Gilberto Méndez, músico y luthier

Nacido en junio de 1961 en Ciego de Ávila (Cuba), Gilberto Méndez Méndez vive en Salto desde el 10 de octubre del año pasado. Lo encontramos en plena tarea de fabricación de variados instrumentos musicales en un taller de calle Brasil, pegado a un comité del Diputado Albernaz, quien le proporcionó el lugar (pero sobre algún vínculo político enseguida aclara: “es solo amistad, incluso no puede haber otro vínculo porque no soy ciudadano, no puedo votar ni dar opinión política; no soy todavía ni residente; simplemente me tendieron una mano”). Y agrega sobre la llegada a Salto: “vine eventualmente buscando algo para mi familia: libertad; buscando que mi familia, mis nietos, ya no estén en mi país, tan comprometido. Tenía un dinero ahorrado y dije: me voy. Y salí a buscar…En mi recorrido llegué a Salto y acá estoy”. Méndez, además, es Máster en Teología (tema que sería para otra entrevista).

1-¿Cómo fue ese recorrido?
Estaba viviendo en el oriente de Cuba, porque por mi oficio de luthier busqué los lugares más musicales de Cuba, por eso estaba en el oriente, allí conocí a mi esposa, nos casamos y salimos de allá. Fui a La Habana en medio de un ciclón que apareció de repente y tomé un avión hasta Guyana, de Guyana a Lethem, de allí a Manaos, de allí a Brasilia, luego Porto Alegre y de Porto Alegre a Rivera. En Rivera estuve en Inmigración, pero en todo ese recorrido nunca me paró nadie, nadie me preguntó nada, ni me pidieron documentos ni nada…Parece que era invisible. En Rivera nos entregamos como refugiados humanitarios, y allí tomamos un ómnibus a Salto. Vinimos 7 personas, casi 8…(risas), porque mi hija vino embarazada y parió aquí. Tengo dos hijos, un varón y una hembra. El varón está en Montevideo, vino conmigo para acá pero su afán y el de su esposa siempre fue Montevideo y están allá, con dos niñitos. En Salto quedamos mi esposa, mi hija y yo. Mi hija tiene un uruguayito que nació aquí, hijo de un cubano que ahora está en Barcelona, donde ella se reunirá con él luego que el niño pueda ya viajar, agosto o setiembre. Acá nos quedaríamos mi esposa y yo.
2-¿Qué le gusta de Salto que lo hace quedarse?
Pude viajar por muchos países, y veo a Salto como un pueblo del interior y yo soy del interior. Me gustó que no es muy grande, no hay mucho revuelo de otros cubanos; quise estar tranquilo, sentirme libre de toda presión, no mezclarme con nada, y pensé también que Salto no es un lugar tan caro como otras ciudades. Entonces como veníamos no con muchos recursos, pensé quedarnos acá y después movernos hacia la capital si Dios lo permitiera en otro momento, cuando estemos económicamente mejor.
3-¿A qué se dedica ahora?
Cuando salí de Cuba era músico y al mismo tiempo luthier, fabricaba los instrumentos. Es un oficio que llevas contigo donde vas, no se necesita más que madera y herramientas. Fabricaba y proveía de instrumentos a las grandes orquestas de Cuba. Cuando llegué acá, comencé ayudado por un amigo, Pablo Álvarez, me ayudó con herramientas, maderas, invirtiendo incluso de su presupuesto personal, me ayudó mucho también a comprender la vida en Salto; nos proveyó también la posibilidad de alquilar. También nos ayudó mucho Elías (Tomás) y ahora con este proyecto que tenemos aquí, Rodrigo (Albernaz) me dio una gran mano; vio algo en mí y me está ayudando, ahora tenemos el taller ya instalado.
4-Cuando dice que es músico, ¿guitarrista?
Sí, yo era guitarrista del Buena Vista Social Club, una orquesta de Cuba muy famosa en el mundo, hasta el año 2001, que comenzaron a morirse los viejitos. Porque fue una orquesta que se formó con músicos viejitos, retirados ya, que habían sido éxito en su tiempo pero ya estaban retirados. Un americano, Ry Cooder, con el cubano Juan de Marcos reunieron estos músicos. Yo tomé la guitarra. Estuvimos dos veces en Buenos Aires, en el año 2000, cuando un peso era un dólar… Qué lejos estamos de eso.
5-¿En este taller pretende solo fabricar y reparar, o enseñar el oficio también?
Quiero hacer las dos cosas, implementar talleres sobre marquetería, taracea, que son cosas artesanales, y hacer también algo de un estilo ruso de talla en madera. Pienso en talleres de todo eso cuando la cosa vaya mejorando. Por ahora estoy fabricando instrumentos, tengo algunos ya para la venta. Estoy haciendo alajeros también como artesanías, empecé a hacerlos como regalos y tuvieron aceptación así que quiero hacerlos para vender…También quiero hacer materas artesanales, algunas he hecho ya, talladas con madera, huesos…Incluso en materas quiero hacer 3 líneas: una no muy cara para que todos puedan tener, otra un poquito más complicada y una línea élite, que ya sería con maderas importadas, dobladas, ébano, pino abeto, huesos…Reparo instrumentos de todo tipo, eléctricos y acústicos, llego incluso hasta el arpa, violín, violonchelo, bajo, todo instrumento de cuerda, sea reparar o fabricar nuevos. También hago restauración de muebles antiguos. Son cosas que me apasionan, cosas viejas hechas con madera traerlas a nuevas; domino el barniz, la goma laca, también quiero hacer un taller sobre esto, que la gente pueda aprender a barnizar con cualquier tipo de barniz, incluso enseñar el acabado francés en goma laca…Tengo muchas perspectivas y cosas por hacer, estoy lleno de deseos, de ideas, necesito que el día en vez de 24 tenga 40 horas por lo menos (risas)…
6-Dijo que en Cuba pasaba mal, ¿cómo describiría la situación?
