Nuevamente , el Vertedero. Una historia de nunca acabar. Pasan las administraciones y continuamos sufriendo de un problema de larguísima data, que no logra concretar soluciones, por más que se busquen, si es realmente que sucede tal cosa.
Un dilema que año a año sucede, está, sabemos que ocurrirá pero que, sobre el cual, no surgen soluciones de ningún tipo.
A lo contaminación diaria de la tierra, el agua y el aire, se le suma el estrés de los vecinos del área, que se sienten abandonados a su suerte y creen que se les toma el pelo.
La creación del Ministerio de Ambiente dio un poco de esperanza pero, la misma, cayó en saco roto pues, tampoco se consiguió una respuesta y menos un resultado positivo.
Del otro lado la Intendencia y sus rebuscadas excusas que no resisten el mínimo análisis.
Y ahí están; cada tantos días el fuego y el olor naseabundo con todas sus implicancias y, los ciudadanos, a la espera de buena y real voluntad política para resolver algo que solamente le compete a la autoridad, sea local o nacional.
El Uruguay Natural, también debe existir para el pueblo.