Pese a la oposición de la Sociedad Uruguaya de Cardiología y de la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas, el Ministerio de Industria “siguiendo una política de salud”, ha decidido aliviar las exigencias actualmente vigentes que obligan a los fabricantes industriales a estampar un logo octogonal bien visible (de fondo negro con letras blancas), cuando el alimento producido tiene exceso de azúcares, sal o grasa.
De acuerdo a la medida vigente desde el primero de febrero actual, se establecen límites más tolerantes para determinar si un alimento tiene o no exceso de estos elementos.
Honestamente creemos que ha sido un error garrafal. Nunca se prohibió el consumo de estos alimentos ultra procesados, sino que se limitó a advertir al consumidor lo que estaba consumiendo.
Incluso que sepamos no hay aval alguno que indique cual ha sido el resultado de esta advertencia, o sea si ha tenido incidencia en el mercado o no, si han bajado las ventas de estos productos o no.
De todas formas creemos que con la última medida se está protegiendo los intereses industriales y comerciales, a pesar del daño que se pueda estar causando a la salud humana y de la oposición de profesionales de la salud humana.
Los médicos cardiólogos son tajantes en esta concepción, el exceso de sodio y el de todo tipo de grasa son contraproducentes para la salud del corazón.
En el mejor de los casos, la permisividad acordada y las nuevas disposiciones sólo aparejarán dudas, sospechas y desprestigio. Se supone que cuando los científicos consultados para poner en vigencia el octógono de advertencia a los consumidores, hicieron un trabajo meticuloso, a punto tal que no hubo forma de rebatir estas opiniones y a pesar de ser un tema muy sensible sobre todo para la industria se impuso de tal forma que no fue posible rebatirlo.
La cuestión es saber exactamente a que nos enfrentamos y las sospechas crecen a tal punto, que mucho nos tememos que actualmente, con la difusión que está teniendo el tema se ocasionará un mayor daño a la industria, pues muchos de los consumidores recién ahora nos desayunaremos que gran parte de los alimentos que consumimos resultan nocivos para la salud.
Cuando el ministerio sostiene que está “siguiendo una política de salud”, debería de especificar de que salud se trata, porque para nosotros queda claro que se está tratando de hallar una “salud económica” para las empresas y esto jamás puede hacerse a espaldas del pueblo.
A.R.D.