Milagros Farinha Cardozo
Milagros llegó a nuestra redacción muy entusiasmada con la entrevista que íbamos a realizar, acompañada de su familia.
Tiene dos hermanos mayores: Lucía y Fernando y con 10 años, concurre a la Escuela Nº 116, para niños con problemas auditivos, cursando 4º año. Compartiendo su clase con un grupo de cinco niños en su misma condición.
Le gusta mucho mostrar las letras con las que logra escribir, ya que acostumbra a hacerlo, por medio de su idioma de lengua de señas.
Milagros es muy inquieta, atenta, y a pesar de no escucharnos bien, entiende todo lo que hablamos.
Por ello quisimos que con su participación, le traduzca su mamá algunas de nuestras preguntas y esto nos narra mamá Patricia, acerca de ella:
“Milagros cuando nació, pesó setecientos cincuenta gramos, y de veintinueve semanas de embarazo.
Eso llevó a que se viera perjudicada en sus oídos. Luego, a los tres meses de vida, fue operada de las vistas, ya que tenía retinopatía y después de eso, pasó muy bien.
Hasta ahora que la maestra comenzó a notar que no veía bien y le recetaron lentes.
¿Cómo fue la llegada de Milagros?
Yo tengo problema renal y luego del último hijo, el médico me dijo, que yo no esperara más niños.
Luego de un lapso de tiempo, comencé a no sentirme muy bien, consulto a un médico, ¡y estaba embarazada!
En el transcurso del embarazo, el médico habló conmigo y me dijo que había que decidir entre ella o yo.
Yo quise seguir con el embarazo, pero tuve que hacer un largo tratamiento con diálisis. Es por la insuficiencia renal, que indujeron a un parto prematuro, porque me sentía muy mal, subiéndome la presión, con otras complicaciones.
¡Y allí nació Milagros!
¿Cómo fueron sus primeros días?
La doctora insistía en que ella no iba a vivir.
Fue para mi una experiencia muy difícil y única, porque me costaba incluso, mirarla a ella, con tan poquito peso.
Era muy chiquita. La pusieron en una incubadora, fue pasando el tiempo y por suerte, a medida que pasaban los días y los meses, el panorama cambiaba y comenzó a salir adelante.
A los cuatro meses salió de la incubadora y me la entregaron. ¡Era muy chiquitita, de todas formas!
Hoy es una hermosa niña, ¡muy vivaracha e inteligente!
¿Con qué cosas los sorprende?
Cuando habla.
En la escuela, graba todo lo que hace, y dice por medio de la lengua de señas. Pero mucho no la vemos hablar.
Los problemas de salud que ella tiene, son auditivos y de voz. Pero se hace entender perfectamente todo lo que quiere. Nos nombra a todos, simplemente no hace frases, como lo hacemos nosotros.
¡Pero en su mente, está todo perfecto!
¿Ustedes creen que ella escucha?
Sí. Con un oído (Milagros nos dice que sí).
Y aunque tiene audífonos, no los quiere usar porque dice que le pica las orejitas.
¿Es muy inquieta en la escuela?
(Milagros sonríe). No, si le dan una computadora, puede pasar todo el día quietita.
Si es por ella, pasa todo el día escribiendo.
También dibuja. Nosotros empezamos a estudiar su lengua para entenderla, pero no se nos hace fácil. Nos va a llevar unos meses, porque es una clase por semana en su escuela.
¿Y en algún momento reniega de ir?
La camioneta pasa muy temprano por ella. Es a las siete de la mañana, pero le decimos: “vamos” y ella arranca rápido.
No es perezosa para ir a la escuela.
¿Realiza Miagros alguna otra actividad?
Le encanta la bicicleta. (Sonríe Milagros y nos hace señas de que anda de acá para allá).
Anda para todos lados y en el barrio, ya todos la conocen y la quieren mucho.
¿Es de relacionarse rápido?
Sí, con todos. Y con la familia muy bien.
Con la abuela Ana, con quien convive, se lleva muy bien. (Nos hace señas Milagros, con el pulgar levantado y muy sonriente).
Son muy compinches y hacen todo juntas.
Es feliz con su abuela. Cuando ésta llega, le va a dar un beso, cuando se va a acostar, le da otro y durante el día la llena de besos.
Espera a que la abuela se vaya a acostar y luego se va ella para su casa.
¿Con qué disfruta?
Ama los animales.
Cuando los tiene con ella, los disfruta, llora por ellos si les pasa algo. Y es como que, son todo para ella.
(Nos dice Milagros que tiene perros, cuatro gallinas. Ha tenido conejos, loros, hámster, gatos).
Y como su papá es policía, le encanta también.
Cuando le peguntamos, qué va a ser cuando sea grande, no sabemos si policía o veterinaria. (Ella sonríe).
¿Cómo ven hoy su progreso?
Ella está cada día mejor.
Incluso habla más, porque antes, había cosas que no entendía y hoy nombramos algo y te atiende.
El juego de cartas, por ejemplo, es algo que la lleva a pensar y a reaccionar para coordinar.
Algo que nos sorprende, es que no le gusta andar desarreglada.
No se puede ver despeinada por ejemplo, si viene con alguna mancha la túnica, ya me la hace lavarla. ¡Si es posible todos los días!
Cuando va a vestirse, tiene que estar toda la ropa en condiciones, los lentes muy limpios. Tenía el pelo muy largo y se lo cortamos, porque es igual a la buena Ana: no sale a la calle desprolija.
¡Es muy coqueta!
¡Además de todas las condiciones que tiene Milagros!