de paso, le puso humor a la situación: “resulta que ahora le roban al que está para cuidar que no roben, parece un chiste”, nos decía.
Estos días escuchamos el rumor entre políticos respecto a que “habría que tratar a fondo el tema de carros tirados por caballos”. Pero…al mismo tiempo uno de ellos dijo algo esencial: “¿quién asume el costo político de una prohibición de ese tipo?”.