Un grupo de vecinos de la localidad de Saucedo, en coordinación con autoridades sanitarias y el apoyo de organizaciones médicas, logró lo que parecía casi imposible: la reconstrucción total de la policlínica del pueblo, un centro de atención clave para unas 800 personas que viven en esa zona rural, entre Saucedo y La Paloma.
La policlínica, fundada entre 1976 y 1977, había caído en un profundo deterioro con el paso del tiempo. “Nos pusimos las pilas para rehabilitar la policlínica y reconstruirla de vuelta porque estaba bastante caída”, contó Luis Monzón, uno de los principales impulsores del proceso. “Los mobiliarios estaban todos rotos, las puertas destrozadas, las aberturas horribles….»
La historia del centro de salud se remonta a su primer funcionamiento en una casa prestada por la firma Amorín, a un kilómetro del pueblo. Allí operó durante poco más de un año, hasta que gracias a la primera experiencia del programa MEVIR y el trabajo conjunto con la comunidad, se levantó la policlínica actual. Sin embargo, desde entonces, la estructura no había recibido mejoras sustanciales.
Iniciativa vecinal y compromiso institucional
La rehabilitación comenzó cuando los vecinos detectaron que MEVIR estaba trabajando en un salón comunal cercano. Entonces, le presentaron a ese equipo la inquietud de colaborar también con la policlínica. “Le pusieron cielorrasos, cambiaron dos ventanas y una puerta. Pero así como lo cambiaron, así nos dejaron”, explicó Monzón. El proyecto no pudo avanzar más porque ASSE no transfirió los recursos necesarios a MEVIR para continuar.
Fue entonces cuando los vecinos decidieron organizarse como grupo y tomar la iniciativa. Solicitaron apoyo directamente a la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), y pidieron la visita del entonces nuevo director nacional, el doctor Varela. “Nos visitó y vio todo el interior de la policlínica. Entonces contrató a una empresa privada y mandó a refaccionar todo lo que hacía falta para la rehabilitación de vuelta”, narró Monzón.
Las obras incluyeron la renovación completa de la instalación eléctrica, colocación de aire acondicionado en varias salas, y la restauración general de aberturas e infraestructura. Paralelamente, los vecinos gestionaron con el Centro Médico la donación de todo el mobiliario necesario. “El Centro Médico nos habilitó todos los muebles para la policlínica”, detalló.
La respuesta institucional fue rápida y efectiva.

Atención médica garantizada, pero con limitaciones
Actualmente, la policlínica cubre la demanda de atención médica básica para ambas localidades. Cada 15 días llega un médico general y todos los lunes se atiende pediatría. Además, el servicio de enfermería está cubierto de manera permanente por el histórico enfermero local, quien ha servido durante más de 40 años a la comunidad. “Vive acá, las 24 horas, y ya está para jubilarse”, contó Monzón.
Ahora por la ambulancia
Sin embargo, hay un punto crítico que sigue sin resolución: la falta de una ambulancia. El reclamo es firme y urgente. “Queremos la ambulancia porque cubre los dos pueblos y no tenemos. En una ocasión hubo una, pero nos la llevaron porque la precisaban en otro lado”, relató con evidente frustración.
El grupo de vecinos ya comenzó las gestiones y tuvo una reunión con el doctor Ramón Soto, jefe de las policlínicas rurales, para avanzar en este reclamo. “Vamos a mover cielo y tierra. De un lado va a tener que salir esa ambulancia. De una forma u otra, nos vamos a mover”, aseguró con determinación.
El Dr. Ramón Soto se comprometió a iniciar las gestiones sobre las cuales tendrá respuestas en unos 15 días.
Monzón contó a EL PUEBLO, que en situaciones en que se requiere el servicio de ambulancia, muchas veces se arriesga la vida debido a las demoras que genera esperar que llegue la ambulancia desde Constitución , que es desde donde se cubre la demanda.