No es nuevo decir que en la feria dominical de Plaza de Deportes es muy poca la gente -feriantes y clientes- que respeta los protocolos sanitarios. De hecho ya ha sido comentado el tema en esta columna. Lo que sí se puede agregar es que cada vez son más los que se quejan por eso. Un sociólogo que fue este domingo último comentaba que sería interesante hacer un estudio sobre ese lugar como «zona roja del coronavirus». Dijo que «no éramos más que un 5% los que usábamos mascarilla».
Cabe entonces volver a preguntarse: ¿Y qué pasa con quienes controlan o deberían hacerlo?
A propósito, el fin de semana hubo control en algunos locales gastronómicos. En uno de ellos, en Daymán, hubo malestar porque se le llamó la atención al propietario que no debía permitir que la gente bailara. «Pero eran dos personas las que estaban bailando, mientras en otros lados hay bailes grandes…lo que molesta es que no son justos los controles», decía.
Es que hay cosas que tendrán su explicación, pero cuesta entenderlas. Por ejemplo ver por un lado en un salón de clase a pocos niños, todos distanciados más de un metro entre sí y con tapaboca puesto toda una mañana o tarde, y por otro lado largas mesas en lugares gastronómicos cerrados, con no menos de 15 o 20 personas, una pegada a la otra y todas sin tapaboca.
