Pasan las administraciones departamentales y el camino de acceso a Termas del Arapey no solo sigue intransitable sino cada vez peor. Es una realidad que duele, más considerando que siempre se aspira a una verdadera ciudad turística. Pero hasta con ese tema los salteños han sabido manejar el humor, que nunca viene mal. Una persona nos decía ayer un par de cosas:
Como el camino está lleno de carteles que dicen «Gente en obra», «Salida de camiones», «Maquinaria trabajando», etc., y al mismo tiempo jamás se ve ni a una sola persona trabajando, ni un camión, ni maquinaria, ¿por qué no proponemos cambiarle el nombre? En vez de Dr. Raúl Gaudín que pase a llamarse Camino Los Fantasmas, porque capaz son seres invisibles los que están trabajando. Ya que están de moda los nombres nuevos para las calles…
Por otro lado, nos decía si no habría alguien que tenga algún helicóptero o avioneta para llevar gente de la ruta al centro termal. Sería buen negocio; lo que pagaría el usuario se lo ahorraría en lo que tiene que gastar para arreglar el auto, que siempre termina con algún problema por tantos pozos. Además, volar sería una experiencia nueva para muchos, y en dolores de cabeza se ahorraría mucho también.
Algo que muchos destacan, ya que hablamos de mejorar una ciudad que pretende ser turística, es el Árbol de Navidad armado en Plaza Treinta y Tres. Hermoso; realmente jerarquiza la ciudad.
