El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, anunció este martes la imposición de aranceles del 50 % sobre una amplia gama de importaciones brasileñas, incluyendo la carne vacuna, en lo que definió como una respuesta a las “graves violaciones a los derechos humanos y a la libertad de expresión” por parte del gobierno brasileño. La medida entra en vigor el próximo 6 de agosto.
El incremento tarifario, que se suma a un arancel base del 10 %, fue formalizado a través de una orden ejecutiva que invoca la Ley de Poderes Económicos en Situaciones de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) de 1977. La Casa Blanca considera que el accionar del Supremo Tribunal Federal brasileño y en particular del juez Alexandre de Moraes en el juicio al expresidente Jair Bolsonaro, “representa una amenaza inaceptable a la libertad política y económica en el hemisferio occidental”.
Medida con fuerte impacto sobre el comercio cárnico
Entre los productos más afectados se encuentra la carne vacuna, uno de los principales rubros de exportación brasileño hacia EE.UU., con ventas que superaron los US$ 1.000 millones en el primer semestre de 2025. La aplicación de un arancel del 50 % prácticamente elimina la competitividad de la carne brasileña en el mercado norteamericano.
“Es una decisión injustificable, basada en razones políticas y no comerciales”, expresó en un comunicado la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne (ABIEC), que calificó la medida como “una agresión directa a un sector que cumple con todos los estándares sanitarios internacionales”.
Productos excluidos y sectores protegidos
Pese al alcance de la sanción, el gobierno estadounidense excluyó de la lista a sectores considerados sensibles, como el energético, el aeronáutico y el agroindustrial vinculado al jugo de naranja, la pulpa de madera y los fertilizantes. Estos productos seguirán ingresando con condiciones arancelarias normales, en lo que se interpreta como una estrategia para evitar impactos inflacionarios en el propio mercado estadounidense.
Sin embargo, productos emblemáticos como el café brasileño no fueron exonerados, lo que podría afectar directamente los precios al consumidor en EE.UU.
Motivaciones políticas explícitas
A diferencia de anteriores decisiones comerciales, la administración Trump ha sido clara en vincular esta medida con el proceso judicial que enfrenta Jair Bolsonaro en Brasil. En un comunicado oficial, la Casa Blanca acusó al gobierno de Lula da Silva y al Supremo Tribunal Federal de incurrir en una “represión autoritaria” contra el expresidente y de impulsar una censura sistemática a plataformas tecnológicas estadounidenses como X (ex Twitter) y Rumble, también afectadas por la decisión.
Además de los aranceles, el gobierno de Trump impuso sanciones individuales, incluyendo congelamiento de activos y restricciones de visado, a jueces brasileños implicados en el caso, entre ellos el ministro Alexandre de Moraes.
Respuesta de Brasil y posible conflicto diplomático
Desde Brasilia, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva rechazó enérgicamente la decisión de Trump, calificándola como un acto de “injerencia intolerable” y advirtiendo que se evaluarán medidas recíprocas. La cancillería brasileña ya se encuentra preparando una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el argumento de que los aranceles constituyen una violación a las normas del comercio internacional.
“El sistema judicial brasileño es independiente y soberano. Ninguna presión externa cambiará su funcionamiento”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira.
Consecuencias regionales y económicas
Expertos en comercio internacional advierten que esta decisión podría reconfigurar las relaciones entre Brasil y EE.UU., revirtiendo años de acercamiento comercial. Al mismo tiempo, el impacto sobre el mercado internacional de carnes es significativo, ya que Estados Unidos representa un destino clave para el excedente de proteína animal brasileña.
“Este arancel podría abrir oportunidades para otros exportadores como Argentina, Uruguay o Australia, que ahora encontrarán menos competencia brasileña en el mercado norteamericano”, explicó el analista estadounidense Peter Navarro