Es uno de los temas que seguramente requiere de un análisis más profundo. Se trata de las disposiciones de la Comisión de Patrimonio Departamental, que con el altruista propósito de conservar algunas fachadas emblemáticas de la arquitectura de la ciudad, han llevado a proteger con esta característica una serie de fincas.
Este propósito, muy destacable, nos ha permitido conservar para las generaciones futuras algunas construcciones características, entre ellas el ex Palacio Córdoba y los galpones del antiguo ferrocarril noroeste, en la zona portuaria.
Con todo tiene una aspecto contraproducente. Por ejemplo, en las inmediaciones de la Plaza Artigas, existen dos fincas en ruinas que han sido declaradas Patrimonio Histórico.
En la cuadra de calle Artigas al 1100, lo que otrora fue una finca señorial a mitad de cuadra, hoy, luego del correspondiente remate judicial, sólo conserva la antigua fachada. En el interior no tiene absolutamente más nada. Se trata de un baldío, dicho sea de paso, madriguera de roedores y otras alimañas.
La valiosa esquina de 18 de Julio y Artigas, en la ochava suroeste, hace años que permanece deshabitada y camino también a convertirse en ruinas.
Entre las últimas actividades que le tuvieron como sede, recordamos una Bienal de Artes Plásticas, a la que dio un magnífico marco esta residencia.
Sin embargo, la característica de patrimonio Histórico ha dificultado enormemente la venta de este bien, según lo que se nos ha explicado.
Quien o quienes le adquieran deben conservar sin modificaciones la fachada que data de muchas décadas atrás.
No menospreciamos las decisiones de la Comisión del Patrimonio Histórico, pero entendemos que cada caso debería de ofrecer un estudio particular e incluso las disposiciones deberían ser ajustadas, para que no resultaran contraproducentes, precisamente con lo que se busca.
Estos elementos arquitectónicos, si no están debidamente conservados, no cumplen para nada el fin que se busca.
A la prueba está lo que constituyen las dos fincas mencionadas hoy en la zona céntrica.
Por lo tanto, no creemos que en estas condiciones sean valoradas y apreciadas como debería ser. Tampoco dejan paso a recuperar esos valiosos predios para la zona céntrica de la ciudad.
En definitiva, en estas condiciones, ¿a quién o quiénes les resulta útil?.