«En Salto, los casos de violencia doméstica son más, y más graves, de lo que la gente cree», nos comentaba ayer un joven que por su trabajo, ve de cerca esta realidad. Triste realidad que sin dudas no tiene una sola causa: adicciones cada vez a menor edad, problemas económicos, falta de comunicación en la pareja, son algunos detonantes para estas conductas, decía este funcionario público.
La venta callejera surgida casi espontáneamente de parte de algunas familias, de distintos productos, refleja la necesidad de «hacer un peso extra». Quien observe la Avda. Rodó al caer la noche, podrá contar no menos de 5 o 6 ventas de choripanes en menos de 10 cuadras.
Cuando hace un tiempo se colocó una loma de considerable altura frente al Club Remeros, fueron muchos los salteños que se quejaron porque entienden que es de una «altura exagerada» y que «rompe vehículos».
Luego no se escuchó más quejas. ¿La gente se acostumbró a ella o simplemente ya no reclama porque no ha tenido eco en las autoridades? Ayer recibíamos un comentario al respecto; pasan las dos cosas, nos decía esta persona: «muchos ya aprendimos a qué velocidad hay que pasar por ahí, y otros siguen rompiendo alguna cosa de abajo del auto, me consta que hubo gente que rompió…».
Está construida por especialistas, por lo que se debería dar por descontado que está bien así, pero que es alta…es alta, muy alta sin dudas.
