Desde Montevideo, por Wenceslao Landarín
Nos recibió de puertas abiertas en más de una oportunidad en su casa, en pleno barrio Cordón, a pasos de la principal avenida capitalina, y a pocas cuadras de la plaza Líber Seregni. Visiblemente emocionado al recordar épocas pasadas, personas y hechos que lo tuvieron como protagonista y espectador privilegiado, este salteño de 80 años, forma parte de una camada de periodistas que trabajó en un tiempo en el que nuestra ciudad contaba con una considerable cantidad y calidad de medios de comunicación escritos y radiales, y empezaba la televisión; en la década de 1960. Un “vocacional y referente”, como lo han expresado sus propios colegas, Ernesto Pascale es un luchador que muestra, a todos, su ser salteño, por más que hace treinta y cuatro años que vive en Montevideo. Escucharlo contar anécdotas de campeonatos de selecciones de fútbol del Litoral es como vivir esos partidos de nuevo, tanto como nutrirse de

innumerables nombres de personas e instituciones que formaron parte de la historia viva de nuestro pueblo.
PERIODISTA
“Pinocho”, como se lo conoce habitualmente, formó parte de la plantilla de periodistas de diario EL PUEBLO, y de otros medios escritos locales como La Prensa y la ya extinta Tribuna Salteña. Trabajó, además en las radios: Arapey, Tabaré y Cultural, conformando en las mismas destacados equipos de trabajo, aportando desde lo humano y, fundamentalmente, de lo estrictamente profesional. Si bien el ámbito natural de su actividad fue el deporte, durante muchos años, junto a su esposa y compañera de toda la vida, Elsa, trabajaron sobre temas agropecuarios, cubriendo innumerables exposiciones en la Rural del Prado, y formaron parte del gremio de periodistas agropecuarios del Uruguay. Integró la directiva de la Asociación Uruguaya de Periodistas Agropecuarios (AUDEPA), llegando a ser su Vicepresidente. En 1989 participó, representando a AUDEPA, en un encuentro internacional en San Pablo, Brasil.
EN TODOS LOS MEDIOS
“En 1954 comencé a trabajar en el periódico semana LA GACETA que salía los días sábados, para luego continuar en el diario La Prensa”.
En 1970 es editor responsable del “Anuario Deportivo”, revista que recogió los detalles de la intensa actividad deportiva de la época, incluyendo desde el campeonato de Fútbol (de todas las divisionales), el hand-ball, el boxeo, remo, la pelota vasca (sare por el tipo de paleta que se utiliza), basquetbol, baby fútbol, automovilismo, ciclismo, voleibol, natación, artes marciales, bochas, pesca, entre otros deportes. En 1970 Salto contaba con varias divisionales de Fútbol: 5ª. De Ascenso, 4ª, 3ª. Extra, Intermedia y 1ª. División. Formaban parte de un nutrido elenco de clubes algunos que ya no existen como: Internacional, Fluminense, Banfield, Dickinson, Racing, Oriental e Ituzaingó.
Impulsó, como director, “La Opinión”, quincenario imparcial del noroeste, que salió a la venta en 1970 y 1971 en Salto. En Montevideo trabajó en Diario Lea, dirigido por el ex ministro de Cultura Leonardo Guzmán y en varios programas y trasmisiones deportivas de destacadas radios de la capital.
En 1987 publica “Carloncho”, una selección de cuentos inéditos del ambiente deportivo.
A nivel de radio trabajó con Ramón B. Fonticiella en Radio Tabaré en el Programa Sobre Mesa. Ese mismo programa se emitió en Radio Arapey los martes y viernes a partir de las 21:30 horas. Era comentarista del Equipo Deportivo de Radio Cultural, en el destacado programa “Deportes a Día”. Ese equipo lo integraron, además de Pinocho, los relatores Eduardo Osorio y Ruben Darío Pereira; los también comentaristas Artigas Bachini, Eleazar Silva, Ignacio Puigvert; los locutores comerciales Nestor Echevarria y José Enrique Panizza. En Radio Cultural también formó parte del Programa “Actualidad 23” que se emitía los domingos al mediodía.
DEPORTISTA
Desde 1956 fue delegado de Salto Uruguay Football Club, tanto en Básquetbol como en Fútbol. En 1959 integraba la directiva del decano, en ocasión de la inauguración de la actual sede ubicada en calle Uruguay, con frentes a la Plaza de los “33 Orientales”. Fue Director Técnico en 1957 de la Tercera división de Salto Uruguay, terminando la temporada como campeones.
TRABAJADOR
Fue docente de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU), de la materia Matemática Financiera, dictando clases tanto en Salto como en Montevideo. Elsa, su esposa, también dictó clases de dibujo. Fue empleado administrativo durante la construcción del Complejo Hidroeléctrico de Salto Grande. Radicado en Montevideo, siempre junto a su esposa, se ganaron la vida trabajando en la representación de productos que vendían en todo el país. Pero siempre siguió vinculado a los medios de comunicación, manteniendo contacto con Salto a través de notas, informes y coberturas especiales.
SU FAMILIA
En 1982 se vino definitivamente a Montevideo con su familia. Vive junto a la compañera de toda su vida, su esposa, otra salteña de pura cepa, Elsa Leglise, oriunda del populoso barrio de Saladero. Hace sesenta años que están juntos, incluyendo los cuatro de noviazgo. Es el mayor de tres hermanos. Ernesto, Mariela y Griselda; con esta última incluso comparte el mismo día de nacimiento, motivo por el que suelen juntarse a festejar.
