La tragedia ocurrida recientemente en Salto, que se llevó la vida de una niña en un siniestro de tránsito, es sin dudas el tema que en las últimas horas acapara todos los comentarios, en la prensa, en las redes sociales, en la calle.
Alguien razonaba ayer: «Se habla mucho de este caso por las consecuencias que tuvo, pero ¿cuántas personas habrá que en pleno día, en cualquier barrio y no solo un fin de semana, conducen bajo los efectos de alguna droga?» Realmente da para pensar. Evidentemente, es imposible hacer controles de forma permanente, todos los días y en todos lados, lo que sigue indicando que todo pasa por la responsabilidad de cada uno al momento de tomar un volante.
A propósito de tránsito e irresponsabilidad, en la mañana de ayer, llamaba la atención la conducta de un chofer de un enorme camión con zorra, que recorrió varias calles de la Zona Este a alta velocidad y sin respetar la preferencia prácticamente en ninguna esquina.
Justamente, le preguntábamos días pasados a un funcionario de Tránsito cuáles son las infracciones más frecuentes en las calles de Salto. «Son muchas -nos decía-, desde conducir hablando por celular hasta no usar cinturón de seguridad, no respetar cebras peatonales o exceder la velocidad permitida». Pero en especial, de las que provocan más siniestros son las que se dan porque alguno de los conductores no respeta la preferencia, nos explicaba.
