Seguramente se puede coincidir en que los permanentes cambios y ajustes en las medidas que se adoptan en torno al Covid 19, muchas veces generan dudas e incertidumbre. Y hacen que a veces se caiga en contradicciones que no tienen demasiada explicación, al menos para el común de la gente.
El comentario anterior viene a raíz de que ayer, en un supermercado, una persona le comentaba al cajero: «cuando había tres o cuatro casos positivos, no se permitía entrar a más de una persona por familia, y ahora que son más de cien los infectados, eso no están controlando…¡qué raro!»
La verdad es que lo que se veía en ese momento, en ese comercio, le asistía la razón al cliente que hacía el planteo: más de una familia, incluso con niños pequeños, recorrían las góndolas.
Un joven que habitualmente pernocta en plena calle, se detuvo en la mañana de ayer a mostrar a periodistas de este diario las marcas de bala de goma en su espalda. Los hechos, según dijo, ocurrieron hace un tiempo en un allanamiento a una boca de venta de droga. «No sé por qué me balearon a mí, si solo soy consumidor, no vendo nada», comentaba. Como sea, es triste saber que este tipo de hechos, que antes parecían solo de otras grandes ciudades, ahora suceden cada vez más a menudo en nuestra propia ciudad.
