Aunque parezca llover sobre mojado, con estas líneas pretendemos aportar para que se tome conciencia de donde estamos parados hacia dónde vamos. Las principales consecuencias de nuestra falta de conciencia sobre el ambiente, habrán de caer sobre nuestros descendientes, lo dijimos y lo reiteramos, necesitamos un cambio cultural antes que sea demasiado tarde.
La tierra fértil es cada vez más escasa, se desertificando a rápido ritmo. Es que la falta de lluvia y el calor que soporta está convirtiendo la tierra con abundantes nutrientes para el cultivo de vegetales, en polvo que carece totalmente de este valor y se transforma en polvo volátil rápidamente.
El desastre a que le estamos sometiendo amenaza fuertemente con dejarnos sin tierra fértil para la producción de nuestros alimentos.
No es menor ( aunque así se lo considera) el daño que causamos “todos” o casi todos los humanos que tiran las colillas de cigarrillos en la arena.
Al aire lo estamos envenenando poco a poco y a los gases propios de la naturaleza, que no son pocos, producto de las erupciones volcánicas y “ainda mais” , le sumamos todos los gases propios de las quemas que realizamos a diario, plásticos y otros productos que creemos que cómo se queman y desaparecen de nuestra vista, ya no existen. Nada más errado. Lo único que logramos es convertirlos en gases y por lo tanto se depositan en la atmósfera y de seguir por esta senda pronto esta será “irrespirable”.
No se termina allí el problema, porque el agua es uno de los elementos más amenazados hoy en día. Ya no sólo se trata de la pesca ilegal que siempre existió y existe, exterminando especies íntegras de peces y otros animales marinos, porque al mar abierto nadie parece controlarlo, porque “no es de nadie”, solo que si este no funciona debidamente incide sobre el resto de los mares.
No es lo único que amenaza a los mares, en tanto muchas veces hemos tenido conocimiento de lo que se acumula en ellos. Desde los viejos barcos que hace siglos subsisten allí convertidos en chatarra, hasta el maldito plástico de hoy que ha formado varias islas artificiales, arruinando flora y fauna de estos lugares.
Para venirnos más acá en nuestros días hay que saber que el agua de los arroyos y lagunas también se está contaminando como las napas subterráneas, por nuestra actitud y aparece el “famoso” hidrógeno verde, que admítase o no, amenaza con disminuir drásticamente también el agua dulce…
Todas cosas que reclaman un pronto y feliz encare.
A.R.D.