Allá la situación no es fácil. El gobierno está despreocupado, no le interesa el pueblo para nada. El momento clave donde más se complicó todo fue la pandemia. Las cosas ya venían mal, pero en medio de la pandemia hicieron un reajuste de la moneda que agravó todo. Aquello se convirtió en lo que es ahora, un sálvese quien pueda. Las cosas no aparecen y cuando aparecen están a precios desorbitantes, la gente no tiene para comprarlas, no tiene de dónde sacar, le están pagando con una moneda y vendiendo las cosas de primera necesidad en moneda americana, así no hay quien pueda comprar. Entonces está surgiendo algo que me causa mucha preocupación, un movimiento de personas atacando a otras, quitándole las cosas, arrebatos con violencia en las calles. Eso trae la necesidad, porque si tú tienes todo, no te hace falta nada, no tienes que llegar a eso…
7-Sin embargo hay quienes hablan de Cuba casi como un Paraíso…
Porque hubo un tiempo bonito, es cierto. Pero después nos dimos cuenta que era porque estábamos siendo como una colonia de Rusia. Era un tiempo bonito donde las cosas prosperaban pero llegaban los barcos con comida por ejemplo y era terrible aquello. Había todo, llegaron a hacerse tiendas, todo lo que se vendía venía de allá. En cambio ahora Cuba está endeudada con medio mundo. Las cosas venían subsidiadas, cambiadas por azúcar, con aranceles bajos y demás, venían como si fuéramos una colonia de otro país, si viene todo no hay preocupaciones. Pero al derrumbarse el sistema socialista, la URSS, comenzamos a padecer; es lo que Fidel llamó “desmerengamiento del sistema socialista”, y aquella llave abierta de recursos y de todo lo que hacía falta al país, se terminó. Cuba empezó a comprender que tenía que trabajar la tierra, hacer cosas, comenzar a pensar por sí misma, eso no estaba pasando. Quiere decir que había un apoyo del socialismo, vital para que Cuba se mantuviera. Después se acabó. No sé cómo se mantuvo la Unión Soviética ni cómo era el asunto allá, sé que para nosotros al caerse aquello fue terrible, comenzamos a padecer y padecer…Luego la pandemia afianzó esos desmanes y llegamos al extremo que estamos ahora.
8-¿Qué extraña de Cuba?
Solo mis amigos y mi familia que tengo allá, y me preocupa. Mis amigos músicos a los que ayudaba y reparaba sus instrumentos, incluso sin cobrarles nada. Regalé 11 instrumentos al salir de allá, también al profesor que me enseñó la luthería, y sé que cuando me fui, en esa parte oriental, donde se hace la música original de Cuba, no hay más luthier. Modestia aparte, yo sustentaba a estos grandes músicos. Me queda esa preocupación, que quedaron prácticamente sin nadie que les ayude con sus instrumentos. También me preocupa mi madre, mi hermana y mis sobrinos, que están allá y sé que están padeciendo. Incluso no hay un mecanismo para poder enviarles dinero a través de bancos, Cuba no pertenece al Fondo Monetario Internacional, no hay manera de enviar un dinero a mi mamá, tengo que valerme de mecanismos extraños, gente que se aprovecha, cuando podríamos resolverlo con un buen mecanismo bancario. Cuba se encerró ella misma, y así nadie puede sobrevivir.
9-¿Cómo ve al Uruguay en lo económico, social…?
Recién estoy comenzando, no sabría decirle muy ciertamente. Pero oigo decir mucho que los alquileres son muy altos, que la gente está endeudada, que hay poco trabajo, que la gente sale de graduarse y no tiene donde trabajar…También veo con mucha pena personas que salen de los lugares de estudio y no están preparadas; graduadas y sin embargo con muchas faltas de ortografía, poco dominio del español. Veo personas que se encierran en sí mismas, en vez de ayudar y compartir, los veo muy solitarios. Yo no puedo saludar a mis vecinos, no los veo. Nosotros somos países pobres, tenemos que ayudarnos, abrirnos, darnos la mano, conversar, ver cómo podemos caminar mejor juntos.
10- Hablando de Educación, Cuba se ha destacado, en Medicina por ejemplo…
Se hicieron muchas escuelas donde verdaderamente se prepararon mucho las personas. Tanto, que después no sabíamos qué hacer con esa gente preparada en escuelas de Medicina, o Pedagógicas…Finalmente llegó el momento de tener que exportar cerebros y empezó a surgir el problema de que la gente salía y al encontrarse con la realidad de una vida mejor en otro lugar, pues comenzaba a abandonar y ahí empezó el control de salida del país, otra forma de crear problemas y corrupción. Porque muchas de esas personas preparadas llegaron a pagar para poder salir, es tremendo. La medicina en un tiempo estuvo muy buena, recibíamos todo de afuera, incluso se abrió la Escuela Latinoamericana de Medicina que daba prioridad a estudiantes de acá, con profesores muy bien preparados, es innegable la sabiduría con que salían los alumnos…Pero la gente estaba encerrada. Yo pude viajar mucho por la música, estuve en 22 o 23 países. Pero no es lo mismo, porque vas a hacer música y vas a un hotel, al teatro, no es lo mismo llegar y vivir.