En la noche del pasado miércoles, cuando en el Parque Humberto Forti se enfrentaban Paso del Bote y Almagro, partido que en su momento no se jugó por el Campeonato de la Divisional «C». Estaba pendiente y había que contemplar, desde el momento que tan solo sumando un empate, Paso del Bote avanzaba a la liguilla final por el segundo ascenso.
Finalmente fue empate en dos. Pero más allá del resultado, una situación tapizó la noche de incertidumbre y medio, por la lesión de ENZO JOSELO CORRALES, jugador de Almagro
En medio de una incidencia, la pierna de un futbolista de Paso del Bote golpeó de lleno en la cabeza de Joselo. El estado de inconsciencia fue señal terminante de la dureza del impacto, a tal punto que debió ser trasladado de urgencia a un centro asistencial, a los efectos de practicarse una tomografía, para calibrar la entidad de la dolencia padecida.
De acuerdo a lo que se especificó a cronistas de este diario, Enzo Corrales sería trasladado a Durazno, a los efectos de una intervención quirúrgica imperativa teniendo en cuenta lo delicado del cuadro que presenta.
LA BRONCA DESDE ALMAGRO
A su vez, directivos de Almagro, han sido elocuentes en expresiones, frente al nuevo caso que impacta en la Liga Salteña de Fútbol. Cuando aún está fresco en la memoria, lo sucedido en torno a Matías Sabarrós (Saladero), ahora se plantea una situación en términos similares, «o más grave», según puntualizaban. Para el mando albiverde, «no solo que lo sancione el Tribunal de Penas a quién arremetió de esa manera contra nuestro jugador, sino que se piense qué futbolistas con esas actitudes, no pueden jugar más en equipos de la Liga Salteña. Que alguien pare esta violencia en las canchas».
Se entiende que «el fútbol desde la actitud física tiene que tener límites y sobre los que se pasan de la raya, debe recaer todo el peso de la ley o de la mismísima exclusión»