Una de las cosas que no comprendemos como uruguayos es, ¿por qué Uruguay es el único país de América Latina que no considera legalmente que el enriquecimiento ilícito sea delito?. Nos explicamos para que haya “lavado” de dinero tiene que haber antes un delito del que supuestamente podrá proceder el dinero.
Quizás en aspectos como éstos debiera buscarse los motivos por cuales muchos de los sospechados de haber cometido este delito en el extranjero se refugian en nuestro país.
Nos referimos a Marcelo Balcedo, quien no sólo compró una lujosa mansión en Piriápolis, sino que poseía una docena de automóviles de lujo y una reserva de animales exóticos.
Pero también de los dos hermanos de nacionalidad turca que ostentaban vidas lujosas, y se sospecha que han “lavado” en el país algo así como ocho millones de dólares.
En el primero de los casos es investigado por presunta vinculación a la banda de narcotráfico rosarina “Los Monos”. Y su mano derecha fue allanado en Argentina y se asegura que le fue encontrado un arsenal de armas de fuego.
En el segundo caso, uno de los turcos, acusado en su país por haber inventado un juego informático en que los participantes invertían dinero para comprar haciendas con ganancias rápidas y suculentas.
En principio los creadores del juego (8 personas) compraron algunos bienes e inmuebles para convencer de la “seriedad” de la propuesta a los indecisos, pero luego se quedaron con todo el dinero (millones de dólares) y desaparecieron.
Uno de los cabecillas llamó la atención cuando se paseaba en un barrio carenciado de Montevideo, en un auto lujoso, que no coincidía con los habitantes del lugar.
Hoy él y su hermano están detenidos en Montevideo, esperando el pedido de extradición desde su país, que sin embargo no ha llegado.
Quizás lo más llamativo para el Uruguay es el hecho de que haya logrado aún que el enriquecimiento ilícito sea declarado delito. Vale decir que un sindicalista, como Balcedo, puede de pronto aparecer comprando mansiones en Punta del Este, coches lujosos, de alta gama y otros lujos, y nada debe explicar ante la ley, debido a que no puede ser acusado de delito alguno por esto.
Es algo que inconcebible y así lo entienden y admiten los jueces principales de nuestro sistema judicial, hasta el día de hoy Uruguay sigue en la misma situación y nos ofendemos cuando se nos incluye en alguna lista gris o negra como país que ofrece algunas facilidades para lo que otros países consideran delitos.
A.R.D.