Anecdotario interminable
En el diálogo con EL PUEBLO compartió episodios y anécdotas de otros tiempos. Resumimos solo algunas.
SALTO CAMPEÓN 1961
“En 1961 la selección de fútbol de Salto sale campeón del Litoral. Desde 1936 que no conseguía el título y recuerdo que cuando fuimos a jugar la semifinal a Soriano, todos los salteños se volcaron a Mercedes a presenciar el encuentro. Era tanta la gente que fue que tuvimos que dejar los vehículos en la otra margen del Río Negro, porque el tiempo para llegar al partido no alcanzaba. Los balseros nos cruzaron y los vehículos quedaron en el otro lado de la orilla”. En ese mismo campeonato en el Estadio Dickinson Salto jugaba con Paysandú. Había una “huelga de jueces”, por lo que los árbitros fueron salteños y sanduceros. Por Salto entró Raúl Ferro, era “linesman”, pero en la mitad del juego le da un varillazo a un jugador contrario, con que se derivó en una gran trifulca.
BOXEO EN CANAL 8
Otra historia para recordar es la que tiene como escenario una velada de Boxeo en la entonces recientemente inaugurada Televisora Salto Grande, canal 8. La misma se transmitió por TV en una época en la que trabajaba junto a José Roque Alfieri, Juan José Campanella y Tomas Pascovich. En esos tiempos el box tenía un gran auge en nuestra ciudad, hasta tal punto que se desarrolló un campeonato de Novicios Absolutos, organizado por el Club Peñarol y Canal 8 en el que se inscribieron 86 púgiles.
EL GOL DEL SOBRETODO
Ocurrió en la vieja cancha de River, en Treinta y Tres y Vilardebó, un domingo de mañana, con mucho frío donde se dice incluso que nevó en Salto. Jugaba el “Ignacio Paz”, equipo que recordaba a un golero de antología de los inicios de River. En el arco estaba de golero Elias Pascale, enfundado en un sobretodo, cuando le llega un tiro bajo, sin muchas pretensiones, pero que al acomodarse le vence las manos endurecidas por el frio. Cuando la pelota va rumbo a la red es el sobretodo que la embolsa y lo impide. El juez validó el gol y se armó gran discusión.
“Pinocho” según “Chito”
Nuestro colega de EL PUEBLO, Eleazar “Chito” Silva recordó la figura de Ernesto “Pinocho” Pascale. “No solo fue cronista de Radio Cultural, sino que pasó por redacciones de los diarios de la época (El Pueblo, Tribuna Salteña, La Prensa). De todas maneras, su momento de mayor resonancia, sin dudas se relacionó a Radio Cultural, sobre todo en la década de los 70. Fue una década de memorables periodistas deportivos en el medio, con un estricto sentido de la profesionalidad: VOCACIONALES Y APTOS. Por varios años, «Pinocho» fue de los comentaristas centrales de Cultural, cuyo equipo para la función se denominaba «Deporte al día», con la dirección de José Enrique «Quique» Panizza. Un trío inolvidable: Eduardo Osorio (relator), Pinocho (comentarista) y Panizza (locución comercial). Por sobre todo, fue un colaborador de los medios. Como fue un periodista no apegado a la polémica, sus opiniones sin embargo eran bienvenidas, por el equilibrio, la ponderación y sobre todo, un encendido respeto hacia el idioma español. Creo que a «Pinocho» le rechinaba la chabacanería. Fue un referente de aquellos tiempos. Solía trasmitir vivencias por los barrios de Salto. Su enamoramiento por zonas alejadas del centro. Fue un activo participante en jornadas de solidaridad. Era hombre de consulta. Un referente no solo en fútbol, sino en cuestiones sociales. De todas maneras revelaba un sentido estricto de la modestia. O sea: al margen del berretín. Por eso el recuerdo hacia él, sobre todo de quienes vivimos aquel tiempo por una cuestión biológica, no deja de ser el mejor. Fue y es hincha de Salto Uruguay. Pero jamás lo trasuntaba. Desde ese equilibrio que te comentaba, permanecía oculto para la audiencia, su sentir por el decano del fútbol salteño. Vivió como periodista al Salto Uruguay Campeón del Interior en 1966 y al Salto Campeón del Interior en 1979, dos jalones intachables en el tiempo. Supo tener una estrecha, fermental y cálida amistad con don Ramón J. Vinci, caudillo del Partido Colorado, Intendente de Salto en la década de los 60 y Director de Radio Cultural hasta su fallecimiento.
En el trabajo, Pinocho fue ardiente defensor de la disciplina. Un metódico por naturaleza. Su caso fue singular: no se le conocía momentos de malhumor. Eso de la serenidad de espíritu.
De lo que no hay dudas: UNO DE LOS PERIODISTAS MÁS QUERIDOS Y VALORADOS DE AQUELLA ÉPOCA, en que no eran pocos los que trascendían por talento y honestidad intelectual. Pinocho decía sin herir. Pero cuando debía ser radical, terminante, también lo era. Su voz lo ayudaba y entonces denotaba una personalidad sin cuestionamientos. Su señora, Elsa Leglise, tuvo demasiado que ver en él. En su formación. Elsa era docente”.